Entrevistas

Espacio dedicado a las preguntas que he respondido a lo largo de mi carrera en el humor, y que han sido publicadas en libros, en la prensa escrita, radial, televisiva o digital.

Como entrevistado

Medios

País

Año

Papelucho de Marcela Paz

Pedro Lienqueo es un estudiante universitario al que le pidieron hacer un trabajo sobre la clásica serie de libros chilenos del personaje "Papelucho" y su autora Paz. El decidió entrevistarme, me escribió pidiéndomelo y con mucho gusto respondí su preguntas. Estas son:

ÉL: Cuándo y a qué edad leyó por primera vez un libro de Papelucho y por qué? YO: En el año 1999, porque llegué a vivir a Chile en 1991. Lo leí a los 47 años. ÉL: De todos los Papelucho, cuál le gustó más?

YO: El primero, pero solamente me he leído tres.

ÉL: Papelucho fue un libro que, en primera instancia, lo motivó para ser escritor?

YO: Fui guionista, comediante y director de una Compañía de humor escénico en Cuba y me trajo TVN a escribir los último 60 capítulos del programa Pin Pon de Jorge Guerra, el cual había trabajado conmigo allá en teatro. Y por primera vez escribí para niños en esa ocasión. Cuando renuncié a la televisión en el año 1999 mi amigo Luis Pescetti (escritor infantil argentino), me convenció de que me dedicara a escribir para niños, porque el humor infantil era un nicho bastante vacío en Latinoamérica. Entonces comencé a devorar por montones libros de literatura para niños antes de lanzarme a escribir y ahí fue que leí a Papelucho.

ÉL: Papelucho puede ser una buena escuela para escritores jóvenes y, por qué no, para la vida?

YO: Toda literatura infantil que se digne de serlo es una buena escuela para los escritores noveles. Y en algunos aspectos, Papelucho pudiera, claro está, ayudar en esta vida.

ÉL: Por qué sigue vigente el libro pese a que el primero se escribió en los años 40?

YO: Por lo que sé, conversando con niños y adolescentes por mi trabajo, ya “no les funciona” tanto Papelucho. Algo que no me agrada, ya que están pensando en intereses “de nuestra época”, según el criterio de algunos. Pero creo que la inocencia, el juego y la fantasía son atemporales. Ese argumento entonces no lo acepto, porque si nos atenemos a que “Papelucho pasó de época”, estoy aceptando que esta época es mejor, y sabemos que no es cierto. No pueden ser mejor los tiempos de no leer porque es fome, o mejor por vivir a velocidad, o mejor porque existe el reguetón, etc., etc.. Para mí, por varias razones, en la actualidad estamos formando a nuestros niños –en general-, con mal gusto y mala educación y eso es la causa de que no se apasionen con Papelucho, si es cierto eso.

ÉL: Qué características tiene para que sea material de estudio en la enseñanza básica en los colegios?

YO: La que tiene toda buena literatura infantil: que desarrolle la imaginación, provoque curiosidad, amplíe conocimientos, aumente vocabulario, entretenga, etc.

ÉL: En Chile se valora a Marcela Paz? (En la manifestación feminista del 2018, cuando le cambiaron el nombre a las estaciones del metro por nombres de mujeres, el nombre de ella no apareció).

YO: No puedo dar una opinión bien formada, pero me atrevo a decir que no se valora mucho. No dudo que se valoren más las actrices de teleseries, o las políticas que más polemizan y salen en los medios, o las cantantes que más escuchan en las radios. Con esto digo que no creo que el ninguneo a Marcela Paz sea algo personal contra ella. Quizás eso pudiera mejorar cuando aprendamos a valorar más a nuestros verdaderos artistas y en especial a la literatura y más específicamente a la literatura infantil. Solo saca una proporción de cuántas veces salen en los medios los escritores para niños; cuántas veces sale publicado un comentario sobre un libro infantil, una entrevista a un autor o autora, etc.. Nosotros mismos contribuimos a que se desconozcan figuras como Marcela Paz.

ÉL: Hay algo de Papelucho en los cuentos que usted escribe?

YO: Pudiera ser, pero no me lo propongo, no soy consciente. Espero que eso te lo respondan mis lectores mejor.

ÉL: ¿Qué dificultad tiene escribir libros destinados para menores de edad?

YO: No creo que tenga mucha complejidad. Uno debe intuir el tema que les pueden interesar y si es conveniente para su madurez intelectual y grado de abstracción; al escribir ir pensando en el lenguaje que utilizará para que lo entiendan (sin caer en subestimaciones) y al terminar releerlo “desde lejos” y definir para cuál edad podría estar destinado. Esa es mi experiencia. Huyo de escribir a pedido, de preocuparme por los “valores”, los mensajes, las moralejas, las enseñanzas. Si mis libros tienen esos “mensajes” fue porque “salieron” sin proponérmelo. Y si después de terminar me doy cuenta de que son obvios, los elimino o los escondo muy bien, como lo exige mi opinión y mi gusto. Ah, y cero tono paternalista y ñoño.

ÉL: Cuando usted dijo que algunos niños y adolescentes reconocieron que "Papelucho no sirve tanto", qué libros están leyendo ellos hoy y qué cosas les llama la atención?

YO: Usé la expresión “no funciona tanto”, que no es lo mismo pero es igual. Le quise dar el matiz de que no consideran malos los libros de Papelucho, pero prefieren otra cosa. Y de ahí te respondo que la mayoría no lee, excepto lo que le obligan leer en sus escuelas (y eso a regañadientes). Según mi opinión, porque los libros que les ofrecen nos les provocan placer en su mayoría. Para conquistar, para seducir a un niño y lograr su hábito lector, muchas veces los adultos nos equivocamos y los obligamos a que lean los libros que nos gustan a nosotros, en vez de averiguar sus gustos primeros y buscarles lecturas que les den placer. Leer los clásicos es fundamental, pero muchos clásicos son para cuando los niños tengan el hábito lector. Por eso lo primero es que la pasen bien. Una vez un niño me dijo que los libros de chistes infantiles de mi personaje Pepito se los leía en un día, porque “eso no era leer”. Es decir, para ellos leer es sinónimo de no gozar, de no pasarla bien. Y los chistes les proporcionaba diversión, el placer de la risa. Pues te confieso que desde ese momento me interesó más escribir para niños que odian leer y que mis libros sirvan para conquistarlos y me alejé de mis pretensiones de ser un gran literato (quizás ayudó que me considero primero un humorista y después un escritor). Diseñé entonces un programa donde comienzo los talleres trabajando esos libros de chistes, después paso a historias con chistes, después a historias cómicas sin chistes, llegando a la literatura humorística de lleno y cuando están leyendo bien y por placer se lo informo a sus profes y a sus padres, para que continúen guiándolos hacia la literatura en general, en función de sus gustos personales. Y respondo tu segunda pregunta: los juegos electrónicos les dan placer, la televisión les da placer, el celular les da placer, hasta los juegos predelectivos les dan placer. Sin embargo, los libros que les damos no les dan placer, Imposible competir con eso. Y de nuevo se equivocan los adultos al reprimirlos o castigarlos quitándoles esas cosas que les da placer y obligándolos a que lean algo que no les da placer. Nunca conseguirán que sus niños sean lectores. En mi modesta opinión, hay que lograr lo que dije anteriormente de que las lecturas sean placenteras y atraerlos a los libros para que éstos compitan de igual a igual con los celulares, con la TV, etc.. Una vez conseguido eso, ellos mismos irán desplazando a las otras fuentes de placer.

 

Ojalá le haya ido bien a Pedro en su trabajo de clase.

 

Nota: La ilustración de los "Papeluchos" para Editorial Sudamericana, las realizó mi hijo Alex.

Nombre del entrevistado: 
Región Metropolitana