Primer humorista en el Festival de Viña 2016

descarga_1_6.jpegVi la rutina del humorista Edo Caroe en el Festival de Viña. Por televisión, obvio.

Me alegro por él, ya que el monstruo chusma no se lo tragó.

Quiero analizar un poco lo que vi, sin ánimo de nada, no seré general después de la batalla, ni tengo moral para enjuiciar a nadie, menos a un colega. Solo deseo desmenuzar la puesta su escena de ese colega para aprender, para teorizar.
Por ejemplo, lo que vi se puede dividir en cuatro partes:

1-La magia. La usó poco y me pareció que no fue muy limpia la aparición de la mujer, pero en general bien y me encanta cuando se mezclan otras habilidades con el humor.

2-El humor negro. Utilizó muchos chistes clasificados como crueles; desde su telonero. Dos cosas: una, me encanta el humor negro y él los crea y los dice con ingenio y profesionalismo. Sin embargo, en cualquier momento el público leerá sus chistes antes y perderá el remate. Me explico. Haciendo el humor negro, hace un comentario sobre él y su mujer, por ejemplo: deciden dejar los problemas atrás y enseguida cuenta que su hija corría tras ellos. Varios chistes de ese tipo se pueden adivinar porque son por “desplazamiento”; es decir, él dice algo para que el público piense en un concepto y sorprende con el otro significado Esas frases como “dejar los problemas atrás” es normal que uno piense en abandonar las peleas, algunas mañas o ciertos conflictos que dañan la vida matrimonial, pero a nadie se le ocurre que el problema dejado atrás sea la propia hija. Eso es humor negro y bueno.

Pero escuché decenas de chistes enmarcados en esa clasificación, por lo que digo que si no varía la forma, le van a adivinar pronto el mecanismo y bajará su efectividad. Pero de que es bueno e ingenioso en el humor negro, lo es. Y la segunda cosa es: el telonero, ese colega discapacitado haciendo chistes sobre su discapacidad, no me convence. Suena a que Edo está tratando de “ablandar” al público que sería incapaz de pifiarle a un discapacitado. Ojo, no me refiero a dejar de usar al colega como telonero, sino a que el colega discapacitado haga otro tipo de chistes y no se burle de él para que no parezca que Edo está tratando de ganarse al público con la lástima.

3-Humor político. En la segunda parte de su rutina se lanzó de lleno a burlarse de la contingencia, de los políticos, del gobierno, de los empresarios, etc. Para mí fue la parte más débil. Me explico. Decirle a un público las verdades que le afecta en su vida diaria es algo probado que funciona. En este caso decir que los empresarios coludidos son delincuentes, o decir que muchos políticos son corruptos, o que la presidenta todo lo resuelve con un bono populista, etc., son verdades que la gente agradece que se lo digan en un escenario. Y ríe y aplaude ese público identificado. Aquí hay una dicotomía, porque es necesario ese humor para fustigar a las malas autoridades, para abrirle los ojos a la gente y hacerlos pensar, etc., pero desde el punto de vista artístico hay que elaborarlo muy bien, porque de lo contrario se cae en facilismos, en simplismos, ya que, repito, con decir solo verdades tiene resuelta la rutina. Y mucho de eso pasó con este humorista. Ojo, lo que señalo no significa que estoy en contra de lo que dijo, porque coincido en un 90% con sus burlas; pero mi problema es cómo las expresó. Se necesita más ingenio para que ese humor tenga alta calidad. Eso no se logró.

4-Las vulgaridades. Creo que dijo muchas palabras obscenas por gusto. No estoy de acuerdo con el argumento de que tiene que ser así porque así somos los chilenos de mal hablados. Por lo menos a mí me pasó que escuché unas cuantas que no estaban justificadas y algunas de grueso calibre. Pero lo peor fueron los gestos de tocarse el sexo, de hacer la mímica grosera de estar penetrando, etc. Nada de eso era necesario hacer o decir.

Conclusión: creo que estaba muy nervioso y dudando al inicio de si la chusma lo echaba o no. Quizás ese miedo hizo que subiera el tono vulgar de su rutina, lo exagerara, para ganarse al público, no sé.

Lo que sí sé es que esa presentación no era para un Festival Internacional como el de Viña. Espero que en los países que compren la transmisión televisiva no pasen esta parte humorística, porque entre los chilenismos al hablar y los chistes sobre la actualidad nacional, el público extranjero no entenderá absolutamente nada.

Soy de la opinión que Edo Caroe tiene muchísimo talento, que el humor negro es su fuerte y que debía explotarlo más y ampliando sus formas de crearlos. Me reí mucho. Le aconsejaría que mezcle aún más la magia con el humor. Y si desea seguir haciendo humor político, que eleve la calidad, la elaboración de sus chistes. Y por último, que entienda que existen diferencias entre los escenarios. Un escenario como el del Festival Internacional de Viña, no puede decir esas vulgaridades ni hacer los gestos groseros que realizó y con muchas ganas. Ese tipo de humor es para cabaré de poca monta. Y menos es para televisión, que le llega a la familia en vacaciones.

Gracias y felicitaciones de nuevo para el humorista que triunfó y no salió humillado.

 

 

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