Efecto Dunning-Kruger

aaaasqw.jpgSi una persona ignorante es peligrosa, peor es la ignorante y creída.
Hoy estuve leyendo sobre el efecto Dunning-Kruger.
David Dunning y Justin Kruger ganaron en el año 2000 el Premio Nobel por sus investigaciones sobre esta parte de la psicología.

Ellos se dieron cuenta de cómo abundan las personas que creen saber más de algo, cuando en realidad saben menos. Gente que no están conscientes de la cantidad de cosas que no saben, ni en las que se equivocan.
Sus investigaciones se basaron en ámbitos muy relacionados entre sí, como la gramática, el razonamiento lógico y el humor. Precisamente por el humor es que llego a este estudio.
Por experiencia, me he fijado tanto en ciertos públicos, como en ciertos humoristas (o supuestos humoristas) que tienen este efecto (o defecto, más bien).
No sabe usted cómo me duele ver a esos colegas pararse ante un micrófono o ante una cámara a mostrarle al resto de la Humanidad que él sí sabe de lo que habla, que hay que seguirlo, que su destino en esta vida es abrirles los ojos a todo el mundo incauto que no están a su altura.
Sin dudas, estos supuestos humoristas “padecen” el efecto Dunning-Kruger. Porque están convencidos de que todo lo que saben es lo que realmente hay que saber.

Y lo que realmente hacen –lo respalda esta investigación científica-, es convertirse en personas con pensamientos muy cerrados, que rechazan nuevos conocimientos e imponen ideas erróneas. En otras palabras, se creen liberales y en el fondo son muy conservadores.
Por ejemplo, es muy fácil decir en público que tal político es pésimo y recibir la risa y el aplauso fácil, porque sabemos que eso casi siempre es cierto. Y es muy fácil también decir una solución burda, o tonta, naif o absurda para resolver un problema social que existe de verdad. Y el público reirá y aplaudirá apoyando esa aparente buena o ingeniosa idea.
Pero esos humoristas son incapaces de estudiar a fondo los reales problemas, que son mil veces más complejos que lo que aparentan ser. Sin embargo, a esos colegas no se les puede decir nada, porque se creen dioses omnisapientes y jamás admitirán su ignorancia.
Y con los distintos públicos sucede igual. Para la mayoría un chiste es malo porque no le dio gracia a ellos. Pero no se preguntan por qué el mismo chiste hace reír a otra gente. ¿No significa entonces que debemos dudar de nuestro sentido del humor? ¡NO, ATRÁS SATANÁS!!! Casi nadie es capaz de admitir que no tiene sentido del humor, ni que su sentido del humor no está tan desarrollado. Muchos creemos que el humor que me hace reír es el único humor que existe, o que es el único realmente bueno. Según esas personas, los otros tipos de humor no valen la pena, es para gente… y ahí comienzan las descalificaciones para los que no consumen el humor que les gusta a ellos.
La investigación de estos dos laureados científicos también dieron resultados palpables al estudiar a gente con este efecto y que poseía poca comprensión lectora. Otro punto que me interesó, porque todo está relacionado como dije. Gente que no entiende lo que lee y comienza a opinar sobre el escrito como si supiera más que cualquiera del asunto.
Son patéticos. ¡Y cómo abundan!, repito.
Para eso el único antídoto es la humildad, pero escasea demasiado.
Las personas deben de estar conscientes que todos cometemos errores y que eso no es algo negativo. Los errores nos sirven para que se conviertan en aprendizajes y así tener menos probabilidades de equivocarte y seguir en lo mismo.
Hay que estar conscientes del efecto Dunning-Kruger y dejar siempre un espacio para la duda y para dar lugar, a admitir y abrirse, a diferentes maneras de pensar y hacer las cosas. Asimismo, siempre respetar a los demás y aunque estés muy seguro de tu opinión, no debes de intentar imponerla.
¿Por qué es tan difícil practicar eso? Que mis amigos psicólogos opinen (también mis "amigos Dunning-Kruger" que pasen por aquí).

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