Marrakech, Marruecos.

Nunca había pisado tierra africana. El único continente que me faltaba. Y lo hicimos por el magreb "lugar por donde se pone el sol" en árabe, cuando se refieren a los países del norte de África. Especial también por la Historia, por la cantidad de libros de aventuras y espionajes, así como películas (la clásica Casablanca, por ejemplo y muchas más). Por ello llegamos a Marrakech, Marruecos, a enfrentarnos a esa cultura, a los bereberes, a los dromedarios, al desierto, etc. Viví algo maravilloso. 

La primera parada fue en un lugar donde se hacen unas cerámicas fantásticas. Vimos al artesano trabajar en todo su proceso, el horno, la pintura y la tienda donde las vende (todo rústico y humilde, pero con gran sentido del humor el compadre). De ahí seguimos para ver a las mujeres bereberes hacer el aceite de argán. Todo el proceso artesanal desde el grano hasta el envasado. También subimos el Atlas por el Valle de Ourika y contemplar desde lo alto la cascada del mismo nombre.

La excursión por la medina de Marrakech fue impresionante, su gran mezquita, el Palacio de Bahía, sus callecitas, el barrio judiío y finalmente la Plaza del Mercado. Algo mágico.

Y antes de irnos de allí, llegar hasta las puertas del Desierto, ver una kasbach, montar en dromediario y contemplar un paisaje extraordinario. Punto a resaktar lo acogedores que son los bereberes. Mi agradecimiento y saludo desde aquí.