Disturbios en Chile (I)

descarga_31.jpegHasta ahora no había querido publicar mis opiniones sobre lo que está sucediendo en Chile, pero como tengo tantos amigos que no viven aquí y ellos me escriben y me llaman para que les explique, me veo en la obligación de hacerlo.

Me atrevo entonces a expresarlo, aunque sé de antemano dos cosas: una, que puede que mi visión no sea la verdad, como es lógico; y dos, que por decirla, varias personas me crucificarán por no pensar como ellos.

Para los que me conocen poco, les informo que no pertenezco a ningún partido político y que si desean clasificarme, sería más de izquierda que de derecha (aunque en estos tiempos esa clasificación es confusa), siendo en muchísimas cosas un liberal, sobre todo en lo valórico.

Así aclarado todo, comienzo.

Dividiré en tres puntos mi reflexión: los indignados, los violentistas y los saqueadores.

1) Los indignados.

Coincido con muchos aquí que se estaba acumulando desde los gobiernos anteriores un malestar en la sociedad y en algún momento eso iba salir a la luz. Malestar por injusticias sociales, bajos sueldos, cara la vida, mala salud pública, mala educación pública, poca equidad, gran brecha entre ricos y pobres, etc. Ojo, lo mismo que sucede en muchos países del mundo. Entonces, por algún motivo que ya abordaré después, por el alza del pasaje del Metro, los estudiantes de enseñanza media sobre todo, comenzaron a evadir el pago del Metro y de pronto ¡ZAZ!, el caos que estamos viviendo.

Yo apoyo incondicionalmente a los indignados. Cualquiera con sensibilidad y dos dedos de frente lo hace, porque sus demandas son por hechos concretos. Y los políticos de todos los partidos, sin importar su ideología, deberían hacer algo urgente. Medidas a corto plazo, a mediano plazo y a largo plazo. Los políticos que están de turno en el Ejecutivo y los que están de turno en la oposición, deben dejar sus ambiciones de poder y sin mezquindades unirse y ponerse de acuerdo en cómo resolver esos problemas sociales. Insisto, tanto el Gobierno como los Diputados y Senadores en su totalidad.

Apruebo las marchas, las concentraciones, todo lo que se haga para protestar pacíficamente. Eso es parte de la democracia. El pueblo debe manifestarse, las autoridades recoger sus inquietudes y solucionar. Si lo hacen bien o no hacen nada, ese pueblo tiene el poder de no votar más por ellos. Esa es la democracia.

Lo que me preocupa son dos cosas: una, que el pueblo tenga mala memoria, como siempre ha demostrado, y vuelva a elegir a los mismos políticos o corruptos, o ineficientes. Si lo hacen, entonces no vale la pena apoyar más sus “indignaciones”. Y dos, que el pueblo no se deje llevar por los “ofertones” (como dijo un prestigioso cura aquí, de los pocos que predica con hechos); es decir, no sucumbir a los populismos y sus cantos de sirena. Porque ahora es fácil que nos encontremos con políticos de derecha y de izquierda que nos digan que él sí sabe cómo resolver los problemas en dos días. Por favor, eso es una mentira absoluta. Estos problemas, repito, algunos pocos se resuelven en días, pero muchos a mediano plazo y otros a largo plazo. Lo demás es populismo barato.

Entonces el Presidente que tenemos anunció medidas para comenzar a resolver los malestares sociales. Como no soy economista, no puedo asegurar si son buenas o no sus medidas. Esquematizando: ahora la derecha dice que son buenas medidas, el centro dice que son buenas pero insuficientes y la izquierda dice que son malas. ¿Qué dice el pueblo al respecto? No sé, pero tampoco el pueblo es economista, así que le va a creer a quien mejor esfuerzo haga para convencerlos, como pasa a menudo. Lo lógico sería que esperáramos un tiempo prudencial y si sigue todo igual volver a manifestarse. Pero existe también una cosa que es la lógica y aunque sea de una manera muy básica, se pueden analizar las medidas propuestas y tener una opinión. Por ejemplo, yo pienso que son buenas, pero insuficientes. Para mí eso es demasiado lógico. Pero también sé que este no es un país rico y que hay que sacar dinero de algún lado para aplicar esas medidas, así que no podría ser tan exigente. Lo que sí estaré al tanto de si siguen creando medidas, si siguen tratando de solucionar y si es así, felices todos. La cosa es que los políticos no se han ganado el derecho a confiar en ellos, por lo tanto hay que dudar de lo que harán.

Entonces, si el pueblo decide que esas medidas no sirven o no son suficientes, tienen todo el derecho a continuar marchando, protestando. Lo que no tiene derecho ni el pueblo, ni el gobierno ni el estado es a manifestarse con violencia.

Y ese será el segundo punto a reflexionar en otro post que subiré mañana, porque ya esto se ha hecho extenso y sé que a la gente no les gusta leer mucho.

Y recuerdo. Si no estás de acuerdo conmigo y me lo quieres decir, hazlo. Sólo pido que sea con respeto, sin descalificar y sin vulgaridades.

 

Añadir nuevo comentario

Plain text

  • Saltos automáticos de líneas y de párrafos.
  • No se permiten etiquetas HTML.
  • Las direcciones de las páginas web y las de correo se convierten en enlaces automáticamente.