Orión y Pipita. Cuento No.3

manywoman3_1.png"EL CRIMEN"

 

-¡Orión!
-¿Qué sucede, Pipita?
-¡Han entrado a tu baño dos hombres trastabillando!
-¿Y qué hago? Es un evento importante y tienen derecho a entrar así, ¿no?
-Lo sé, pero debes asomarte por la ranura de tu puerta a ver. ¡Algo me huele mal!
-Deja ver… Bueno, están abrazados frente a los lavamanos.
-¿Serán amantes?
-No creo. Espérate para escuchar bien… El flaco le dijo al más bajito… no escucho bien… dijo algo sobre un vino de caja.

-¿Vino de caja? ¿Se le llama así a venir tropezando? ¿Y la caja es por la caja de muerto?
-No, Pipita. Me imagino que le dijo algo así como que huele a vino de caja.
-¿Qué significa eso, Orión?
-¿No has probado esos vinos que venden en cajas de cartón? Es como beber vinagre casi.
-No. ¿Pero no te dije que algo me huele mal?
-Ahora el más bajito se metió en un cubículo, supongo que fue a orinar.
-¡Sabe dios lo que hará ahí!
-¡No pienses mal, Pipita¡

-Mira, Orión…
-¿Qué cosa, Pipita?
-Nada iba a decirte: mira, Orión… que miraras, ¿entiendes? Para que me contaras cuándo saliera el tipo.
-Ah, está bien… Oye, el flaco sacó jabón líquido del dispensador, ¡y de su mano se lo llevó a la boca!
-¿Cómo?
-Se echó jabón en la palma de la mano y…
-Yo entendí, Orión. Dije “cómo”, como una expresión de asombro.
-Ah, está bien… Pues parece que pensó que era pasta de diente, porque se está restregando los dientes con el dedo.
-Ah, pobrecito, fue para quitarse el tufo que le dijo el otro.
-¡Oye, el bajito salió del cubículo con todo el pantalón mojado. Creo que ni se abrió la cremallera para orinar.
-¡Imbécil!
-¿Por qué me dices eso, Pipita?
-No era a ti, Orión, era al hombre ese. ¡Qué asco!
-Ah, está bien… Pues el bajito fue hacia el secador de manos y lo echó a andar para secarse el pantalón, pero como no llega por su baja estatura, está dando brincos para que le llegue el aire caliente a esa zona.
-No lo puedo creer.
-Te lo juro, es como si tuviera muelles en los pies. ¿Por qué te voy a mentir, Pipita?
-A ti te creo, Orión. Mi expresión fue por la incredulidad de que el tipo haga eso.
-Ah, está bien… Te diré que el flaco vio a su compañero haciendo eso y sacó un pañuelo del bolsillo.
-¿Para qué un pañuelo? ¿Tratará de secarlo con eso?
-No, porque ahora se arrodilla en medio del baño, se inclina hacia delante…
-¿Es musulmán y está rezando?
-No creo.
-Yo sé que tú no eres creyente, Orión.
-No, digo que no creo que él sea religioso, Pipita.
-Ah, está bien… ¿Y qué está pasando ahora?
-Sigue arrodillado y está doblando el pañuelo con cuidado, pero se enreda bastante.
-No entiendo.
-Que le cuesta doblar el pañuelo, Pipita, ¿estás sorda?
-¡Dije que no entiendo lo que quiere hacer ese tipo!
-Ah, está bien… Pues al fin terminó y coloca el dichoso pañuelo, mal dobladito, en el piso…
-¿No será un ritual, Orión?
-Puede ser, Pipita. El caso es que recostó su mejillas en el pañuelo y se acostó a la larga boca abajo.
-No te dije. Es un ritual. Seguro que ahora convulsiona, o se mueve de forma extraña…
-Sí, se está moviendo…
-¿No te dije?
-Se estaba acomodando, Pipita. Creo que se echó a dormir ahí.
-¿Tanta cosa para dormirse, Orión?
-¡Ya el bajito dejó de dar brinquitos!
-Menos mal. ¿Y se le secó el pantalón?
-No… ¡Eh! ¡Volvió a brincar!
-Esta gente no está bien. ¿Por qué brinco ahora, Orión?
-Porque vio a su compañero acostado en el piso y ha pegado tremendo brinco del susto.
-¿Susto por qué?
-Porque el flaco de verdad parece que está muerto, Pipita. ¡Y con esa espuma saliendo de su boca…!
-¿Del jabón líquido, Orión?
-Así es. Ahora el bajito lo está zarandeando, pero el flaco no despierta.
-¿Tanto sueño tenía ese hombre?
-El bajito le está tomando el pulso al flaco, mientras menea la cabeza como negando…
-¿Pero di algo, Orión!
-No está pasando nada nuevo, Pipita. El bajito está pensando.
-¡Te dije que dijeras algo sobre este extraño asunto, ¿estará muerto de verdad ese tipo? No lo dije para que me contaras lo que sucedía.
-Ah, está bien…. Este, mira, sobre eso nada más te diré que no creo que esté muerto.
-¡Pero di algo más, Orión!
-Mira, las probabilidades de que…
-No, ahora quise decir que dijeras algo más de lo que pasa ahí dentro.
-Ah, está bien… El…
-Espera, antes de que continúes. Dime una razón válida para que afirmes con tanta seguridad de que no está muerto ese flaco.
-Porque la teoría de las probabilidades nos dice que es casi imposible que la gente se muera en los baños después de decidir acostarse a dormir en el piso, ¿entiendes?
-¿Esa es tu única razón, Orión?
-Esa y porque acabo de ver cómo el flaco se rascó un poco el trasero sin abrir los ojos y siguió durmiendo como si nada.
-¡Ay, que alivio!
-¿Te picaba a ti también?
-¡No, Orión! Me refería a que me deja más tranquila que no haya un muerto en el baño.
-Ah, está bien… Pero te cuento que el bajito no lo vio moverse, porque ahora le está poniendo su oído en el pecho del flaco, como oyendo los latidos.
-Sigue comprobando si su compañero está vivo o muerto.
-Sí… ¡Ay, mi madre! El bajito le golpeó el pecho con el puño cerrado al flaco y acto seguido le tapó la nariz y le está aplicando respiración boca a boca.
-¿Y el aliento a vinagre? ¿Y el jabón líquido?
-¡Qué sé yo! Ese hombre no sabe qué hacer, Pipita. Se puso de pie y parece que sigue con dudas de si está vivo aún.
-¿Por qué lo dices?
-Por su expresión y porque está arrancando el espejo del lavamanos.
-¿Pero por qué hace eso?
-¡Ya lo sacó, Pipita! Y es grande el espejo.
-Se le puede caer de las manos y herirse y hasta matarse.
-Cállate, Pipita. Ya tenemos a uno casi muerto. No llames más desgracias.
-¿Pero qué hace con el espejo?
-Con tremendo trabajo se lo está acercando a la boca del flaco.
-¡Ah, es para comprobar si respira, Orión!
-Parece… Creo que se convenció de que su amigo está muerto, Pipita. Comenzó a santiguarse frente a él con mucha solemnidad.
-¡Hay que decirle que no está muerto!
-Espera, acaba de verse en el espejo que dejó recostado a la pared y está poniendo distintas expresiones, hace gestos, pone poses… Creo que le gustó verse como una autoridad, como un policía o algo así. Incluso camina dando una vueltecita sin dejar de mirarse.
-¿Y trastabilla?
-Todo el tiempo… Se quedó mirando al flaco en el piso y creo que se le ocurrió algo.
-¡Por dios! ¿Qué hará ahora?
-Está sacando papel higiénico del rollo, Pipita.
-¿Le entraron ganas ahora, Orión?
-No, con la pose de autoridad está colocando en el piso el papel higiénico, alrededor de todo el cuerpo del flaco, como dibujando su silueta.
-¿Como si fuera una escena del crimen?
-Exacto. Y está colocando el papel higiénico de pared a pared, como si fuera la cinta esa que pone la policía para delimitar la escena del crimen.
-¡Yo sabía! ¿No te dije que algo me olía mal, Orión?
-Pero no defecó, Pipita, te dije que usó el papel para otra cosa. Además, no han hecho nada malo.
-¿Ah, no? Desde que… ¡Oye! ¡Está entrando otro tipo a tu baño!
-¡Ya lo veo! Es el maestro de ceremonias del evento, ¿no?
-¿Por qué lo sabes?
-Porque es un tipo estirado y con ese frac…
-¿Y qué reacción tuvo el bajito al verlo entrar, Orión?
-Nada, se quedó observándolo y lo siguió con la vista hasta que el tipo se metió en un cubículo.
-A orinar, supongo, ¿no? ¿Y qué hace el bajito? Espero que deje tranquilo al del frac.
-El flaco sigue paseándose por todo el baño, tropezando y con su pose autoritaria, ahora pone los ojos achinados como si meditara.
-Creo que hay que sacarlo de ahí, Orión.
-Espera, Pipita, salió el maestro de ceremonias y fue a lavarse las manos.
-Lógico.
-Pero el bajito se le acerca, espera… le dice en actitud de ser un interrogatorio oficial que dónde estaba hace un rato. El hombre lo mira y no le responde. El bajito le pregunta si tiene una coartada. El tipo lo mira con cara de pocos amigos…
-¡Ay, dios! ¡Esto va a acabar mal!
-El bajito le pregunta qué relación tiene con el muerto. ¡Y el tipo le pega tremendo puñetazo en la mandíbula al bajito!
-Lo sabía, Orión. ¿Llamamos a la policía?
-Espera. El flaco se recupera, lo mira como desafiándolo y sale corriendo y gritando, ¿lo escuchas?
-Sí, lo oigo, “¡El mayordomo es el asesino!”, ¡el mayordomo es el asesino!”… Oye, ¿y qué hace el del frac?
-Deja ver… se acerca al espejo…. Ahora está poniendo distintas expresiones, hace gestos, pone poses… Le gustó parece verse como un mayordomo criminal. Incluso camina dando una vueltecita sin dejar de mirarse…
 

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