Mi respuesta a las cartas de los niños de Bahía Blanca, Argentina

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Esta es mi respuesta a los mensajes que me enviaron mis pequeños y queridos lectores de 4to. básico de la Escuela No. 25 de Bahía Blanca en Argentina (ver fotos). Sé que Bettina, esa entusiasta y creativa bibliotecaria, se la hará llegar.

Amigos:
La pregunta que se repite en todas sus cartas es "¿Cómo se puede llegar hasta Villa Hermusa". Pues con mucho placer la respondo aquí. Pero antes aclaro que yo no nací en ese sitio. Yo nací en la ciudad de Matanzas, en la Isla de Cuba y viví allá casi la mitad de mi vida y la otra mitad en Chile. Tengo doble nacionalidad. Y además, les confieso que me encanta Argentina y también toda mi Latinoamérica.

Aprovecho para informarles que tengo muchos más libros escritos además de los que leyeron y sé que algún día los van a leer, para que me sigan haciendo feliz por eso.
Aclarado lo anterior, ahora sí les cuento cómo yo llegué a "Villa Hermusa":
Pues en una ocasión, teniendo yo la misma edad que ustedes, en mi ciudad natal me encontré a un anciano que le gustaba contar muchas historia, ya que era un hombre que había leído miles y miles de libros. Y hablando con él sobre cómo sería vivir en lugar donde todos sus habitantes además de ser obreros, campesinos, profesionales, autoridades, estudiantes, etc., fueran también artistas, como pintores, músicos, escritores, bailarines, cineastas, etc., etc. Y cómo sería si todos ellos tuvieran un gran sentido del humor. 
Y el buen anciano me confesó que conocía un sitio llamado "Villa Hermusa" que cumplía con esas características. De inmediato quise saber -al igual que ustedes-, cómo podría yo conocerlo, que por favor me diera la dirección. Y la respuesta de él fue: "yo no podría decirte cómo llegar. Yo llegué de una forma extraña. Mientras más leía libros de literatura infantil y juvenil y mientras más jugaba, reía y estudiaba", me siguió diciendo el anciano, "más datos aparecían en mi cabeza, hasta que vi claramente la dirección exacta y cómo llegar".
Entonces, como eran tantos mis deseos de conocer "Villa Hermusa", dediqué mi infancia y adolescencia a leer y a leer libros de literatura infantil y juvenil, sin dejar de reír, jugar y estudiar nunca y -les confieso-, también viví la experiencia de ver de a poco los datos sueltos que llegaban a mi mente y que fui guardando y armando como rompecabezas hasta que supe finalmente cómo ir hasta "Villa Hermusa". Y fue impresionante, mágico, lo más importante que me ha pasado en la vida. No me quedé porque no quería separarme de mi familia, pero si hubiera estado solo en este mundo, feliz me hubiera quedado en esa maravillosa villa.
Por lo tanto, les repito a ustedes lo mismo que me contó el anciano a mí, como a él se lo contaron y como espero que ustedes se lo cuenten a sus hijos y amigos, si ellos desean visitar esa Villa.
Compartido con ustedes este secreto mío, me despido con mucho cariños para todos, incluyendo por supuesto a la Seño Bettina y deseando que se mantengan en contacto conmigo, porque me encantaría saber si con el tiempo alguno de ustedes lee otro libro mío y si alguno llega a visitar "Villa Hermusa".
Un abrazo gigante.

 

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