Pelayaserías - El blog de Pepe Pelayo
Concierto lector
Libros de Pepe Pelayo

De cómo viajé al Vaticano con mi nieto y de lo que no nos acaeció.

aa.jpgRelato poco espiritualista de un tour por la Santa Sede, abortado por un súbito terror.

 

Mi nieto Benjamín hizo de todo a su alcance para que lo llevara al Vaticano. No entendí esa repentina motivación espiritual, pero como típico abuelo condescendiente, lo complací.

Soy agnóstico, pero siempre me ha llamado la atención la vida de Jesucristo, porque sea una historia real o no, fue abnegada sin dudas. Como una novela de sacrificción, diría yo. Eso se lo explicaba a mi nieto en medio de la Plaza de San Pedro, bajo tremendo aguacero, esperando ahí hasta empaparnos; es decir, hasta ver al Papa.

Soy un hombre afortunado

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Sí soy un hombre afortunado por muchas razones. Una, haber sido un gran amigo de Daniel Rabinovich (Neneco) de Les Luthiers. El próximo mes se cumplen dos años de su muerte y hoy compartimos con su viuda, nuestra querida Susana, en su paso por Santiago, regalándonos el libro biográfico de Daniel que acaba de salir. 

No. 36

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Por favor, no envidiemos la inteligencia de los que ganan premios Nobel, ni la de los que pueden recitar de memoria la Biblia. Porque la mejor inteligencia es la de la persona que sabe tomar buenas decisiones, disfrutar la vida, tener un sentido del humor desarrollado, respetarse tanto a sí mismo como a los demás y tener la capacidad de ser feliz a pesar de las circunstancias.

Libro que recomiendo: "Escritos birriosos"

escritos-birriososcubiertav2.pdf_160.jpgRecuerdo esos años en mi ciudad natal de Matanzas, Cuba, cuando cursaba la Enseñanza Media, preuniversitaria, en que se ponían de moda ciertos autores entre varios de mis compañeros y nos sumergíamos en La Biblioteca Provincial a bucear entre aquellos enormes estantes para encontrar el libro de turno e intercambiarlo después por otro. Muchos escritores pasaron por esas “modas”, como Williams Somerset Maughan, Stefan Zweing, Charles Dickens, etcétera. Pero hubo uno en especial que me impactó mucho: Enrique Jardiel Poncela. Tan es así que me “acusan” con frecuencia de que mi forma de escribir recuerda bastante a la de ese humorista literario español. Por supuesto, tomo siempre esos comentarios como elogios.

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