Sigue triunfando el humor

Triunfa el humor

No sé si estoy en una nube. En serio, no saben la alegría que tengo.

 

En mi artículo anterior, me refería a la anécdota que me contó la profe de educación diferencial (me tiembla la mano, porque estoy loco por decir su nombre, debido a la gran labor que hace y que merece más felicitaciones que yo, pero me pidió anonimato). Ahí conté que era el segundo caso que conocía donde mi libro "Pepito, el señor de los chistes" había ayudado a un niño con problemas. Pues acaban de contarme el tercero. Sonia, una compañera de la educadora que me escribió, también fue testigo de este tercer caso. Copio aquí su anécdota:

 

Yo tuve un niño muy especial. Se creía perrito y gateaba por la sala ladrando, la verdad los compañeros no le hacían mucho caso, se escondía en el estante a dormir o llorar. Yo lo atendía como psicopedagoga en el colegio. Él estaba en 3ero básico, pero a penas leía. Tenía dificultades sociales. Nunca hacía las tareas y al final los profesores lo dejaban ser dentro de la sala de clases. Así, hasta que comencé a trabajar con él y empezó a tomar más confianza. Me lo llevaba al aula de recursos para que hiciera algunas tareas y aunque buscaba las actividades más lúdicas, se aburría. Yo no conseguía que se interesara por leer. Hasta que por sugerencia de la misma educadora que le escribió contándole su anécdota, comencé a leerle chistes del libro. Después de eso le encantó tanto que quería hacerlo solo. Nos leía toda la tarde feliz de la vida. Y aunque leía mal, los entendía perfecto. Lamentablemente su madre se lo llevo del colegio el año pasado. No podría asegurar si tenía algún síndrome, porque su madre no estaba muy comprometida con su educación.

 

Gracias a Sonia por la preciosa labor que realiza. Para ella todas las felicitaciones.

 

Y algo muy importante: no es casualidad que el humor le hace tan bien a los niños. A los niños y a cualquiera. Por lo tanto, es fundamental que las y los educadores que trabajen con niños con problemas (o sin ellos), utilicen los chistes infantiles como una especial herramienta terapéutica. Y en cuanto a motivar a leer a través del humor, yo doy fe que es significativamente eficaz y eficiente para conseguir el hábito lector. Ese es mi trabajo, además de escribir, por eso sé de lo que hablo.

 

Gracias.

 

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