Una bofetada a la comedia mediocre

willi.jpegMe gusta disfrutar del stand up comedy cuando se hace sátira de vicios, defectos, miedos, prejuicios, etc. del ser humano en general. Pero esa moda de creer que se hace humor con burla humillante, ofensiva, ácida, irrespetuosa, contra alguien en específico y más encima salpicando esa burla con groserías, vulgaridades y obscenidades sin justificar, no la soporto.

Pero hay más, esos supuestos comediantes enjuician y se convierten en “dioses” que están por encima del Bien y el Mal y dan sus opiniones como si tuvieran la verdad absoluta, incluso te atacan si no estás de acuerdo con ellos. Y peor, a pesar de que se supone que es una presentación humorística, hasta se dan el lujo de hablar y dar discursos ¡en serio! En fin, lo peor de lo peor para mi gusto.

Pues bien, el que quiera hacer ese ¿humor?, que lo haga. El que quiera disfrutarlo, que lo disfrute. Pero para mí, debería estar destinado a espacios definidos para que no tenga que verlo el que no quiera.

Sin embargo, como respeto la libertad de los que practican esa modalidad y respeto el mal gusto de dueños de medios, productores y editores que programan a esos supuestos humoristas, cuando los veo en un teatro, programa televisivo o radial, en un video, o en un escenario cualquiera, me voy del lugar, cambio de canal o muevo el dial, o sigo navegando por YouTube, etc..

Pero está la otra cara de la moneda. Nadie tiene el derecho de usar la violencia cuando se siente ofendido por un chiste (malo o bueno). Y peor, usarla en un lugar público y además, que el protagonista sea una figura pública, el cual se supone debe tener manejo de emociones al estar siempre expuesta. Aunque claro, no es fácil quedarse de brazos cruzados cuando alguien se burla de un ser querido enfermo. En ese momento se disparan las emociones. Pero insisto, hay otras formas de actuar más civilizadas. La violencia no resuelve nada. Ejemplo, subir a escena, tomar el micrófono y decir públicamente lo repudiable del supuesto chiste.

En resumen, cuando me mostraron el fragmento del video de la fuerte cachetada que Will Smith le sonó a Chris Rock en los Premios Oscar, admiré al caballero defensor de su dama y al mismo tiempo lo critiqué por no actuar correctamente. Y me alegré del doloroso momento que pasó el “burlador” villano (en otras ocasiones ha demostrado su inclinación por ese tipo de “humor”).

Claro, existe otra variante: que todo haya sido pura actuación, parte del guion, buscando un escándalo para darle algo de aire a una ceremonia y a unos premios en decadencia. Pues entonces en mi criterio, es peor la evaluación, ya que los guionistas tomaron lo más rechazable de ambas conductas para hacer su “gracia”.

Ahora, quizás dándole más importancia que la que tiene y aun comprobándose que fue una farsa, me quedo con el titular: “En la noche de los Premios Oscar, la comedia mediocre recibió una bofetada”.

 

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