Me refiero en esta reflexión a los tradiciones chistes orales, escritos, que cuentan una breve historia o situación.
Comencemos a descubrir ciertas teorías entonces. Por ejemplo, algunas mentes brillantes han intentado desentrañar el enigma de quién inventa los chistes populares, anónimos, como es el caso del escritor ruso de ciencia ficción Isaac Asimov, quien en el cuento “El chistoso” atribuye la autoría de estas bromas a una potencia extraterrestre.
Otra tesis la propuso la revista humorística española “El Jueves” , sugiriendo que los inventaba una sociedad secreta.
El mencionado ya Sigmund Freud, dijo al respecto: “se los inventa la gente”, así de sencillo y sorprendente, ya que uno esperaba una genialidad más complicada de ese señor.
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