Entrevistas

Espacio dedicado a las preguntas que he respondido a lo largo de mi carrera en el humor, y que han sido publicadas en libros, en la prensa escrita, radial, televisiva o digital.

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Publicada en el diario La Prensa. Panamá, junio de 2005

¿Dónde naciste y dónde resides?

 

Nací en Cuba, específicamente en Matanzas., ciudad bonsái por ser víctima del determinismo geográfico, al estar ubicada entre Varadero y La Habana. Resido ahora feliz, por determinismo romántico y económico, en la próspera y horrible en invierno para mí, ciudad de Santiago de Chile.

 

 

¿Cómo pasaste de la ingeniería civil al oficio de escritor?

 

Antes de matricularme en la Universidad ya sabía que iba a ser un pésimo ingeniero. Pero cumplí con mi familia que me rogaba estudiar algo “serio”. Entonces siguiendo mi vocación de “centro de mesa” en reuniones sociales –como se dice en mi tierra-, pasé al profesionalismo como libretista de humor y comediante en teatro, radio y televisión, así como al cine, la música y la literatura. Paralelamente incursioné en guiones infantiles para la televisión. Pero desde el 2002 me dedico a la literatura infantil humorística, con esporádicas apariciones en la de adulto.

 

 

¿Cuál es tu fuente de inspiración?

 

Me inspiro en mis vivencias de niño, en mi experiencia como padre y hasta busco ideas en mi imaginación. Pero a veces se agotan todas esas fuentes. Entonces es el momento de abandonar todo y ponerse a leer con intensidad. Esa lectura provoca que recuerde vivencias de niño y experiencias de padre olvidadas, además de incentivar mi imaginación.

 

 

¿Cómo se entiende que sean clásicos la Cenicienta o Caperucita Roja?

 

Por supuesto que yo también me pregunto cómo historias infantiles, donde se comen a una vieja, envenenan a una joven y meten en un horno a un niño, entre otras delikatessen, han llegado con éxito hasta nuestros días. Quizás eso explica la inclinación de los niños actuales por los dibujos animados, juegos electrónicos y filmes terriblemente violentos.

 

 

¿Es lo mismo escribir para un niño de cinco años que para un joven de quince?

 

Sí, porque en ambos casos el proceso creativo es idéntico. No, porque la temática de la historia y el cómo se cuenta ésta depende de los intereses del público objetivo. A ambas obras le asigno la misma importancia.

 

 

¿Qué te ha enseñado la experiencia de escribir para gente joven?

 

Dos cosas distintas. Uno, que los “adultos expertos” (padres, profesores, editores, críticos, escritores) muchas veces decidimos lo que les conviene y hasta lo que les gusta a los niños y la mayoría de las veces nos equivocamos. Dos, que es fuerte la emoción al saber que historias y personajes creados por mí, estén marcando a muchos niños para toda su vida, como varios autores me marcaron a mí. Y enterarme por ellos mismos que por las risas que le provocaban mis libros se motivaron a leer.

 

 

¿Con que cosas de Adalberto y Pepito, tus personajes literarios, te identificas?

 

Muchas veces he escuchado que yo tengo dos personalidades: una tímida, introvertida, reflexiva, como Adalberto; y otra escandalosa, bufonesca, impulsiva, como Pepito. Esto lo relaciono ahora al responderle, porque no creé los personajes pensando en ello. Ni siquiera me había dado cuenta hasta el momento. Gracias por preguntármelo.

 

 

¿Qué estrategias se pueden aplicar en casa para combatir la tiranía del “playstation” y la computadora?

 

Me imagino que debe haber muchas. Yo propongo que los padres lean bastante, porque los niños son buenos imitadores. También que en familia practiquen otros juegos, y sobre todo que compartan muchas risas con sus hijos.

 

 

¿Qué criterios se deben tomar en cuenta a la hora de escoger qué darle a leer a un niño?

 

El gusto de los chicos; el nivel que han alcanzado como lectores; la calidad de los libros; la opinión de los expertos y otros criterios quizás menores. Y si es un niño no lector, mi experiencia me dice que lo mejor es motivarlo con libros humorísticos.

 

 

Ya capturaste la atención del niño con un primer libro que se le regala. ¿Cómo hacer para mantener activa su nueva pasión?

 

Darle otro en la misma línea. Si el primero lo disfrutó, por supuesto.

 

 

¿Qué piensas de que cada vez más autores para adultos deciden explorar el mundo de la infancia, como Isabel Allende o Noah Gordon?

 

Prefiero pensar que se están dando cuenta de lo valioso y satisfactorio que es tener de lectores a niños y jóvenes. Me alegro que suceda ese fenómeno, porque así ganamos todos.

 

 

¿Por qué hay quien ve a la literatura infantil como de segunda categoría?

 

Por una parte, hay gente de primera categoría que piensa que se viene haciendo pésima literatura infantil, salvo excepciones, desde hace más de cien años, y que por tanto, la mala fama es merecida. Por otra parte, hay gente que afirma eso porque no la entiende, porque no leyó de niño, o porque no sabe hacerla. Pero no se preocupe, son gente de segunda categoría que le gusta opinar.

 

 

¿Cuáles son los pro y los contra que ve en el fenómeno de Harry Potter?

 

Prefiero mil veces que exista el fenómeno Harry Potter, a pesar de los pro y los contra.