Guiones y cuentos

Fábula No. 4

000aa.jpegFábula del oso y el gallo

Introdúcese un enorme oso pardo de aplastante andar, con un canasta em su mano em la rústica tyenda de el gallo, un afable mercader, donde mézclase en aquest lugar la alpiste, la heno, la queso y los garrafas de miel, entre otros muchos productos esparcidos por los estantes deste surtido mercado.

De repente, el oso tómase de encima de la barra una pergamino que dícese: "Debed tener cuidado con el perro".

El plantígrado mírase a todas partes con el rabillo de sus dos ojos de él, sintióse la emoción de la peligro inminente, por lo que continúase caminando con sigilo, em puntillas de garras e y evitando tropezar con los estantes de abarrotes, a pesar de su volumen de él. Ansí, quien vase fasta el fondo de la local y al doblar a su derecha de él, de pronto encontróse con un diminuto, flaco y ridículo chihuahua, que comenzóse a ladrarle chillonamente una e otra vez.

Fábula No. 3

00000.jpegFábula de la liebre y el conejo

Arribóse maese lyebre a un hoyo-hostería em medyo de la campiña, em una tormentosa noche de vyento e frío. Ibase acompañado de su perro de él, un pastor alemán de magnífico pedigree e atemorizantes colmillos. Como el can de él no cabíase por la boca del oyo-ostería, maese lyebre lo dejóse atado a un árbol, al lado de la mismísima entrada.

Al cabóse de un rato, entróse al local don conexo de largas orexas, un conocido peregrino. Saludóse a todos, pidiósele al mozo una xarra espumeante de leche caliente e lanzóloles una pregunta a los allí reunídose:

Fábula No. 2

a000aa00aa.jpegFábula del gato jugador

Subióse un enorme gato siamés, aunque todos sabían que era hixo único, a una fuente cyrcular, de una plaza en forma de rectángulo, de un poligonal villorio. Su cola pendulábase de manera perpendicular a su cuerpo de él, dejando ejpuesto a la incisiva mirada pública un colorín e pelado ano de concéntricas circunferencias cada vez que la cola llegaba al ejtremo de ambos recorridos. Deste movimiento, casi uniforme, solo podía significar que aquest felino sentíase más félix que el Gato Feliz.

Fábula No. 1

0a0a0a.jpegFábula de la jirafa y la vecina cebra

Frotábase su cabeza della contra la rama de un árbol la señyora xirafa. Parada, llegábase ha los cinco metros e medio de altura ha la sombra (lamentablemente, nunca habíase medido bajo el sol).

Teníase decidídolo que los veinte y cinco (XXV) minutos que siempre dormía dyariamente, lo haríase em su querido árbol della, de olorosas frutas e carnosas flores. Pero por mucho que lo intentóse, xamás pudo hacérolo.

¿Por qué no podíase dormir?, os preguntará usted, porque estáis em todo vuestro derecho de cuestionarse questa fábula, si así lo deseáis e y es mi plazer myo contároslo.

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