Sexta presentación del humor en Festival de Viña 2017

descarga_4_7.jpegLe tocó el turno al señor Fabrizio Copano. Él es el más fiel representante del stand up comedy. Un género que se basa en la interacción con el público rompiendo la cuarta pared y apoyándose básicamente en el guión, con una forma natural de comunicación, sin relevantes elementos de actuación ni mucho menos.
Por lo tanto, me limito a decir que tres cuartos de su rutina se basó en lo político-ideológico y el resto en humor blanco, a veces picaresco, aunque no llegó a agredir cuando pasaba por la frontera. Según me percaté, dijo pocas malas palabras; aunque de esas pocas muchas fueron innecesarias, pero no quiero remarcar eso, porque parecería demasiado puritano. Sólo sí afirmo que yo no las diría en escena.

Puedo decir también que se ve que tiene una buena percepción de su entorno, de donde saca los materiales para sus guiones, que los procesa de manera aguda, con cierta tendencia al cinismo y la ironía dura.

Se ve que está en la parada de “no tengo pelos en la lengua”, “tengo derecho a decir lo que quiera”, etc. Y eso me parece bien. Sin embargo, no comparto la decisión de decir sus opiniones como si él tuviera toda la razón del mundo, si tuviera la verdad de la vida. No comparto que a veces use el micrófono para decir cosas serias, como un verdadero líder de opinión. Yo quisiera que respetaran que están haciendo humor, no dando discursos. O lo que es peor, que haga propaganda de su militancia política ideológica, descalificando al que no piense como él y los suyos. Por ejemplo, no toda la derecha es pinochetista, ni es corrupta, como tampoco me hubiera gustado que dijera que toda la izquierda es violentista o castrista.
(A propósito, me alegro de que no haya triunfado esa previa campaña para pifiarle a Copano solo porque era muy de izquierda. Es repudiable esa actitud).
Bueno, sigo, quizás yo sea un viejo de mierda, que ya estoy obsoleto y no estoy a la altura de esta juventud rupturista y que se las sabe todas.
No lo dudo. Yo sólo soy un creador que le gusta el humor elaborado artísticamente, incluso hasta cuando hago sátira política, o cuando critico lo mal hecho, cuando trato de abrirle la mente a mis lectores o espectadores sobre los errores y maldades de las autoridades. Pero no me gusta hacer campaña política-ideológica, no me gusta imponer mi pensamiento y menos de forma tan abierta.
Ojo, con mucho de lo que dijo yo estoy de acuerdo. Recuerden esta oración, para que en sus comentarios no me digan lo que piensa que yo pienso.
Ya lo dije en estos días en otro texto. Para mí el humor no tiene color político.
Claro, tiene derecho hacerlo y es válido el tipo de argumento de que al que no le guste que cambie de canal. Por supuesto que yo defiendo que él tenga el derecho a decir todo lo que dijo. Como yo tengo derecho a pensar distinto o no, y como tengo derecho a escribir estas líneas.
Bueno, conclusión, por momentos la pasé bien con ese señor (de nuevo pido que lean la oración anterior, para que en sus comentarios no aseveren que no me gustó para nada) y por momentos me molestó, pero prefiero mil veces mejor verlo a él que a los dos primeros que se presentaron.
Como espero se hayan dado cuenta, no estoy provocando ni atacando a los que se rieron mucho con ese señor, ni a los que comparten su ideología, ni a los que encontraron que es el mejor artista que ha pasado por el Festival en su historia.

 

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