Viajando por Padua, Italia

De Verona pasamos a Padua. Quisimos dormir ahí y visitar Venecia yendo en tren (dejando el auto en el hotel) y volver a Padua a dormir otra vez. Plan más económico. A destacar: La plaza del mercado, la catedral basílica de Santa María de la Asunción y su plaza (donde almorzamos muy rico) y sus calles y plazas. Siempre con tremendísimo calor.

Padua es una ciudad chica, pero se nota enseguida el ambiente universitario (el que uno quisiera siempre, no el que se ve en muchas universidades Latinoamericanas, por lo menos, que son campos de luchas ideológicas y militancias fanáticas). La universidad fue fundada en 1222, y es una de las más antiguas del mundo.

Si vas a visitar la ciudad y se te perdió en el mapa, debes rezarle a San Antonio de Padua. Existe la creencia de que por medio de la intercesión del santo, este ayuda a quien lo solicita a encontrar algo que se ha perdido, ya sea material o inmaterial. Además, dice la tradición de que el día de su fiesta (el 13 de junio), las muchachas solteras tienen la costumbre de comprar una pequeña imagen del santo y pedirle su intercesión para conseguir novio. Por estas dos cosas, este santo debía ser más popular, ¿no es cierto?

Datos: La leyenda cuenta que la fundación de Padua tuvo lugar en 1132 a. C.. En el siglo I a. C., la ciudad romana de Patavium era una de las más importantes de la región. Decayó después de la caída del Imperio romano y se recobró en el periodo comunal (siglos XI-XII). La ciudad fue una de las capitales culturales del Trecento. Fue uno de los principales focos del prehumanismo. Entre el siglo XIV y el siglo XV se desarrolló junto con Florencia una imponente corriente cultural, que se convertirá en el Renacimiento paduano. Donatelo (no es una de las Tortugas Ninjas) y Mantegna trabajaron en la ciudad y también Tiziano, Sansovino y otros muchos grandes artistas.

Fue un acierto escoger a Padua como centro de operaciones para invadir Venecia.