Viajando por Venecia, Italia. No. 1

Al fin se materializaba mi sueño de joven: el de algún día visitar Venecia… “Qué profunda emoción…” En este hito del viaje por Italia, dividiré los post en tres. Este primero sobre lo que vi caminando. El segundo sobre lo que vi en góndola. Y el tercero dedicado a la Plaza de San Marcos. Entonces comenzaré contando que llegamos en tren desde Padua y enseguida compramos tickets para esas lanchas-bus que van por el gran Canal. Buena idea, porque uno puede bajarse y subirse cuando quiera y cuantas veces quiera.

Así que nos subimos en la parada de la Estación Santa Lucía de trenes y faltando varias paradas para llegar a la Plaza de San Marcos, nos bajamos para ir caminando. 20 minutos a pie, según el Google Maps, pero mucho más en piernas de viejos y mirando todo, fotografiando todo.

Callecitas, puentes, estrechos canales, fachadas, palacios y palacetes, plazas, iglesias (una por dentro), basílicas, monumentos, museos (uno por dentro), teatros, galerías, cafeterías y restaurantes (uno por dentro), tiendas, rincones y gente. Mucha gente. Muchos idiomas. Y calor.

Pero daba igual todo. Lo importante era estar ahí… “Cuando todo en Venecia me hacía soñar…”.

Lo único que lamento es no haberla visitado en época de carnaval. Pero eso tampoco me iba a opacar el placer de pisar esas aguas y navegar en esas calles (o viceversa, da igual también).

Ojalá las fotos les proyecten lo que sentí en esos momentos.

No es tonta la ciudad, aunque hay quien la ve necia, pero yo la veo bella, tiene magia, misterio y hasta a veces mal olor en algunas rincones. Pero da igual.

Todavía no me lo creo.