Vestigios # 18

Fotos, notas, videos, recortes de diarios, imágenes, todo sirve para no olvidar los gratísimos momentos, hechos, anécdotas, personajes, impresiones y experiencias que he vivido haciendo camino en el humor... Definición de "vestigio": "Señal o huella que queda de algo o de alguien que ha pasado o que ha desaparecido".

En 2016 visitamos un país al que jamás pensé ir. Pero la vida da sorpresas. Un hijo nos invitó. Las espeluznantes historias de Pol Pot, que fue el dictador comunista, principal líder de los terribles Jemeres Rojos y responsable del exterminio de 2 millones de personas, hacían que no estuviera en mis planes conocer nunca a Camboya. Por supuesto, me negué a visitar los museos de las víctimas.

Entonces decidimos ir a Siem Riep, el lugar más visitado del Reino de Camboya, donde se encuentra la antigua ciudad sagrada de Angkor, epicentro del Imperio Jemer, cuyo esplendor lo tuvo entre los siglos IX y XV. Es Patrimonio de la Humanidad.

Así que con tremendísimo calor húmedo, hicimos largas y sudadas caminatas para visitar unos cuantos templos en ruinas y/o restaurándose, como Angkor Vat, Angkor Thom, Phimeanakas, Terraza de los Elefantes y otros.

Debo reconoce que los camboyanos son personas deliciosas, nobles, serviciales, sociables, tiernas, cariñosas y siempre con una sonrisa en sus bocas. Uno se enamora de ellos, por esa razón duele mucho más la pobreza.

Las fotos, desde la No. 1 hasta la No. 14 pertenecen a los impresionantes Templos. Verán que son diferentes las ruinas, porque mis poleras (pull over), son de colores distintas cada día.

La 15, 16 y 17 son de una fábrica de seda. Fábrica pobre, artesanal, donde las operarias con bajos salarios, van con sus hijos chicos y los sientan al lado de los telares por no tener quién los cuide; donde las operadoras almuerzan sin abandonar el puesto de trabajo y donde solo le dan un permiso para ir al baño por sesión. Y donde ellas no protestan, porque las echan y hay una larga fila de mujeres esperando una vacante para trabajar. Todo eso nos lo contó el capataz en un aparte. El tour por la fábrica termina en un salón de ventas con diseños de vestidos y prendas de seda, carísimos. Para los turistas extranjeros, por supuesto.

La foto 18 es de una gran sartén con grillos fritos que una señora vendía en la acera. Al lado verán parte de la otra sartén con cucarachas fritas. Un manjar para los camboyanos. Les puedo asegurar que de verdad son riquísimas (en mis sueños, claro, porque comprobé que no estoy preparado para probarlas, a pesar de que me las doy de valiente en esas cosas).

Y finalmente, en la foto 19, van a ver una orquesta de música instrumental autóctona, formada por discapacitados producto de las bombas antipersonales que dejó enterradas el régimen comunista. La orquesta tocaba a la salida de uno de los Templos que visitamos.

Pero no se queden con el ánimo caído, porque fue un viaje precioso.

En resumen: hotel, comida y transporte bueno y barato. En estos países lo caro es el viaje en avión, por supuesto. Pero el sacrificio vale la pena. Aprendes de una cultura bien distinta a la de uno, disfrutas de esa arquitectura, de esa Historia, compartes con otros pueblos, pruebas otros sabores y pasas unos días que no olvidarás jamás. En serio, es increíble la experiencia.