¿Por qué un libro de chistes?

La tradición oral es parte de la historia de un pueblo. Denominamos literatura de tradición oral a la palabra como vehículo de emociones, motivos, temas en estructuras y formas. Está en nosotros, en la familia y en la escuela la responsabilidad de valorar y recuperar las tradiciones orales. Chistes como los colmos, cómo se llama la obra, ayer pasé por tu casa, qué le dijo, además de las adivinanzas, trabalenguas y piropos humorísticos y un largo etcétera. Hay que saber escuchar, premiar con sonrisas, asociar ideas, descubrir significados ocultos, guardar y sacar palabras de los cofres secretos de las mentes infantiles. El humor que caracteriza a este tipo de literatura, sobre todo en sus variantes más recientes, es una forma altamente eficaz de relacionarse con el lenguaje y la realidad. Hay un tipo de literatura oral que circula entre los niños, sin pedirles permiso a los adultos, en sus juegos y en la relación entre ellos. Esa es la que debemos rescatar.