El humorista en escena

sin_titulo-1a_0.jpgDentro del Evento "¿Piensas ya en el humor?", organizado por la Oficina de Investigación y Desarrollo del Humor Iberoamericano en La Habana, se lanzó el último número de la Revista Tablas, del Consejo Nacional de las Artes Escénicas, dedicada al humor.

En esa revista aparece publicado el artículo mío "El humorista en escena", entre otros textos escritos por Osvaldo Doimeadiós, Kike Quiñones, Onelio Escalona, Mireyita Abreu, Isabel Cristina López Hamze y Dania del Pino Más.

La presentación de la revista estuvo a cargo de su editora Fefi Quintana Montiel, que al referirse a mi participación, dijo:

"Contamos con un texto de Pepe Pelayo, humorista de raza que ha probado ser quien más teoriza sobre el humor actualmente. Pelayo, como si de un cuento se tratara, ofrece sus conceptos y diferenciaciones entre humor, comedia, humorista, comediante, etc., hasta llegar al stand-up comedy".

Le doy miles de gracias a Fefi por invitarme a colaborar en este proyecto tan importante para el humor cubano y a Kike Quiñones por mencionar tan generosamente en su artículo a mi grupo La Seña del Humor de Matanzas.

Copio íntegramente mi texto aquí, por si no se puede leer bien en las fotos.

 

UN HUMORISTA EN ESCENA

Ante todo, aclaro que lo planteado en este texto no tiene la intención de sentar cátedra. Se trata solo del fruto de mi visión personal, por lo que puede provocar diferencias con otros estudiosos o interesados, debido a la subjetividad de lo relacionado con el arte y en especial con el humor. Comencemos entonces. Imaginémonos a un señor cualquiera, al cual llamaremos "Isaac", nombre de origen hebreo que significa "Aquel con el que Dios reirá".

Pues pensemos que Isaac es simpático, gracioso, chistoso, con vis cómica; es decir, posee talento para hacer reír durante la sobremesa, o en las reuniones o fiestas, u otros eventos sociales. Si Isaac hubiera vivido hace siglos, quizás fuera un bufón, que no era más que un personaje gracioso, bromista, encargado de divertir a reyes y cortesanos con chocarrerías y gestos. ¿Qué tienen en común? Que tanto Isaac como el bufón hacen reír a su público enfrentándose solitos a ellos. Sin embargo, el bufón podría decirse que era un profesional; es decir, vivía de provocar risas, e Isaac no.

Sin embargo, a nuestro Isaac se le ocurre hacerse aficionado o profesional en el arte escénico y decide presentarse él solito, ya sea en teatro, circo, cabaré o en un medio audiovisual, por ejemplo, con la intención declarada de hacer reír. ¿Esto lo convierte en un humorista?

Veamos.

Una persona percibe una realidad distinta a la información que tiene guardada en su cerebro. Es una incongruencia que le llega por alguna vía (la ve, la escucha, se la imagina o la crea), con ánimo lúdico, claro. Entonces en una zona de su cerebro las neuronas "trabajan" y encuentran un vínculo entre ambas informaciones y "entienden " finalmente que se trata de un chiste. El cerebro "premia" el haber resuelto ese acertijo y ordena segregar cierto tipo y concentración de hormonas. Llega el placer cómico y su manifestación externa, que es la risa o la sonrisa. En fin, esa persona vivió internamente lo que le llamo proceso cómico.

Pero la persona decide "jugar" socialmente y compartir esta experiencia, convirtiéndose en fuente o emisor. Envía entonces el mensaje a un receptor, después de elaborarlo

desde su personalidad, cultura y demás subjetividades, y el receptor percibirá la incongruencia que lleva ese mensaje, también sobre la base de sus condiciones subjetivas y específicas de personalidad, cultura, etc., y reirá o sonreirá si finalmente pasa por su propio proceso cómico.

A ese "juego" social de comunicación de lo cómico es a lo que denominamos humor.

En otras palabras, el humor es la expresión de lo cómico.

En la vida, ese humor puede manifestarse desde una espontánea conversación cotidiana hasta en un pautado discurso político. Siempre que exista la intención consciente de hacer reír a un receptor.

Si la fuente envía sin intención un mensaje que el receptor percibe como incongruencia y termina riendo producto de su proceso cómico, no sería humor, porque la fuente no estaría "jugando", no estaría practicando el mecanismo de comunicación social adrede. Y el hecho se quedaría en la recepción de una incongruencia, como el inicio de un individual proceso cómico.

Insisto, si la persona desea convertir un hecho cómico en humor, entonces elaborará un mensaje que puede ir desde el solo objetivo de provoca la risa, hasta la sonrisa interior con intenciones de hacer pensar al mismo tiempo, y envía ese mensaje -a través de uno o más lenguajes artísticos- a uno o millones de personas, y eso se denomina arte humorístico o humorismo. Ahí es donde mayor elaboración del humor encontramos, tanto en forma como en contenido, como en cualquiera de las artes.

¿Por qué sucede esto? Porque el arte es también un juego. Las manifestaciones artísticas que producen placer estético no son más que juegos evolucionados -como el humor- que suceden en los seres humanos al dar el salto cualitativo del juego físico al juego con el desarrollo del proceso cognitivo, con el lenguaje, la asociación de ideas, el pensamiento abstracto, etcétera. El placer estético y el placer cómico tienen una misma raíz en el placer lúdico.

¿Qué es un humorista entonces? Es el que practica el humorismo. Pero solo el que hace humor deliberadamente; es decir, con la intención de provocar placer cómico. Aunque por hábito suele llamarse humorista solo al que se gana la vida haciendo humor y se olvida al que lo hace habitual o frecuentemente por el solo placer de hacerlo, aunque no le paguen más que con la risa o la sonrisa que provoca, como es el caso de un aficionado o incluso un ocasional contador de chistes de sobremesa, como empezó Isaac. Y, lógicamente, que usa de alguna manera algún lenguaje artístico.

Ojo, un creador de humor puede ser alguien que escribe, hace música, baila, canta, dibuja, esculpe, realiza videos, programas de televisión, radio, cine, actúa, dirige obras, etcétera, etcétera.

En nuestro caso, Isaac quiere ser humorista escénico. Desea pararse en un escenario cualquiera con la intención de hacer reír. Pero estar solito sobre un escenario y ante un público, en vivo o no, no es nada fácil. Por lo que Isaac tiene que aprender y dominar (poco o mucho, como él decida) el lenguaje del arte de la actuación, y también el lenguaje del teatro si hace teatro, del circo si hace circo, de la televisión si hace televisión, y así, según la modalidad que prefiera.

¿En qué se convierte Isaac entonces, además de humorista?

Según la definición de la Real Academia Española, si actúa haciendo reír, especialmente en un teatro, es un comediante o comedianta (el femenino "comedianta" está aprobado por la RAE, pero, por comodidad, a partir de ahora solo escribiré la palabra "comediante").

Volviendo a la definición, podría decirse que es un poco vaga, como casi siempre las redacta la Academia. Pero sigamos en su cuerda: "comediante" viene de "cómico"; es decir, que divierte y hace reír, o pertenece o es relativo a la "comedia".

Entonces "cómico" viene de "comedia", que significa: "pieza teatral en cuya acción suelen predominar los aspectos placenteros, festivos o humorísticos, con desenlace casi siempre feliz".

Conclusión: comediante es alguien que puede actuar solo -o no- en escena con el objetivo de hacer reír, y no hemos llegado a nada más concreto para la profesión de Isaac, además de calificarlo de humorista. Es que el concepto de comediante les sirve a las muchas manifestaciones artísticas que realiza una sola persona en escena.

Entonces, como el prefijo "mono" quiere decir único, uno solo, y "logo" significa persona versada o especialista, nos viene bien analizar a la persona versada en hacer "algo" en escena él solo. Lo que vendría a ser un monólogo.

Según la RAE, monologuista es el que actúa un solo personaje en una obra dramática (no señalo aquí el soliloquio, porque es una reflexión interior de un personaje, fingiendo que habla para sí y solo en escena, pero es dentro de una obra, no es la modalidad de la persona sola en escena todo el tiempo).

Así que, si Isaac se para solito en escena mostrando ser versado en "algo" y ese algo es el humor, además de calificarlo como humorista y como comediante, podemos decir que Isaac es un monologuista cómico.

Claro, eso sería si él hace un personaje en una obra (en una representación con dramaturgia, que empieza, se desarrolla y se cierra con un solo personaje en escena). Entonces puede representar un personaje de la vida real, ficticio, realista, caricaturesco, etc. Incluso se puede representar a él mismo y contar-actuar su obra.

¿Con esto terminamos? ¡No! Falta bastante. Por ejemplo, conocemos a artistas que se paran solos en un escenario y nos cuentan un cuento, desde la posición de un narrador. Son los cuentacuentos, que si tienen intención de hacernos reír se convierten en humoristas y en comediantes también, ¿por qué no? Es que para hacernos reír, como

ya dije, tienen que dominar el arte de hacer humor, más el lenguaje de la actuación y además el lenguaje teatral. Pero no son monologuistas cómicos porque no interpretan un personaje, sino que narran cuentos que tienen distintos personajes. Hay una buena diferencia, sin duda.

Así que tenemos ya que nuestro Isaac puede ser monologuista cómico o también cuentacuentos cómico. Pero hay más, obvio.

Están los que se suben en un escenario, ellos solitos, y nos cuentan su repertorio de chistes. Pero no nos cuentan cuentos, aunque los chistes son minihistorias muchas veces. Por esa diferencia, a esas personas no podemos clasificarlos como cuentacuentos, insisto, porque ellos no narran un cuento con personajes, descripciones, etc. El chiste, en

lo formal, es una unidad indivisible con una mínima economía de recursos; es decir, algo muy breve con unicidad y con la intención de hacernos reír. Así que si Isaac no desea ser un monologuista, ni un cuentacuentos, y practica esta modalidad que tiene reglas propias, también con la intención de hacer reír, podría desarrollarse como cuentachistes.

Pero Isaac tiene a su disposición otra modalidad escénica que se puede practicar en un circo o en un teatro o music hall, cabaré o revista de variedades. Me refiero a un payaso, cuya definición es: "artista generalmente caracterizado de modo extravagante, que hace reír con su aspecto, actos, dichos y gestos". Casi siempre se presentan en circos o en modalidades teatrales, pero los hemos visto incluso haciendo un espectáculo unipersonal. ¿En qué se diferencian estos humoristas o comediantes de los otros que hemos visto hasta ahora? Que aparecen caracterizados y que hacen un tipo de humor más físico, inocente, lúdico, blanco, infantil.

Existe un anglicismo para traducir payaso y es clown. A mí, un enamorado del idioma español, no me gusta utilizarlo. Pero no se puede negar que muchos lo usan, por lo que es imposible obviarlo. ¿El clown es un payaso entonces? No está muy claro el asunto, porque sus defensores afirman que el clown va más allá del simple hecho de hacer reír. En otras palabras, se podría admitir que el clown es un payaso, pero que hace un humor menos "físico" e infantil quizás. Lo acepto, aunque para mí son sinónimos, solo se diferencian en los contenidos del humor que hacen. Queda en la lista entonces la posibilidad de que el talento de Isaac lo ponga en función de ser un payaso o un clown.

Pero esto no se detiene. Muchos artistas se paran en escena solitos con el objetivo de hacer reír y no practican nada de las modalidades vistas hasta ahora. ¿Y qué hacen? Pues se lanzan a dominar, además del lenguaje humorístico, actoral y escénico, otra rama artística. Se convierten en magos cómicos (porque hacen magia), o mimos cómicos (porque hacen pantomima), o fonomímicos cómicos (porque hacen pantomima imitando cantantes), o agarran una guitarra, por ejemplo y se convierten en lo que desde la

Antigüedad se conoce como juglar (se les dice trovador también, porque cantan acompañados de un instrumento, casi siempre de cuerdas). O tocan otro instrumento

tradicional como piano, violín, etc. O aprenden uno o varios instrumentos, ojalá poco convencionales, y se hacen excéntricos musicales (porque interpretan música -y/o

cantan-, de manera extravagante o peculiar, o distinta). Reitero, practican otra modalidad artística para representar en escena ellos solos y lo hacen con intención de hacer reír. Son distintos tipos de humoristas o comediantes también, ya que de alguna forma actúan y usan los lenguajes escénicos. Solo para distinguirlos de los demás

en esta reflexión, si Isaac se interesa por esta variante, la llamaré cómicos especiales.

¿Ahora sí terminamos el listado? No. Nos falta una modalidad muy de moda: el stand up comedy. No me cae bien el nombrecito porque es otro anglicismo y debería tener un nombre en español, nuestro bello idioma. ¿Cómo traducirlo? Algunos le dicen "comediante en pie", pero es algo raro, porque los otros comediantes aquí señalados no se presentan acostados, lo hacen de pie también (la mayoría de las veces). Otros lo traducen como "comediantes en vivo". También extraño, porque los demás comediantes no están muertos y se presentan en teatros y demás escenarios con público "en vivo" también. Muchos les dicen "estanduperos". Veo una intención de castellanizar el término, pero suena horrible, aunque no tengo otra mejor. En fin -bajo protesta-, si Isaac se interesa por hacerlo, lo llamaré estandupero.

¿En qué consiste esta modalidad? Así dice su definición: "es un estilo donde el comediante se dirige directamente a una audiencia en vivo. A diferencia del teatro tradicional, en esta modalidad el comediante interactúa con el público, rompe la cuarta pared, estableciendo diálogos con algunos de sus espectadores".

Y llegamos al fin a tener la lista completa de humoristas o comediantes solitarios en escena para que escoja Isaac:

-monologuistas cómicos,

-cuentacuentos cómicos,

-cuentachistes,

-payasos o clowns,

-cómicos especiales,

-estanduperos.

Ahora la pregunta sería: si el humorista Isaac decide convertirse en comediante para presentarse solo en escena, ¿cuál de estas modalidades escogería como la mejor de ellas? En otras palabras, ¿cuál de estas variantes artísticas es mejor y cuál peor? ¿Hay diferencias de calidad entre ellas?

En todas, repito hasta el cansancio, para que Isaac logre un mínimo de calidad en su profesión, tiene que dominar -de alguna manera y en algún grado o medida-, el lenguaje actoral y el lenguaje escénico. Pero todo va a depender de la calidad de su arte, de su talento, de su gusto, de su dedicación y del tipo humor con que se presente. Es decir, ninguna modalidad artística es mejor que otra, va a depender del artista.

¿Podríamos afirmar que el payaso siempre hace un humor más burdo, simplón, elemental, más grueso (físico)? No estoy convencido de ello. Si observamos a los payasos del Circo del Sol, por ejemplo, vemos que han montado rutinas muy elaboradas artísticamente, e incluso más "intelectuales", más conceptuales.

¿Podríamos afirmar que los cuentachistes solo tienen que conseguir un buen repertorio de chistes y apoyándose en su gracia personal solo tienen que contarlos y ya? No es tan así. Hacerse de un buen, original y exclusivo repertorio es difícil, sobre todo ahora con internet, donde ahí se encuentran casi todos los chistes del mundo. También hay que tener talento para hilvanarlos con coherencia, mientras más ingenio demuestre en eso, mejor el resultado de su presentación. Y saber contarlos, por supuesto.

Y eso mismo podríamos afirmar de las demás modalidades. Termino con la última de las mencionadas, la que está más de moda: he escuchado fuertes críticas a los estanduperos argumentando que apenas actúan (no hacen personajes la mayoría de las veces), que se apoyan solo en sus textos, que muchos casi ni tienen vis cómica y se atreven a pararse delante del micrófono a decir verdades o críticas directas que el público quiere oír y nada más.

Obvio que hay estanduperos malos, regulares y buenos. Todo dependerá del gusto y formación de cada espectador también. Por otro lado, esta modalidad da también la oportunidad al talentoso, que estudia su presentación, practica las pausas debidas, la entonación precisa, el gesto adecuado, la inflexión, el movimiento, la expresión y hasta el vestuario, la luz, el efecto de audio, etc. (domina entonces el lenguaje actoral y teatral) y con ingenio y elaboración artística dice esa verdad que el público siempre aplaude, pero

con creatividad e imaginación para que también ese público admire la propuesta y los haga pensar. Y no tiene que decir una palabrota o grosería sin justificación,

sino solo cuando es necesaria. Además, hasta puede mezclar modalidades, como hacer personajes en medio de su presentación estandupera.

Un último punto: Isaac no se debe dejar llevar por las clasificaciones que hacen algunos apoyándose en algo tan subjetivo como la calidad artística.

He sido testigo de discriminaciones en el mismo gremio. Por ejemplo, caricaturistas que quieren alejarse del dibujante de viñetas, porque siente que el oficio de hacer solo reír es indigno. He visto a literatos desligarse de escritores de humor, porque la literatura es más elevada que un texto graciosillo. He conocido estanduperos que se quieren desvincular

del cuentachistes y del payaso, porque piensan que lo que hacen es más "intelectual", más "artístico " y porque piensan que los "cómicos" están en una escala inferior que los humoristas.

Esos caricaturistas, literatos y estanduperos (para seguir con esos ejemplos) están convencidos de que el humor es solo el que hace pensar, el que conmueve, el que eleva el espíritu, y el tortazo en la cara o el chiste fácil -verbal, gestual o dibujado- denigra sus profesiones. Y están rotundamente equivocados. El escritor malo, el caricaturista malo, el estandupero malo, denigran más la profesión que el payaso, el dibujante de viñetas o el cuentachistes per se. Porque solo existen humoristas, que son los que crean humor, sin importar para nada la clasificación por calidad. Solo hay humor bueno y humor malo; es decir, entre los payasos de humor grueso, físico, básico, los hay malos y buenos, y entre los literatos, los hay malos y buenos. Pero el payaso y el literato son humoristas, aunque se diferencien en el nivel de elaboración humorística.

Por todo lo anterior, celebro que Isaac se dedique al humorismo, que desee hacer comedia en la modalidad que quiera. Incluso si después cambia y en vez de hacer humor en escena solito, lo hace en un grupo.

Solo hay que cruzar los dedos para que Isaac se entregue con disciplina, responsabilidad, estudio, se cultive, se supere día a día y así lleve su mensaje lo más elaborado  posible al respetable.

Mi respeto y admiración por la valentía de esas personas que deciden pararse solitos en un escenario para hacer reír. Nos da muchas satisfacciones, es cierto. Pero es un oficio muy duro y complicado.

A todos ellos hay que aplaudirlos de pie.

 

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