Si no lo digo, exploto

descarga_15_1.jpegHe hecho lo imposible por no meterme públicamente en política y casi lo he logrado, pero hay excepciones. Como esta. Es que uno tiene su corazoncito... Así que voy a compartir esta reflexión, para exorcizarme. Será como sacarme ese moquito duro, pegado y doloroso que proliferan en nuestras narices, en climas tan secos como el de Santiago. 

Comienzo... Si alguien me dice que los gobiernos de Pinochet, Los Castros, Mussolinni, Ceaucescu, Stalin, Hitler, Somoza, Honecker, Stroessner, Franco, Gustav Husack, Amín Dada, Mao, Duvalier, y un lamentable etcétera, fueron democracias y no fueron dictaduras, ¿qué hago?

¿Le digo que es un problema de percepción como dijo hace poco un político del Partido Demócrata CristianoChileno sobre Cuba?, ¿Tengo que soportarlo y me hago amiguito y hasta colaboro con él, como hacen otros políticos para no perder el poder, el voto?

También es algo extraño y curioso -por decir lo menos-, que el señor Ballesteros, otro joven político del Partido Comunista de Chile diga impúdicamente que Cuba es una democracia y nadie lo contradiga. ¿Hay que ir a la Universidad para saber que es un hecho comprobado todo lo contrario, con mil pruebas irrefutables de que aquello es una dictadura? ¿Alguien puede probar que no lo es? Yo sí no puedo decir que es un problema de percepción. Ni es un problema de percepción que la madre de la Presidenta de Chile diga que la RDA no era dictadura, ni es un problema de percepción que Tellier, el presidente del Partido Comunista Chileno y su acólitos le hayan enviado felicitaciones al Partido Comunista de Corea del Norte en su cumpleaños y en estos días inviten a un personero de allá, cuando es una dictadura peor que la de Fidel, que es mucho decir. Y no es problema de percepción que Camila Vallejos grite a los cuatro vientos que desea ver instalado el régimen cubano en Chile. 

Pero alguien dirá: es su opinión y hay que respetarla. Y yo respondo: claro que hay que respetarla. Hasta esas barbaridades hay que respetar, porque soy demócrata, liberal, creo en los derechos humanos, en la libertad de expresión, etc., etc.

Yo sería incapaz de lanzarle un vaso de agua a una ministra, o de lanzarle un salivazo a un presidente, etc., etc., algo que está floreciendo en nuestra sociedad, lamentablemente. Estoy contra la violencia de todo tipo.

¿Pero qué hacer ante esas declaraciones que agreden la inteligencia y la dignidad humana? Porque eso es lo que logran hacer con esas declaraciones. Pues no se me ocurre nada. Excepto agarrar una rabieta y descargarla en el teclado como ahora. Porque salirles al paso; es decir, responderles a esas personas es por gusto, porque detrás de esas opiniones supongo que hay algo más fuerte, algo oscuro escondido que nadie quiere ver. Las frases como la de "la retroescavadora" no es casual. Da miedo. Y yo si no soy asalariado de la CIA, ni armo supuestas campañas de terror porque me siento un liberal de izquierda y para mí la extrema derecha y el pinochetismo es igual de dañino. Y tampoco soy un inocente, ni un ignorante. Creo yo.

Además, con esos personeros no hay diálogo. Son personas antidemocráticas. Y no se dejen engañar, si esa gente puede llegar al poder, solos, sin coalición, lo primero que harían será prohibir los otros partidos políticos, suspender elecciones libres, disolver el parlamento, restringir al mínimo la libertad de expresión, etc., etc. Eso harían las Camila Vallejos, los Ballesteros, los Tellier, etc., porque repito, no son demócratas. Es lo que han hecho los comunistas siempre. Llegando al poder aplicarán los métodos conocidos enseñados por Fidel, Mao, Stalin, etc.

Lo anterior es un hecho, insisto, no es una interpretación. Es lo que ha sucedido en la Historia del s. XX. Y ojo, no digo que en Chile hay una democracia perfecta, ni digo que estoy de acuerdo con muchas acciones realizadas por los gobiernos de E. U., así como también afirmo que hay una enorme brecha entre ricos y pobres, la cual hay que combatir, que hay injusticias, que hay corrupción, que fue doloroso ver personeros de Pinochet como ministros y con altos cargos en el gobierno de Piñera, que aún no hay justicia y reparación y otros lamentables etcéteras.

Pero hablemos de esos feos temas, hablemos de luchar contra todo eso para mejorar. Sin embargo, no se quiere hablar, no se quiere dialogar. Se quiere imponer las cosas. Algo anda mal en Chile.

¿Qué hacer entonces en la práctica? No sé. Solo se me ocurre esperar cómo se enloda la democracia con esas personas tomando cada vez más poder, con la esperanza de que el pueblo en las urnas los castiguen la próxima vez. Y castiguen también a esos políticos y políticas de otros partidos que para ganar más poder, los acogen, a pesar de ser tan antidemocráticos. ¿Es una solución esperar? Tampoco sé. Quizás las masas sigan embobecidas con los cantos de sirena y voten aún más por ellos.

No obstante, mi espíritu optimista y positivista se va a imponer a esta lúgubre reflexión y me dará de nuevo ánimo para soportar lo que se viene para Chile si esto sigue así.

Es que ya que no deseo de nuevo hacer patria en otro lado.

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