Estado de ánimo social

aqaqa.jpegMe gustaría compartir esta reflexión.
Muchas personas leen en Internet una cantidad de cosas que son falsas, publicadas para lograr algún beneficio de los autores o publicadas por personas que ni entienden lo que subieron y solo copian y reproducen por ignorancia o porque confían, sin cuestionarse nada (recordar los que creen que todo lo que sale en televisión o en la prensa escrita es verdad).
Por ejemplo, unos creen –porque así lo leyeron o escucharon-, que las emociones positivas inciden directamente en la salud y otras al creer lo anterior, se convencen de que enojarse, por ejemplo, es malo.
Aclaro esos dos errores.

El primero: las que inciden directamente en la salud son las emociones negativas: tristeza, ira, estrés, depresión, y otras más que conocemos. Por ejemplo, la ansiedad afecta la aparición de enfermedades del corazón, la depresión al cáncer, etc.. Y para combatir esas emociones negativas, nada mejor que tratar de disfrutar de las emociones positivas. Porque nadie puede estar triste y alegre al mismo tiempo, ¿no? Así que si estás contento, feliz, optimista, positivo, etc., no podrán hacer su daño las emociones negativas.
El segundo: enojarse, sentir dolor por una pérdida, estar triste, etc., es positivo, amigos. Eso está certificado por estudios científicos. Lo que es pésimo es mantener esas emociones negativas más de lo debido. Que esa tristeza sea pasajera, que ese enfado sea circunstancial, pero que nunca sean permanentes, que nunca se instalen como forma de vida. Es dañino que alguien sea conocido como “el enojón”, o “el tristón”, o “el amargado”. Ahí es cuando perjudican a la salud, tanto física como mental.
Desarrollemos la inteligencia emocional, la espiritual y todas las inteligencias que existen y tengamos el control de nuestras vidas para estar saludables. Por ejemplo, veo gente que no reflexiona, que no escucha, que repite como papagayo eslóganes de los años 60, o eslóganes nuevos sin saber en profundidad si tienen o no razón, porque están manipulados. Son gente con poca salud también, a merced de los políticos que nos quieren enfermos.
Si buscamos el concepto actual de salud, encontramos que es: “el nivel más alto posible de bienestar físico, psicológico y social, y de capacidad funcional, que permitan los factores sociales en los que viven inmersos el individuo y la colectividad”.
Fíjense que este nuevo concepto de salud incorpora lo social. Un avance, sin dudas.
Por lo tanto, para lograr una óptima salud física, psíquica, emocional, espiritual, debemos vivir en un sistema que nos garantice todo eso. Y no se ha inventado nada mejor que la democracia.
Entonces, cuando la sociedad la apabullan con abusos, cuando no nos permiten tener oportunidades, cuando nos maltratan con injusticias y cuando lo único que vale es el individualismo en un sálvese quien pueda, debemos unirnos, protestar y exigir con inteligencia, sensatez y sin la menor violencia, claro. Pero también cuando a la sociedad la reprimen, la obligan a ser ovejas sin derechos, cuando la nivelan “para abajo”, cuando nos suprimen como individuos, de igual manera debemos unirnos, protestar y exigir.
Porque la salud integral, esa que implica lo físico, lo mental, lo emocional, lo espiritual y lo social es un derecho humano indiscutible, como el derecho a respirar, a comer, a vivir.
Por todo lo anterior, es demasiado importante que estemos alertas a las trampas de la extrema izquierda y de la extrema derecha, que son los que históricamente no cuidan nuestra salud integral. Al contrario, nos enferman como ya dije, porque para llegar o mantenerse en el poder les conviene gobernar a ciudadanos enfermos.
Por tal motivo, por favor, no permitamos que los terroristas en las calles con el apoyo de los sectores que conocemos triunfen, y tampoco permitamos que se salgan con la suya los otros sectores que conocemos, que se pueden hacer los locos para mantener el status quo, porque su vocación es “cambiar para que todo si igual”. ¡No, a los extremos! ¡Y sí, al derecho a la mejor salud integral!
Indignémonos, enojémonos, sintamos rabia, etc., pero por favor, que sea circunstancial, no permanente, sepamos hasta donde llegar, porque de lo contrario, sin darnos cuenta, solo les estamos entregando nuestra salud a esos políticos. Por ellos debemos presionar con intensidad, pensando en nuestro futuro, porque lo estable, lo duradero, lo ideal, es tener la mejor salud individual y social.

Nota: (la de siempre). Puede no opinar como yo, coméntelo, pero con respeto y sin vulgaridades.

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