Reseña del libro "De risa también se muere" a carga de Enrique Gallud Jardiel

de-risa-1_0.jpegMe honra, me halaga, me place, esta reseña que acaba de publicar el gran humorista español Enrique Gallud Jardiel, sobre nuestro libro (de Rubén Aguiar y mío), "De risa también se muere". Es que además de ser aguda, inteligente, profesional, ¡la hizo "RIMADA"! Un alarde de talento, ingenio y buen gusto el de Enrique. Agradecido hasta la médula, amigo.

 

Si el libro es original

(cual es el caso presente,

porque lo ha escrito una gente

de la que hablaré al final)

y, además, está rimado,

cualquier individuo osado

que recensiones pergeña

deberá hacer su reseña

en verso, que es lo adecuado.

Veremos en este intento

si algún cable se me cruza

y realizo una chapuza:

si descubro el argumento

o si hago un mal tratamiento

de todo su contenido.

Pero, pues me he decidido

a reseñar el volumen,

intentaré que el resumen

me salga justo y cumplido.

 

Este texto es estupendo,

distinto e innovador,

y ya hace falta valor

—o al menos yo así lo entiendo—

para atreverse, escribiendo,

a sacar un libro en verso

cuando todo el universo

prefiere en cualquier escrito

verso blanco facilito,

lo cual es algo perverso,

ya que el arte literario

consiste en crear bellezas

y ejercitar las destrezas

que permite el diccionario.

Inserto este comentario

para que el lector infiera

que escribir de esta manera

y rimar es complicado

y debe ser apreciado:

lo fácil lo hace cualquiera.

Pasemos al libro: es

fusión de cuatro relatos

para pasar buenos ratos

y reírse todo un mes

siguiendo con interés

(interés que siempre aumenta)

el asunto que se cuenta

y no voy a revelar,

pues no se ha de destripar

aquello que se comenta.

 

El propósito mayor

que hay detrás de este proyecto

es un ejemplo perfecto

de un manifiesto de humor.

Se nos dice, con rigor,

que en cualquier situación tensa

la risa es nuestra defensa;

ante el dolor de la vida

hay tan solo una salida

que a la seriedad compensa

y ese remedio eficaz

que aparta a un lado el sufrir

y nos permite vivir

con un poquito de paz

es empeñarse tenaz

en buscar lo divertido,

que hoy, antes y siempre ha sido

el alivio y el consuelo

que en los instantes de duelo

el ser humano ha tenido.

Y el título de esta obra

que eligieron los autores

nos da las claves mejores

que explican su maniobra.

Mirad que en él nada sobra

y cuánto sentido adquiere

todo lo que de él se infiere:

ocho sílabas concisas

que dicen sobre las risas:

«De risa también se muere».

 

Del estilo ¿qué diré

que no se haya dicho antes

sobre este par de gigantes

que luego presentaré?

¿Cómo alabarlos? No sé

un elogio suficiente

que dé una idea patente

de su control del idioma

cuando redactan en broma

con su humor inteligente.

No existe tropo, figura,

procedimiento retórico

o recurso metafórico

que no empleen con soltura;

son estilistas de altura

y yo les quiero decir

que en el arte de escribir

han logrado la maestría,

con ingenio, fantasía

y ganas de transgredir;

por eso, sus manuscritos

(como el libro que contemplo

aquí y que es buen ejemplo)

no son tan solo bonitos,

distintos y bien escritos,

sino muy interesantes,

llenos de fuerza, vibrantes,

sugerentes, pintorescos,

cómicos, nuevos y frescos

con sus rimas consonantes.

Pienso que es muy acertada

la décima y su elección,

que es una composición

poética muy lograda.

Y aunque haya estado olvidada,

es bien que se recupere

y este libro es lo que quiere,

lo que pretende y persigue.

Yo afirmo que lo consigue

¡y venga lo que viniere!

 

Ahora es cuando yo me explayo

a hablarles en un momento

sobre el tremendo talento

que tiene Pepe Pelayo,

que es punzante como un rayo,

que este autor chilecubano

es refinado artesano,

un humorista de pro,

por lo que le alabo yo

por su estilo soberano.

Y viene luego una voz

experta en sátira y chanzas:

el músico de Matanzas

que es Rubén Aguiar Muñoz,

cantautor y autor precoz

que ya de niño actuaba

con su familia y creaba

letras para sus canciones

y que tiene tantos dones

que la lista no se acaba.

Además, el libro cuenta

con un magnífico prólogo

del reputado filólogo

que es Alexis Díaz-Pimienta,

que en esta sección presenta

—con una perfecta táctica

que es producto de la práctica—

al libro y a sus autores,

explicando sus primores

de una forma muy didáctica.

En fin: si en algo valoras

y te sirve mi opinión,

te diré que es buena opción

dedicarle algunas horas

a las poesías sonoras

de un libro, cuyos afanes

y otros artísticos planes

se basan en la experiencia

narrativa y la solvencia

de este dúo de titanes.

 

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