Orión y Pipita. Cuento No.5

manywoman3_2_0.pngCuatro patas para una mesa

—Acaban de entrar a mi baño dos jovencitas, Orión.
—Parecen que vinieron juntas con los dos muchachos que entraron al mío, Pipita.
—¿Vemos qué dicen y hacen?
—¡Mira que te gusta el chisme, Pipita!
—¿Y a ti, no?
—¡Oye, Cómo me dices eso…! ¡Sííí! ¡Vamos a mirar!
—Dale.
—¿Qué ves tú?
—Nada, Orión. Están dentro de los cubículos y en silencio.
—Pues aquí veo a los hombres haciendo fútbol y hablando de pipí.
—Viceversa.

—¿Las mujeres hacen lo contrario?
—No, Orión, te dije que no hablan.
—¿Están peleadas, Pipita?
—No, Orión… ¡dejemos eso!
—¿Dejaremos de ver?
—¡No! ¡Uf!... ¿Pasó algo ahí?
—No, Pipita.
—Parece que hoy no tendremos nada interesante que presenciar, Orión… ¡Espera! La chicas salieron y están lavándose las manos.
—¿Y eso es interesante?
—No, pero sí lo que comenzaron a conversar.
—Aquí los muchachos terminaron y también se están lavando las manos. ¿Y qué dicen ellas, Pipita?
—Algo extraño, Orión.
—¿Hablan en otro idioma?
—Claro que no. Dije extraño porque la rubia le contó a la morena que no está cómoda con Luis.
—¿Querrá que Luis le guarde cosas dentro de ella?
—¿Hablas en doble sentido, Orión?
—No, Pipita. Lo digo porque si quiere estar cómoda y la cómoda es un mueble con gavetas…
—¡Ah! ¿Fue chiste?
—Sí, ji, ji…
—Pues la chica sigue insistiendo que no quiere seguir la velada como compañera de Luis.
—¿Cuál de estos dos será Luis?
—Mencionó que la barbita que se está dejando no le queda bien.
—¡Ah, Luis es el más flaco! Oye, esto se pone bueno, porque el más fuertote le pidió al Luis ese que cambiaran de pareja, porque la suya no le gustaba.
—¡Qué casualidad! ¿Y dijo por qué, Orión?
—Sí, Pipita, dice que es medio beata, que estudió en colegio de monja.
—¿Y eso es malo?
—Y dijo que sin dudas es virgen.
—¿Y eso es tan malo?
—Y dijo que él no está para eso, que él es un macho alfa y lo de él es el sexo.
—Eso sí es malo.
—¿Que lo de él sea el sexo?
—No, que se crea macho alfa.
—¿Es mejor ser macho beta?
—¡No fastidies, Orión!
—¿Sabes? A mí me gustaría ser dominante y viril.
—Me alegro que no lo seas.
—¡Nadie sabe nada en este mundo! Y yo que creía…
—¡Oye! ¡Qué cómico esto, Orión!
—¿Qué pasó?
—La morena le está diciendo a la otra que la gente se equivoca con ella y su pinta de que “no mata una mosca”.
—¿Qué habrá querido decir? ¿Es animalista?
—Bueno, la rubia, como tú, también quiso saber a qué se refería y la morena le confesó que había perdido la virginidad hacía tiempo y había tenido una pila de hombres, que ella era muy liberal.
—¡Mira, tú! ¡Y el fortachón queriendo cambiar!
—¿Y Luis aceptó el cambio, Orión?
—Sí, parece… Espera… Luis no está muy seguro. Bueno, ni de cambiar ni de nada.
—¿Por qué?
—Porque el fuerte le preguntó si le gustaba Margarita, que supongo es la rubia que dices y Luis dijo que no mucho, pero enseguida le dijo que tampoco le gustaba tanto la otra.
—Qué raro, ¿para qué habrá salido con ellas entonces?
—No sé, Pipita, pero el atlético le preguntó si era gay, pero Luis dijo que no creía.
—¿No creía?
—Sí, dijo que en la secundaria le había tocado el pene a un compañero de clases en una medición, a ver quién la tenía más grande y no sintió nada especial.
—¡Pues por aquí se complica también la cosa, Orión!
—¿Por qué, Pipita?
—Es que la rubia acaba de confesarle a su amiga que es hombre.
—¿Quién?
—Ella.
—¿Ella es travesti?
—Así es, Orión. Y dice que le gusta más Luis que Rudy, que debe ser el nombre del fortachón, ¿no?
—Ja, ja…
—¿De qué te ríes?
—Ay, Pipita, el Rudy ese acaba de confesarle a Luis que su alarde de macho dominante y viril era porque le da vergüenza que la gente sepa que nunca ha tenido sexo.
—¿El macho alfa, beta, sigma dijo eso?
—Sí y dijo también que está seguro de que Margarita es tan femenina que le será más fácil ser y parecer bien macho en la cama.
—No se imagina que Margarita es hombre, ¿no?
—Claro que no, Pipita.
—Ni ellas saben que Rudy es virgen ni que Luis es indefinido.
—Ni ellos que la morena es liberal… ¡Ya van a salir los chicos!
—¡Y las chicas también, Orión!
—¿Qué bueno se puso el chisme! ¡El baño nunca nos defraudará!
—No lo parecía al principio.
—Bueno, ¿y…? ¿Qué me dices de esto, Pipita?
—No está fácil ser joven en estos tiempos.
.¿Por qué dices eso, Pipita?
—¡No ves que bien bailan estos cuatro!
—Sí, no dudo que terminen en un pas de quatre ensemble.

 

firma3_20.jpg

Añadir nuevo comentario

Plain text

  • Saltos automáticos de líneas y de párrafos.
  • No se permiten etiquetas HTML.
  • Las direcciones de las páginas web y las de correo se convierten en enlaces automáticamente.