Mi viaje a Sri Lanka. Capítulo 2.

También, en un momento dado, ilustró la explicación de un aceite que preparan ahí y llegaron sus asistentes y nos hicieron masajes en cabeza, espalda, cuello y brazos. Fue riquísimo el masaje. El problema fue cuando seguimos caminando y el fuerte sol me dio directo en la piel (no me quise poner la polera (pullover) por el aceite y por ello se calentó tanto ese aceite que cada insecto que se posaba en mi piel, caía frito. Eso sin contar el perfume a aliño que brotaba de mí. Me dio mucha hambre. Pero debo aceptar que me fui de allí sin dolores de espalda ni de cabeza (claro, tampoco los tenía antes de que me dieran el masaje). Pero la experiencia fue interesantísima. Al final se llega a una tienda donde venden sus productos maravillosos. Por ejemplo, aceite de Needra, cuyos ingredientes son Meamosa, Bulu, Nelli, Sewendara y otros menos conocidos. Dice que sirve para dormir como un tronco. Como yo nunca he visto dormir a un tronco, no lo compré. Sin embargo, para sorpresa de nadie, mi mujer sí lo compró, más otras cremas y mejunjes (por suerte, todo ahí es muy barato). Ahora el jardín de especias se huele muy bien en casa.
Nos despedimos del amable médico ayurvédico, de sus asisténdicos, de sus cremádicos, de sus aceitédicos y ugüentódicos, etcéterádicos. 
Y continuamos el viaje hacia la ciudad de Kandy, donde visitamos un templo budista impresionante. Van varias fotos del recorrido por el jardín, el masaje y demás. Ojalá lo disfruten.