Cambios en Cuba

images_5_1.jpegEsto lo escribo sin intención de polemizar ni dar por sentada mi verdad absoluta en la materia, ya que me siento bastante ignorante en ella. Aunque mis 39 años como testigo viviendo en la Isla y el resto de mi vida viendo siempre más de lo mismo en lo que sucede allá, me obligan a decir mi opinión, aún pareciendo un disparate y aun cayéndole mal a muchos.

Comienzo afirmando que a mí me parece que los Castros y sus acólitos jamás han odiado a los Estados Unidos y sus políticas internas y externas. Eso sería asegurar que los Castros se rigen por una ideología y nunca he creído eso.

Su “ideología” es estar en el poder y mantenerse en el poder a toda costa. Y resulta que cuando llegaron al poder en el 59 ni sabían bien lo que iban a hacer en la cima ni cómo iban a llevar ese poder. Ni siquiera eran comunistas. Y se dio la coyuntura de que vieron a los Estados Unidos como los ideales para colgarles el cartel de enemigos. Por dos razones. Una, porque para uno estar en el poder y arrastrar a un pueblo tras de ti, lavándole el cerebro y manipulándolo, tiene que tener un enemigo.

Y mientras más poderoso es el enemigo, mejor serán tus “victorias”, tus “heroísmos”, tu “valentía”, tu “sacrificio”, etc. Y los Castros pueden ser cualquier cosa, pero astutos y gente “de luz larga” sí lo son. Siempre lo han sido, sobre todo Fidel, obvio.

Y vieron que a Estados Unidos nunca le interesaría invadir Cuba ni nada parecido, porque ni hay petróleo, ni oro, ni diamantes, ni un carajo. Vieron que Estados Unidos no se interesarían por esa Isla jamás y aprovecharon para graduarlo con honores como el Gran Enemigo.

Y dos, Estados Unidos nunca se ha destacado por ser muy inteligente y fino en política exterior. Por lo que Bahía Cochinos y el Bloqueo económico, fueron los dos mayores errores groseros que hicieron los norteamericanos y cayeron en lo que deseaban los Castros, ser más David ante Goliat, ganarse la simpatía del mundo y justificar fácilmente todos los errores que vendrían. El enemigo perfecto.

Entonces, no creo que los Castros hayan pensado jamás a nivel de ideología capitalista y comunista, izquierdas o derechas. A ellos les da igual. Chuparon de las tetas de la URSS hasta que pudieron y sin vergüenza, después lo hicieron con Venezuela sin sonrojarse y si tienen que hacerlo del mismísimo monstruo capitalista neo-liberal, lo hacen sin el menor escrúpulo. Porque, insisto, no se trata de principios, de trata de sobrevivir en el poder, lo único que entienden. Y si de pronto Irán, o el Estado Islámico, O India, China o Rusia, les da su teta, rompen con Obama o el que sea para mantener el enemigo que le dio siempre tantas satisfacciones y se van con el mejor postor.

Y sea lo que sea lo que hagan o como quieran llamar a ese sistema castrista (militar capitalista, o socialista capitalista como china, etc.), da igual, porque eso es superficial, ya que el fondo, el verdadero sentido es mantenerse en el poder.

Y si Obama hace todo lo que ha hecho es porque él piensa que le conviene por alguna razón. Quizás para pasar a la Historia como el que se acercó a Cuba, o para ganarse a alguien o sacar algún dividendo político en su Partido o donde sea, o quizás porque se proyectó como figura internacional para el resto de su vida y le viene bien esto que hace con Cuba, o vaya usted a saber el motivo, pero no creo que sea para ayudar a los cubanos o que tenga cualquier interés altruista. Claro, es demócrata y no republicano, pero aun así es político igual y sabemos lo que significa eso.

Y tendría que ser Obama alguien muy inocente para creer que va a cambiar algo en la isla. Digo, pueden cambiar cosas, pero hasta donde no peligre perder el poder a los Castros y el nepotismo allí imperante. Puede que a un humorista le dejen contar un par de chistes contra lo que en Cuba sucede, pero eso tiene un límite y si se pasa le costará caro. Puede que los disidentes sigan vociferando, pero hasta el límite que ellos ponen; pueden que la gente hagan pequeños negocios y ganen alguna plata, pero cuando el gobierno vea ese dinero acumulado en arcas que no son las de ellos, echarán para atrás, porque mucho dinero significa comprar poder y eso no lo permitirán. Pueden que dejen que lleguen inversionistas, pero ya saben de memoria las condiciones que les impondrán.

Y lo peor, lo que más le duele a muchos escuchar: al pueblo cubano le dan pan y circo y tienen asegurado su apoyo otro medio siglo más, por decir cualquier tiempo. Eso lo vieron, lo supieron siempre. En todos los países del mundo sucede igual. Las grandes masas, tengan o no instrucción, tengan o no cultura milenaria, son masas que no piensan, no se cuestionan nada. Es algo característico del ser humano. Y la mayoría de esos millones de cubanos que viven en la Isla actualmente ni se preguntan quién los gobierna, cómo los gobiernan, dónde comparar otra maneras de vivir, otras calidades de vida. Esa mayoría de cubanos vive para levantarse y buscar la comida del día y la diversión del día o la comodidad del día. Y el gobierno sabe que de vez en cuando (cuando llega la teta exterior de turno que consiguió), a ese pueblo se le dará más posibilidades de comer y más regueton. Y ese pueblo seguirá acostumbrado a no trabajar y vivir del robo estatal. Y cuando la teta comienza a disminuir, entonces esa mayoría de pueblo se le ocurrirá irse, emigrar, pero no como exilio político, porque nunca le ha interesado la política ni las ideologías. Saldrá de Cuba para comer y “gozar” mejor. Y asegurándose de poder regresar lo más rápido posible para que su gente no deje de comer y vacilar. Eso el gobierno lo sabe y cuenta con esas mesadas que les llegan del exterior. Porque los Castros siempre han sido maquiavélicamente brillantes y saben que han logrado un pueblo casi sin ética; sin muchas neuronas, aunque aparente ser cultos; zombies que no se cuestionan nada y con la chusmería y degradación mayor que han podido obtener. Porque con eso se aseguran que esa mayoría de pueblo no se cuestionará lo que ellos hacen y deshacen.

Así que desde adentro tienen asegurado la eternidad; excepto que se mueran los dinosaurios y pase algo especial que permita que tomen fuerzas otras posiciones, lo que dudo, porque los hijos de ambos Castros y su gente ya está capacitada, preparada y trabajando soterradamente hace rato para seguir en el poder.

Entonces si desde adentro no tienen sombra, solo les queda buscarse la nueva teta exterior, que la encontrarán sin dudas, porque otros astutos también han visto que tener a Estados Unidos de enemigo es lo mejor para ellos, siguiendo la enseñanza de los Castros y harán causa común con ellos. Claro, si los Castros ven que los beneficios de aliarse con Estados Unidos son altos, con “tremenda moral” ese enemigo se vuelve amigo “inseparable y solidario” y aquí no pasa nada hasta nuevo aviso.

Conclusión: me importa un comino lo que sucede en Cuba. Me duelen los abusos como me duelen los de cualquier pueblo. Pero ya estoy muy viejo para que me de un infarto porque Raúl diga o haga, Obama diga o haga, o Putin diga o haga, etc. Porque, lamentablemente, mi salud, mi tiempo, mi vida, no la puedo desperdiciar en un pueblo que viva como el que está viviendo allá. Será un clisé, pero cada día me convence más que cada pueblo tiene el gobierno que se merece.

Y lo otro que he aprendido: si esa mayoría de cubanos ha decidido vivir así, en aquellas condiciones y por las razones que sea,  ¿quién soy yo para impedírselo? ¿Quién tiene derecho de meterse en eso? ¿Qué país del mundo tiene derecho a tratar de cambiar nada en Cuba, cuando esa mayoría de cubanos no quieren que le cambien nada? Los únicos que se preocupan por cambiar a Cuba son los que siempre han querido otra Cuba, los que se fueron por razones políticas e ideológicas y los pocos que quedan allá que piensan igual, pero que desgraciadamente no se quieren o no se puede ir. Y esa minoría que desea cambios tiene derecho a expresarse y a hacer presión, claro, pero ojalá entienda que es minoría.

Y cuando mencionan los muertos, los heridos, los presos, los torturados y otros desastres que ha hecho el gobierno, se merecen todo nuestro respeto, pero pasa como en los demás países del mundo: desgraciadamente eso se olvida o se levanta como bandera según los intereses de los políticos de turno. Y en Cuba están de turno los mismos las 24 horas, así que no sucederá nada.

Habrá cambios para que nada cambie.

Y no sigo, porque es demasiado y pido disculpas por “la descarga”. Algo que estoy evitando siempre, pero hay momentos en que no puedo contenerme y vomito y me siento mejor. Gracias.

 

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