Sin lugar a dudas, cualquier docente puede aplicar la Pedagogía del humor.
Pero sabemos que muchos profesores y profesoras ante el humor, ya sea en lo personal para mejorar su calidad de vida; o ya sea para aplicarlo en su trabajo educativo, saltan y dicen: “yo no sirvo para esto porque no tengo ninguna gracia”, o “para eso hay que nacer”, o “soy muy aburrido” y unas cuantas excusas más.
A esos docentes les digo: la respuesta es: con PREPARACIÓN se puede. No es que usted va a terminar presentándose en la tele como humorista profesional, se trata de prepararse con tiempo para saber qué decir y cómo decirlo. Claro, hay personas que nacen con el don de la gracia, la simpatía y les será más fácil todo esto. Pero, insisto, solo se necesita voluntad y estar convencido de esto para lograrlo, porque no se exige nada, más allá de las cualidades “normales” de cualquier ser humano. En fin, que no hay excusa.