Cine qua non No. 4

manzar.jpegCarla Isaura y Buñuelo en... "PROYECTO FÍLMICO"

-¿Se puede, Buñuelo?

-Ya estás adentro, Carla Isaura. ¿Qué pasa?

-Nada, que se me ocurrió una idea buenísima.

-¿En serio? ¿Y no puedes esperar a que yo termine aquí?

-Si entro contigo sentado ahí y decido oler esta hediondez, es por algo importante, ¿no te parece, Buñuelo?

-Si tú lo dices.

-Mira, estaba yo allá atrás en el patio, tendiendo la ropa que lavé hoy, cuando me vino a la mente una idea sensacional. Fue como una iluminación, te lo juro.

-¿De qué se trata?

-¿Puedes tirar la cadena primero. A ver si se va un poco la fetidez.

-Bueno… pero, dale, dime la dichosa idea esa, Carla Isaura.

-Mira, ¿qué pasa si cuando terminaras de hacer tus necesidades fueras enseguida a buscar un productor o algún auspiciador para una película, en vez de estar todo el día echado en la cama, en el sofá, o por ahí, comiendo y leyendo en el inodoro esas revistas viejas, sin hacer nada.

-¿Y esa era tu luminosa idea?

-¡Sí! 

-¡No lo puedo creer!

-Sí, Buñuelo, créeme. Es que yo sé que tienes mucho talento, que puedes hacer algo trascendental, incluso puedes hacer una obra que sea un aporte a la Historia del Cine. 

-¿Sí?

-Claro, además ya esto no da más y tienes que buscar dinero de todas maneras. Esta crisis económica llegó al tope y España se hunde y nosotros con ella.

-Pero ahora no tengo ningún proyecto en mente. 

-Espérate. ¿Qué comiste que te cayó tan mal, Buñuelo?

-¿Por qué crees que me cayó algo mal?

-Porque hace un minuto tiraste la cadena y esto está peor que baño de Terminal de omnibus.

-No seas exagerada.

-¿Exagerada yo?

-Sí, te haces muchas ilusiones. ¿Qué le puedo proponer a un productor para que invierta en mí? ¿Qué le puedo mostrar de interesante?

-Yo creo que debes pensar en algo trascendental, en una obra maestra, un clásico…

-Son muchos supuestos.

-Por supuesto, más, haciéndolo con bajo presupuesto.

-Alcánzame el papel que terminé. ¿Pero, qué?, te pregunto.

-Toma. Algo que tome lo más significativo de los clásicos de la Historia del Cine en períodos de crisis económica, para ir al seguro.

-¿Cine catástrofe?

-No, si te puede salir bien, viejo.

-Me refiero a películas que muestran catástrofes, como caídas de aviones, cataclismos, terremotos, volcanes en erupción, o King kong. Esos son los filmes que se hacen en las crisis económicas, para entretener a la gente y se olvide de la realidad y vea que hay cosas peores en la vida.

-Si sigues así harás cine cagástrofe nada más.

-Dame más papel.

-Toma. Y no, yo me refería a películas densas, impenetrables, oscuras, como las almas que sufren por estar cesantes y tener que mantener a una familia.

-¿Se te ocurre algo?

-¿Qué te parece que en los más de 100 minutos de proyección transucrra la acción en el ático (mansarda) de un elevado caserón, y sin embargo la atención del espectador nunca descienda.

-¿Y cómo podré hacer eso? Dame más papel.

-Toma. Imagínate el frío y la neblina inundando todo el tiempo ese rincón de la casa.

-Estás hablando de una película de atmósfera entonces.

-¡Eso! Y si le añadimos la utilización de sólo tres personajes, evidentemente nos recordará el singular mundo de Bergman, por ejemplo.

-Carla Isaura, eso es todo un reto artístico.

-Claro, como "El Reto", "El Rostro", "El Rastro", "El Ristre", "La Rastra", y todas esas películas de Bergman que solo él entendía.

-Ya te voy entendiendo.

-¿Ves, Buñuelito?... ¡No, no te levantes aún! Toma más papel. ¡Límpiate más!

-¡Pero hasta eso me controlas!

-Claro, porque después la que tiene que quitarle esa asquerosidad a tus calzoncillos soy yo!

-¿Estás loca!

-No, no estoy loca. Sé que tú tienes talento para hacer eso. ¡Vuélate, Bueñuelo! ¡Crea! ¡Cómo solo tú sabes hacerlo!

-¡Mira, mira esto!…

-Ya está saliendo limpio.

-No, te dije “mira esto” para que me pusieras atención porque se me ocurrió algo: ¿qué te parece si de los tres personajes, uno es un muchacho de quince años enamorado de su madre, el segundo personaje.

-¡Bien! La madre sería una mujer muy sexy de unos cuarenta años, pero con una cara de tragedia que ni te cuento, ¿no es cierto? Si terminaste súbete el pantalón y salgamos de aquí.

-¡Ay…!

-¿Qué te pasó?

-Que me agarré la piel con el cierre.

-Eso te pasa por no ponerte calzoncillo.

-Es para no ensuciarlos y tú tengas que lavarlos después.

-¡Qué tiernos eres! Bueno, sigue…

-Espérate que me duele.

-No, me refiero a que sigas con tu idea.

-Ah… nada que podría ser que en la trama se insinúe que a la madre le gusta un vecino ya fallecido.

-¡Buenísimo! ¡Ese otro retorcimiento me gusta! Vuelve a tirar la cadena que no se ha ido todo.

-Ya. Entonces el tercer personaje será un joven de veintiocho o treinta, amigo íntimo del quinceañero, que muestra una especial atracción, a veces por la madre, a veces por el hijo. 

-¡Por dios, qué bueno eres! Tira otra vez la cadena. ¡A eso me refería yo! Todo eso llevará a la gente a recordar cintas clásicas como "De Repelente en el Verano", "Una Bata sobre el Tejado de Zinc y Calamina" y "Un tranvía llamado Dessiree".

-Cuidado, Carla Isaura, estás hablando de las películas de un genio como Tennessee Williams, o quizás de un pariente de él, no recuerdo bien, y eso son palabras mayores para mí.

-¡Pero Buñuelo, tú tiene para eso y más! No te me achiques. Y sigue creando, vamos…

-¡Qué preciosa eres!

-¡No me toques! ¡Lávate las manos primero!

-De acuerdo.

-Bueno, y qué más.

-No sé, las manos y… ¿mis partes?

-No, que qué más me cuentas de tu idea.

-Este… Sí… Me la estoy imaginando… y el estilo de actuación tiene que ser inconfundible. Veo a los tres actores, con sus párpados caídos, sus caderas ladeadas, los diálogos casi en monosílabos y sin mover los labios…

-¡Como recién salidos de Actor Studio. Ya me imagino cuando te entreviste James Lypton haciéndote las preguntas de cuál es tu mala palabra favorita. ¡Ni se te ocurra contestarle la tuya, la que te gusta de verdad! ¡Prométemelo!

-¡Qué imaginación tienes! Eres pura fantasía. ¿Cómo se te puede ocurrir que responderé la verdad en esa entrevista!

-Ya, está bien. Ahora dime primero, ¿cómo se llamará la película?

-La titularé: “La constancia del tiempo”

-No me gusta. Tiene que ser algo más marketero. Deja ver… ¿Cuál es la película más vista en la Historia?

-El Titanic.

-¡Ahí está! Se llamará: “Los únicos que no pudieron ver el Titanic”. Así la gente la relaciona con el nombre de la película taquillera, y además le entra la curiosidad por saber quién no la vio. ¿Te das cuenta?

-¡Ay, Carla Isaura! Eres una mujer sensacional, una mujer divina, una mujer inédita.

-Deja la puerta del baño abierta para que se ventile todo. Y bueno, como tú también eres maravilloso en la creación, dime ¿cómo termina la película? ¡Estoy loca por saberlo!

-Ya lo pensé. Termina cuando -por fin- los tres personajes pueden salir del ático, después de los 100 y tantos minutos de proyección, a pesar de haber estado la puerta de la escalera, todo el tiempo abierta. 

-¡Un final simbólico!

-¡Exacto! Y para aumentar el simbolismo, descienden comiéndose un buñuelo.

-¿Lo dices para homenajear a tu pariente Luis Buñuelo.

-¿No te parece que es lo correcto? ¿Te gusta mi idea de proyecto?

-¿Que qué? Oye, Buñuelo, eso que se te acaba de ocurrir es lo mejor que he escuchado en años. ¡Qué carajo El citycin Kent o El acorazado Ponteaquí! 

-¿De verdad?

-Oye, es más, me dan a escoger entre "Los únicos que no pudieron ver el Titanic" y un clásico del cine musical -por ejemplo- y, sin pensarlo dos veces, me quedo con este último...

 

 

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