Este cuento se acabó. Poesía.

000000000_pepe_y_ruben.jpgEste poema escrito por mi amigo y colega Rubén Aguiar y por mí, fue publicado en "Antología de poesía humorística española", libro de la Editorial Verbum en España. Nos enorgullece que fuera publicado junto a poemas humorísticos de grandes clásicos de la literatura española como Cervantes, Quevedo, Góngioa, Lope de Vega, Rafael Alberti, Eneique Jardiel Poncela, etc., etc. Gracias a los realizadores de la antología, Esmeralda Carroza y Enrique Gallud Jardiel por seleccionarnos.

ESTE CUENTO SE ACABÓ

Lo creas o no lo creas, 
por oscuras o por claras
ocurren cosas muy raras 
aunque tú nunca las veas.
No importa que no las leas, 
da igual que nadie las cuente:
suceden... y de repente 
el mundo, tan bien que iba,
se pone patas arriba 
y ya todo es diferente.

Lo que te voy a contar 
lo sé de primera mano.
Fue en un tiempo muy cercano 
pero en remoto lugar.
Un pueblo sin ubicar 
en ningún mapa o novela,
humilde como una abuela, 
con un alcalde muy serio
y un parque y un cementerio 
y una iglesia y una escuela.
Y justo en la escuela fue, 
en un patio tan pequeño
que si te venía el sueño 
tenias que dormir de pie.
Oh, eso es broma; pero sé 
que lo que allí sucedió
fue tan tremendo que no 
se volverá a repetir
y nunca lo vas a oír 
si no te lo cuento yo.

Era un día que auguraban 
rutinario hasta el mareo.
Dos chicas en el recreo 
unas selfies se tomaban.
Ante su tablet posaban 
burlonas y distraídas
Cuando de pronto, salidas 
del artilugio, escucharon 
unas risas que dejaron 
a ambas chicas sorprendidas.

Y escucharon asombradas, 
avanzando poco a poco
de un sonreír de sofoco 
a risas descontroladas.
Reír de duendes y de hadas, 
tan lejos y tan cercano,
puro reír, puro y sano, 
perfección desconocida,
una risa no reída 
jamás por un ser humano.

Fue entonces que, de repente, 
las amigas no podían
parar de reír... Reían, 
reían continuamente.
Sus amigos, simplemente, 
al verlas reír, rieron
sin saber ni cuales fueron 
las causas, sin qué decir,
sólo pudieron reír 
de tanta risa que vieron.

Así, en menos de una hora 
ya reía, contagiado
en pleno, el profesorado 
y la grave directora.
Incluso la profesora 
de Compostura Aplicada
debido a una carcajada 
que no pudo controlar
se le enganchó en el collar 
la punta de la papada.

Allí la risa fue tal 
que en unos pocos instantes
supieron que nunca antes 
lo habían pasado igual.
Ni tras el turno final 
de clases enmudecieron.
Y cuando a casa volvieron 
entre enormes risotadas
sus familias, contagiadas 
toda la noche ¡RIERON!

Cuentan que, de tanta risa, 
un pariente se orinó
y a otro se le cayó 
la dentadura postiza.
Que alguien manchó su camisa 
con lágrimas de los ojos.
De otros saltaban los piojos 
por el reír sacudidos.
Hasta quedarse dormidos 
todos con los dientes flojos.

Fue sólo mientras dormían 
que se dejó de escuchar
la risa en aquel lugar. 
Pero, aunque ya no reían,
dicen que todos tenían 
la cara muy relajada
y poco disimulada 
debajo de la nariz
una sonrisa feliz 
dulcemente dibujada.

Cuando alumbró la mañana 
el sol con su primer rayo
en vez de cantar, el gallo 
se rió de buena gana.
Una alegría temprana 
sobre el pueblo se expandió
cuando todo el que rió 
ayer también hoy reía
y a todo aquel que lo oía 
de risas contaminó.

Tal y como se desborda 
un manso río crecido
inundó al pueblo el rugido 
de una risa Grande y Gorda.
Pero no una risa sorda 
o desfachatada, no
de carcajadas, sino 
otra que ya se verá...
muy poco de ja ja ja 
y nada de jo jo jo.

Daba igual la situación: 
en la calle, en los mercados,
en chancletas, castigados 
leyendo esta narración,
reían sin excepción 
secretarias de oficina,
filósofos de cantina, 
policías prisioneros,
sindicatos sin obreros, 
superhéroes con inquina,
nuevos pobres, viejos ricos, 
mafiosos insobornables
políticos y tachables, 
bailarinas y musícos
(perdónenme los critícos 
de la Academia Española
si la rima me obligola.)
Reían su mar de empeños 
bajo una ola de sueños... 
la risa sobre la ola.

Como la lluvia al caer 
refresca fértil el monte,
transparenta el horizonte, 
borra lo sucio de ayer,
la risa tiene el poder 
de poner luz en lo oscuro,
hacer blando de lo duro, 
combinar sal y dulzura,
es lluvia de olvido y cura 
de insensatez el futuro.

Y por ello el pueblo entero 
desde unas risas enormes
se olvidó de los informes, 
las proclamas, el dinero,
de la palabra extranjero, 
los proyectos malogrados,
de los malintencionados 
discursos, las dictaduras,
las intenciones oscuras, 
los concursos amañados,
los idiomas, sus barreras, 
el temor a envejecer,
las miserias del poder, 
las caricias traicioneras,
de las crisis financieras, 
las promesas incumplidas,
las ilusiones perdidas, 
los intereses mezquinos,
las riñas entre vecinos, 
las familias divididas...

Y cambiaron muchas cosas... 
Ya no le echaba el lechero
agua a la leche. El trampero 
no hacía trampas maliciosas.
Ahora las viejas chismosas, 
ya sin lenguas viperinas,
no cuchicheaban dañinas 
en su diario cotorreo 
sobre qué hacía Morfeo 
abrazando a sus vecinas.

Ahora de reírme tán 
se me traba la memó
trato de contar la histó 
y sin querer me atragán
Tras la risa viene el llán 
se dice, pero esta rí 
cambia todo tan de prí 
que en pequeños y mayó 
en señoras y señó 
la maldad se paralí…

De noche, cuando las brujas 
y los fantasmas salían
a meter miedo, sentían 
frustración, como burbujas
si las pinchas con agujas, 
con las escobas dobladas,
las sábanas estrujadas 
y ganas de reventar:
porque en lugar de asustar 
provocaban carcajadas.

Todo rasgo de maldad, 
todo gesto de egoísmo
desapareció, lo mismo 
que el odio y la soledad.
La risa puso bondad 
en las almas que reían.
Y ya nunca más serían 
en el pueblo indiferentes
a las penas de otras gentes. 
Los viejos tiempos morían.

Pero eso no fue el final. 
Resulta que en ese instante
partía un circo ambulante 
de gira a la Capital.
Y la risa partió igual 
junto con la comitiva:
un payaso, una atractiva 
bacteria, un tragacamiones,
un domador de melones, 
un catador de saliva,
el perro del hortelano, 
un escorpión buenagente
un murciélago vidente, 
un escipión africano,
una vaca comepiano, 
un detector de vejigas,
veinticuatromil hormigas, 
un virus estomacal,
una verruga imperial 
y un bicho con dos barrigas.

Llegaron de madrugada... 
riendo… y sin descansar
decidieron levantar 
la enorme carpa y la grada. 
La pista quedó montada 
ya a punto de anochecer.
Se aprestaban a ofrecer 
¡una función nunca vista!
¡Todo vendido! ¡En la pista 
no cabía un alfiler!!

Y aunque aquel circo no fuera 
ni famoso ni gigante,
un circo es siempre elegante 
y es noticia dondequiera.
Y la Capital entera 
supo que, aún con lleno pleno,
esa noche en el terreno 
de una circense función
no hubo modo ni ocasión 
de concretar el estreno.

Se supo de un incidente 
al momento de empezar:
Un León fue a presentar 
la Gran Función a la gente...
Saludó... mas, de repente, 
¡en vez de rugir, rió!
y el público, que escuchó 
risas en vez de rugido,
¡se rió con tanto ruido 
que la carpa se cayó!

Se cuenta que hubo un intento 
de reparar lo ocurrido:
el público dio un soplido 
hacia arriba... ¡y al momento
la carpa se abrió!.. (Yo cuento 
lo que cuentan por ahí…
Ya ni sé si lo creí, 
si fue cierto o lo inventé...
sólo supe y sólo sé 
¡lo mucho que me reí!)

El público que asistía 
no paraba de reír
y ávido de compartir 
por Facebook Live transmitía.
Lo que en el circo ocurría 
invadió la red social,
Instagram, cada Canal 
de Youtube, Whatsapp completa...
De pronto en todo el Planeta 
la Risa se hizo Viral.

Sabidos y sin saber, 
con razones y sin ellas,
Internetllos e Internetllas 
riendo a más no poder
se lanzaron a leer 
el Twitter del Presidente:
“PARA TODO SER RIENTE 
ALERTA ¡RISA MUNDIAL!
SUSCRÍBASE A MI CANAL 
Y KUÍDESE KADA DIENTE”

Se creó una comisión 
de Académicos y Sabios 
Peritos Antirresabios 
para estudiar la cuestión.
Fue pronta la conclusión 
del Ilustre Tribunal:
“Ser or not Ser es igual 
a Reír or not Reír:
¡Conseguimos descubrir 
la Risa Filosofal!”

Y tanto convulsionaba 
el Planeta con la risa
que hasta un ovni, que sin prisa 
cerca de allí merodeaba,
se estremeció. No lograba 
el piloto extraterrestre
comprender. Y la celeste 
tripulación al partir
decidió “Habrá que abducir, 
nos cueste lo que nos cueste”

Mientras esto sucedía, 
abajo, dando traspiés,
con el sombrero al revés 
un borracho se reía.
No escuchaba, no veía 
y no se enteró siquiera
cuando bajó una manguera 
del cielo y lo succionó 
y al platillo lo subió 
sin preguntar ni quién era.

Y sucedió que en la nave 
al completar la abducción
la intrusa tripulación 
se contagió con la grave,
natural, constante, suave 
risa que aquel ciudadano
de aquel planeta lejano, 
en aquel justo momento,
con aquel encantamiento 
reía como un enano.

Tras el trance divertido 
de acabar, en su pesquisa,
abducidos por la risa 
de quien habían abducido,
rumbo a lo desconocido 
del espacio sideral
partió la interestelar 
nave de aliens fisgoneros
mutados en misioneros 
hacia un destino especial.

Con diez antenas por banda, 
risa en popa, a toda mecha,
un ovni como una flecha 
por el firmamento anda. 
Lleva un tesoro que agranda 
el tesoro de vivir.
Y en risueño ir y venir 
riega, derrama, propone
la risa al cosmos y pone 
todo el cosmos a reír.

La risa inundó planetas, 
galaxias y nebulosas,
estrellas voluminosas, 
constelaciones, cometas,
agujeros negros, grietas 
de tiempo, astros, meteoritos,
luceros, uranolitos, 
satélites, planetoides,
soles, lunas, asteroides, 
multiversos inauditos…

Cada habitante que en cada 
planeta la recibía
entregado sucumbía 
en mágica risotada.
La risa desparramada 
todo el espacio inundó.
Toda enfermedad curó. 
Puso paz donde había guerra...
Y entonces llegó a la Tierra 
donde vivimos tú y yo.

La risa para llegar 
no tuvo prisa ninguna.
Mirando desde la Luna 
tramaba dónde brotar…
¿Dónde? Pues ponte a pensar… 
¡Un pueblito de novela
humilde como una abuela, 
con un alcalde muy serio
y un parque y un cementerio 
y una iglesia y una escuela!

Justo la escuela eligió: 
al ver dos chicas posando
y ante una tablet muequeando 
la Risa misma rió. 
Por la tablet se coló 
su reír poco a poquito…
Y ya saben... del pueblito 
al circo, a la capital, 
al borracho, a la espacial 
nave… y hasta el infinito.

Así como la serpiente 
se muerde su propia cola,
retorna a la mar la ola 
y vuelve el agua a la fuente,
ya la risa eternamente 
retorna en ciclo a su gloria.
No es de un fallo en la memoria 
ni es de reír sin parar
que no haya modo de hallar 
dónde comenzó esta historia.

Risa es dúo, es amistad, 
es yunta, pareja, manos,
es dos, es tres, es hermanos, 
es el todo y la mitad,
es compañía, ciudad, 
orillas, labios, soporte,
es tú y yo, nosotros, norte 
y sur, controversia, pies,
es alas, espejo, y es 
que te quieran y te importe.

Más, contarlo es otra cosa. 
Aún más contarlo en un verso.
La Risa es un Universo 
que en Universos retoza.
Se hizo este cuento sin prosa.
Único cuento que no
acaba ni comenzó 
porque es de seguir riendo
pues no termina diciendo 
“Este cuento se acabó”.

 

 

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