Pelayaserías - El blog de Pepe Pelayo
Concierto lector
Libros de Pepe Pelayo

Importante día en Jerusalem.

ss3.jpgMuchísimas personas desde que nací me hablaron de este lugar. En bastante literatura también me topé con él. Siempre soñé con visitarlo. Al fin lo logré. Nos acercamos mirando cada rincón de las estrechas calles, peinando cada tiendita de souvenir y conversando de varios temas. Entonces de repente apareció. Hice consciencia de donde estaba y me turbé, me emocioné. Pero no por una razón de credo. Soy agnóstico. Más bien mis pensamientos se fueron hacia mis primeros 40 años de vida, en la pequeña ciudad de Matanzas, sin esperanzas de viajar al extranjero, solo viviendo de mis lecturas en ese sentido. ¿Quién se iba a imaginar que viviría en Chile definitivamente y que iba a tener la oportunidad de viajar por esos mundos? ¿Cómo era posible que aquel provinciano de un país subdesarrollado estuviera ahora frente al santuario del Cristianismo “La “Iglesia del Santo Sepulcro” en Jerusalem y en poco tiempo después vería el santuario Musulmán “La cúpula de la Roca” y “El muro de las Lamentaciones”, el lugar más sagrado del Judaísmo. Era como estar soñando o estar en otra dimensión.

Primer día en Jerusalem.

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Nuestro primer día en Jerusalem lo dedicamos a visitar la Puerta de Jafa, por donde está "La Ciudad de David" y el Mercado Árabe, donde compramos flautas para mi colección. También viví mis primeras impresiones en esta ciudad al chocar con la Historia, algo que no ha parado hasta ahora. Por la noche volvimos al mismo sitio porque había un espectáculo de luces. Fue precioso cómo proyectaban luces con diferentes figuras, colores, textos y fotos en las antiguas murallas y todo los alrededores. Miles y miles de personas se reunieron ahí. Tuvimos que irnos porque ya era demasiado el tumulto. Emocionante ver a judíos y palestinos, más los turistas del mundo entero disfrutar una fiesta popular juntos y en paz.

 

 

 

 

Paseo por la ciudad de Tel Aviv.

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Un domingo de paseo por Tel Aviv, ciudad de más de 3,000 años. Por el centro, por la ciudad vieja, por la playa, rascacielos y el camino de entrada viniendo por Jerusalem (fuimos en bus para verlo todo cómodamente). Mezcla de culturas. Por ejemplo, la torre del reloj que aparece a mis espaldas en una foto, es otomana, pero en otras fotos verán mezquitas, sinagogas e iglesias. Lindos parques y avenidas llenas de restaurantes y cafeterías. Muchas pastelerías para mi sufrimiento, porque me lo comería todo. Requetemuchísimo calor para caminar, pero hubo que hacerlo para aprovechar el día. Impresionante -como en Jerusalem-, lo cosmopolita que es y la enorme cantidad de turistas. Artesanías, antigüedades y disfruté con limonadas, helados y granizados. ¿Qué más se puede pedir?

Sobre el nacionalismo.

descarga_3_9.jpegEl otro día mi amigo Pedraza Ginori mencionó, a raíz de mi largo viaje actual, la frase adjudicada a Pío Baroja: “El nacionalismo es una enfermedad que se cura viajando”.

Yo le agregaría: “y para el que esté imposibilitado de viajar, la cura está en leer libros y asimilarlos”.

Pero me quedé enganchado en el tema. Es que todos los colores ideológicos usan el nacionalismo para llegar al poder y mantenerse en él. Así que me zambullí en el tema y encontré esta frases de Albert Einstein (1879-1955): “El nacionalismo es una enfermedad infantil. Es el sarampión de la humanidad”. Frase bastante similar a la de Pío Baroja (1872-1956). Como se fijarán, ambos nacieron y murieron en años muy parecidos ¿Quién le copió a quién? ¿Fue coincidencia? Da igual.

También encontré esta otra de Johann W. Goethe (1749-1832): “El orgullo más barato es el orgullo nacional, que delata en quien lo siente la ausencia de cualidades individuales de las que pudiera enorgullecerse”.

Último día en Singapur

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Después de dos meses (que se fueron en un abrir y cerrar de párpados con pestañas naturales), donde intercalamos escapadas de tres días a Batam en Indonesia y de cinco días a Sri Lanka por regalo de nuestros anfitriones, con mezcla de tristeza y alegría pasamos las horas finales en ese país. Tristeza por dejar a Camilito, Sherry y a los dos peques Arieh y Eli. Y alegría, porque iríamos a ahora a la casa de Sebastián e Isi y su hija Adina en Jerusalem, a pasarnos otro mes lejos de la lluvia y el frío de nuestra querida Santiago.

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