Entrevistas

Espacio dedicado a las preguntas que he respondido a lo largo de mi carrera en el humor, y que han sido publicadas en libros, en la prensa escrita, radial, televisiva o digital.

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Publicada por el diario Tiempo Argentino. Argentina. Julio 16. 2010

¿Cómo surgieron los Cuentos de Ada?

 

Como un chiste. Cuando visitaba colegios con los talleres de promoción de lectura, los niños me decían que no les gustaban los cuentos de hadas. Entonces yo, para molestarlos, escribí cuentos sobre un niño que se lama Adalberto. En Chile salió un nuevo libro de Ada y Yoyito, su hermano menor, donde enfrentan un misterio. Así, van por primera vez a un velorio, ven a un muerto en el ataúd, las flores y la gente llorando. También aparecen los fantasmas y la pregunta si una persona muerta se hace fantasma a los quince minutos o a la media hora.

 

Esos son temas muy adultos. ¿Cómo los aborda para hablarles sobre ellos a los chicos?

 

Cuando me siento a escribir, no me limito. Armo la historia y después me preocupo de si hay que bajar algún tono. Toda la vida escribí para radio, teatro, televisión y cine. Eran textos humorísticos para adultos, pero los niños me seguían y yo me preguntaba por qué. Y es que mi humor siempre ha sido muy blanco, muy inocentón, entonces a los niños les gusta

 

¿Qué temas le interesan al público infantil?

 

El realismo, desde el que habla del más fuerte del colegio, el amigo de la amiga que le gusta, los problemas de familia, con los hermanos, entre los padres. Pero también les interesa la fantasía, el terror, la acción, la aventura.

 

¿Qué cosas les causan gracia?

 

El chiste infantil aburrido y pesado.

 

¿Es cierto? Parece una idea extraña.

 

Pero es así. Menos gracia tiene un chiste, más risa les da. Yo me pongo a crear chistes con ellos y les digo, por ejemplo: “vamos a buscar el colmo de un carpintero”. Y llegamos a la cómoda y entonces los chicos dicen cómo puede tener una hija cómoda o cómo puede no saber las tablas de multiplicar… juegos de sentido de este tipo. Les gustan mucho las adivinanzas, los colmos, porque ya conocen la estructura y esperan la sorpresa del contenido.

 

En su página www.pepepelayo.com se lee la frase “la niñez se acaba pero lo infantil no”. ¿A qué se refiere?

 

Con Pescetti defendemos la idea de que la niñez es una etapa cronológica. Pero lo infantil es lo que queda, lo que te puede hacer jugar, divertirte. Nuestras sociedades defienden la seriedad y la responsabilidad como valores adultos, pero tergiversan el verdadero sentido del humor. Nos formaron diciéndonos “no te puedes reír alto” o “tápate la boca para reírte”. El humor es serio. Lo contrario del humor puede ser la solemnidad, pero nunca la seriedad.

 

Hay un lugar común que dice “el nene no lee”. ¿Tiene algo de cierto?

 

La mayoría de los adultos saben que leer es importante y necesario, pero ellos no lo hacen. Obligar a un niño a leer es lo peor que hay. El problema es no ayudarles a descubrir que leer es un placer, tanto como jugar con juegos lectrónicos. Pero debes saber qué recomendar. Si le dices al niño: “tiene que leerte al Quijote” para darte de culturoso, quizás le mates el gusto por la lectura.