Pelayaserías - Blog de Pepe Pelayo

Hola, adultas o adultos (porque esto no es para niños ni niñas). Este es un espacio para ustedes -ya sean jóvenes y jóvanas o muy mayores y mayoras-, pero sólo con una condición que tengan un alma infantil, porque el humor que -lamentable y felizmente-, hago, es blanco, lúdico, infantilón, absurdo, aunque de vez en cuando paso por la ironía y la sátira.

Ojo, el menú de "Pelayaserías" es variado y cada sección es extensa. Por ello los invito a entrar en uno y recorrerlo hasta el final antes de "clickear" en otro, a no ser que no les de gracia, claro (si es así, no me lo digan, por favor). 

En fin, sean ustedes bienvenidos(as) y ojalá disfruten. 

Gracias por su risita.

Reseña de mi último libro escrita por Enrique Gallud Jardiel

portada_1.jpgPepe Pelayo: «John y Depp. ¿Teatro o historieta?», Humor Sapiens, Santiago de Chile, 2024, 150 págs.

Este monólogo de dos —‘biólogo’, como denominaron en su día Les Luthiers a este género literario— es un cómico y difícil ejercicio de estilo que el gran Pepe Pelayo se ha impuesto como entrenamiento para mantener rodando y bien aceitado el engranaje de su ingenio. Se ha preguntado: «¿Puedo escribir una divertidísima pieza teatral con dos personajes que se limiten a hablar de sus cosas?». Y se ha respondido que sí, porque el lenguaje —si se domina a la perfección, como es el caso— da para eso y para mucho más; y el autor lleva muchos años —más de los que él quisiera. quizá— siendo un mago del humor y un prestidigitador de la palabra.

John y Depp, protagonistas de esta gran comedieta, son dos personajes que salen a dar una pirandelliana vuelta por ahí, para ver lo que se pesca, y que, de paso, filosofan imparablemente sobre las grandes cuestiones eternas como «¿quiénes somos?», «¿qué hacemos?», «¿de dónde venimos?», «¿a dónde vamos?», «¿falta mucho?», «¿te importa que nos sentemos un rato a descansar, porque ya me duelen los pies?», etc.

Realmente, lo que Pelayo hace es sacar a su brillante y reluciente imaginación de la jaula y dejar que campe por sus respetos, opinando sobre todo lo divino, lo humano y lo infrahumano, ofreciéndole al lector —aparte de la diversión que porsupuestísimamente incluyen sus textos— unas reflexiones vitales, vitalistas y vitalicias que ya las habría querido para sí Ortega y Gasset, don José o algún otro filósofo igual de siniestro. Ideas, sugerencias, hallazgos intelectuales, culturalismos a porrillo y, sobre todo, paletadas de originalidad: esto es lo que incluye este libro de humor peripatético. Pelayo agarra a la libertad por el cuello y hace con ella lo que le da la gana, lo cual es lo mismo que decir que se atreve con todo, que presenta dramatizada una síntesis de su pensamiento y de sus visión de las cosas. Nos deleita, en otras palabras, con la sabiduría condensada de muchos años de observación inteligente, puesta al servicio de la labor de entender este mundo tan raro en el que hemos ido a caer, aunque no sepamos bien desde dónde.

Como el humorista no ignora (escribo ‘no ignora’ en vez de escribir ‘sabe’ porque a mí me pagan por palabras) que la comicidad es el mejor vehículo para decir las cosas más serias, nos brinda en su diálogo todo un verdadero muestrario de recursos humorísticos: varios centenares de procedimientos de fabricación de la risa, ese bien de consumo tan necesario para el buen funcionamiento de la mente y del alma. Yo, personalmente, estoy muy contento de haber leído este libro, porque podré robar y plagiar de él docenas y docenas de trucos para divertir. Aprovecharé que Pelayo está en Chile y no me puede abofetear desde allí y capitalizaré su creatividad, vampirizaré su excelente humor y me llevaré el mérito de un talento ajeno. No me da vergüenza decirlo.

Y también ustedes, lectores, pueden aprovechar al máximo y sacarle todo el jugo a «John y Depp», en forma de disfrute intelectual y de cosquillas simbólicas, pues con este libro se reirán más que si asistieran a un debate parlamentario.

Boletín Humor Sapiens | Febrero 2024

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Recién se ha publicado el Boletín Humor Sapiens correspondiente al mes de febrero. Se puede disfrutar aquí...
https://humorsapiens.com/boletin-humor-sapiens-febrero-2024
Este Boletín es especial, porque se estrena una nueva sección: "Casillero Humor Sapiens", donde usted encontrará las últimas revistas, magazines, boletines, suplementos y una buena parte de las publicaciones periódicas humorísticas que se editan en el mundo del humor gráfico y que nos envían sus equipos realizadores.
Ojalá les guste.

 

Mi nuevo libro. El nó. 77: "John y Depp. ¿Teatro o historieta?"

portada.jpgAcaba de salir publicado mi libro No. 77. Se titula "John y "Depp. ¿Teatro o historieta?"
Es muy especial para mí. Antes de terminarlo ya era uno de mis favoritos. Disfruté su creación porque es humorístico, es teatro y es humor gráfico, modalidades artísticas que amo. Además abordo muchos temas importantes para mí en cada acto o capítulo.
Esta disponible aquí: https://www.amazon.com/dp/B0CTH3VPHN?ref_=pe_93986420_774957520

En el "Melaíto" de enero

pag.2.jpgAcaba de salir la publicación humorística cubana "Melaíto", correspondiente al mes de enero. Y en esta ocasión, su director, mi amigo y colega, Alfredo Martirena y su gran equipo, me dedicaron la sección "A cara melao", con la caricatura que me hizo Cabrera, junto al siguiente texto:

"La teoría de la evolución de las especies no estuvo casi completa hasta que Pepe Pelavo -que se llama José y su segundo apellido es Pérez- identificó al humor sapiens. Clasificación en la que encaja este ingeniero civil, humorista literario, escénico, visual, audiovisual, comediante, director artístico, guionista, estudioso de la risa, conferencista y... todo lo que descubrirá en sus 76 libros. El Darwin matancero (1952), desde Chile tiene una esquina en Melaíto con sus fotomontajes, y, un lugar en el recuerdo de los que reímos con su compañía la Seña del Humor".

También aparece mi estable sección "la esquina de Pepe Pelayo" con mi fotomontaje (esta vez el del tendido-tendedera).

Desde aquí les doy millones de gracias a todo el Melaíto, por sus generosas palabras y por recordar a la Seña del Humor. ¡¡Un abrazo!!

Nota: Aquí van las dos páginas donde aparezco.

 

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Nuevo libro. Mi número 76

crianza.jpgAcaba de salir publicado mi libro No. 76.

Éste, en coautoría con Rudy (Marcelo Rudaeff, 1956), psicólogo y humorista literario, gráfico, escénico y audiovisual argentino.

Es el 4to libro de la saga de los señores Ortega y Gasset.

Tratan sobre la formación de los hijos, basándose en los Cuentos Clásicos Infantiles.

Para mi gusto personal, uno de los más cómicos de la saga.

Lo pueden ver en…

https://www.amazon.com/-/es/gp/product/B0CS9LVY1X...

¡Un champaña entonces por el nuevo hijo!

La saga:

1-"Los señores Ortega y Gasset. Crisis de identidad" (Prólogo de Daniel Rabinovich de Les Luthiers).

2-"Los señores Ortega y Gasset.  Crisis económica.

3-"Los señores Ortega y Gasset. Crisis de parejas.

4-"Los señores Ortega y Gasset. Crisis en la crianza de los hijos".

Ahora, para la persona interesada o curiosa, aquí les copio los dos primeros e-mails del nuevo libro.

From: ortega@muy.com.plicado

To: Gasset@mag.net.ico

Subject: dilema.

Mi muy Gasset

Le envío al presente mensaje a ver si usté, en su finita sabiduría o en su subvalorada inorancia puede ayudar a este pobre individuo aquí cyberpresente.

Conocerá usté a mi hijo Húbermas, sabrá que en realidad se llama Huberto Tomás, pero le decimos así para ahorrar espacio y sabrá usté que desde muy pequeño a la hora de dormirse le contamos un cuento. Y entenderá usté por obvios motivos, que Caperucita es uno de los cuentos con los que incrementamos sus conocimientos literarios. Pues bien, ¿me creerá usted que el muchacho, a pesar de tener seudónimo y apellido de filósofo, no lo entiende?

Cada vez que la madre le pide a Caperucita que vaya a llevarle algo a su abuelita, y la chiquilla parte, Húbermas me dice: ”para, para, papá, no entiendo... ¿esa Caperuza de verdad hace lo que su madre le pide?”

¿Usté entiende lo que él no entiende?

¿Sí, no, nosabe/no contesta, todas son correctas?

¿Podría usté ayudarme, Gasset?

Espero atónito su repositiva misiva.

Ortega.

From: Gasset@rnostodos.com

To: Ortega@mag.net.ico

Subject: Re-dil ema

Entranable ortega:

Debo senalar que su carta provocó en mi casa una fiesta al son de zamponas y castanuelas. Yo anoraba ese gesto. Sí, desde un ano, más o menos. Esto no es un regano. No lo es, pero pensé que usted era de baja calana, dueno de una personalidad maranera, como una pirana, una alimana, un ave de rapina, lleno de artimanas y patranas. ¡Pero yo nunca le hice dano ni me empené en que pareciera un extrano! !Por eso, mi sueno era recibir una carta suya disculpándose y por ello ando risueno y con un alegre guino en mi rostro! Mi querido companero…

Perdón, pero ttttttuve que cambiar de ttttteclado,  porque ese tttttteclado en inglés es sin “ñ” y me tttttortttttura. El tttttema en esttttte instttttanttttte es que esttttte ttttteclado es uno antttttiguo que ttttttengo para botttttar, porque la lettttttra “ttttt” se queda pegada, Ortttttega…

¡Ahora sí! Fui y me compré un teclado made in usa, de uso, en la “Feria de las pulgas” que se arma los domingos en la plaza, frente a la casa, por lo que puedo —sin más inconvenientes— responderle al fin.

Claro que conozco a su hijo. Como sé que usted conoce a Américo Diosdado Gasset, mi hijo, al cual le decimos cariñosamente “Amediogas”, juntando las tres primeras letras de su nombre para ahorrar letras, ahorrar gas —algo vital en estos tiempos—, ahorrar espacio como dice usted y para ahorrar tiempo. Y como el tiempo es money, le doy una moneda cada vez que lo llamo. Acto seguido él la echa en una alcancía. Alcancía que yo vacío cuando él no me ve, para darle las monedas de nuevo cuando lo llamo y así ahorro dinero, ya que no tengo que darle otro dinero, sino el mismo. Pero lo más importante es que así le enseño el valor positivo del ahorro. ¡Es que no es fácil ser papá, Ortega!

En cuanto a su consulta, le señalo que no me tiene que decir sobre el valor positivo de la lectura en la formación de los niños. Yo lo sé muy bien. Yo sé del valor positivo de leerles cuentos de noche a los hijos. Por suerte, con Amediogas no he tenido problemas con eso. Yo le muestro en Netflix las películas infantiles con esos cuentos clásicos y le leo el subtitulaje hasta que se duerme, porque de libros no quiere saber nada.

Cuando ayer recibí su mensaje, le puse el largometraje “Caperucita”. Lamentablemente, Amediogas no llegó despierto a la parte que en que a Caperucita la mandan a casa de su abuelita, por lo que no puedo darle otra opinión infantil, pero sí le comentaré algo desde mi punto de vista, ya que yo sí me empujé completa la película. Mire, Ortega, según yo, su hijo tiene razón al preguntar eso, porque estos son otros tiempos. Por poner un ejemplo, yo nunca he entendido en ese cuento el por qué Caperucita no solo no se asusta, sino que continúa muy normal cuando escucha por primera vez hablar al lobo. ¡Un lobo hablando! Oiga, si eso me pasa a mí, aún estuviera corriendo. Y los niños se dan cuenta de esas fallas, Ortega, porque los niños en estos tiempos ya no creen ni en Papá Santa Noel Clauss, ni en los duendes, las hadas, ni siquiera en las cigüeñas, aunque uno le restriegue el ave en su cara, amigo mío, ¿no es cierto?

Bueno, espero que le haya servido mi análisis sobre su consulta y espero que me siga informando de los avances de su hijo con Caperucita. yo haré lo mismo por mi parte.

¡Ya tenemos una buena excusa para continuar con nuestra descontinuada relación—comunicación!

Estamos a mano. Y a—manos frías, a—brazos calurosos.

Gasset.

Una reflexión: La ignorancia por opción

aignora_0.jpegNo nacemos ignorantes ni sabios. Es cultural. La educación familiar y escolar influyen mucho en si nos quedamos ignorantes o si emprendemos el camino de la sabiduría. Pero también existe un factor social, por supuesto.

En estos tiempos está sucediendo algo que no conocía en la Historia: mucha gente elige ser ignorante. Valora y sobrevalora la ignorancia. Es un mérito ser ignorante, sienten que les da “estatus social”. Viven orgullosos de ser ignorantes. Y peor aún es la variante ignorante- arrogante, que abunda mucho lamentablemente.

Entonces, a mayor ignorancia, más arrogancia.

Puedo mencionar una larga lista de ejemplos. Pero solo mencionaré cinco, sin orden de nada:

1-Un artista ignorante (de cualquier modalidad), es mediocre; sin embargo, se vuelve popular (por la mediocridad del público y las artimañas del marketing), y se cree un dios, menospreciando el arte de calidad, el buen gusto, al resto que no lo admira, a la teoría, a la superación profesional, etc. Se ve muchos en los cantantes, ¿no es cierto?

2-Un hombre común, anónimo e ignorante acepta, asimila, una ideología política, se hace militante o activista, manipulado por otros y repite como papagayo eslóganes, consignas, argumentos y conceptos que le enseñaron cuando fue adoctrinado. Y si uno le explica una idea que se sale de la pauta que le suministraron, se pueden volver hasta violento si ve que no puede contraargumentar o violento solo porque tú no piensas como él. Es más, su arrogancia es tal que te dicen que saben muy bien de lo que hablan. Tiene la verdad absoluta. Porque la ignorancia se da fértil en el terreno del fanatismo, de la fe ciega.

3-Una mujer común, anónima e ignorante, se dice que tiene “valores” y los defiende a capa y espada. Entonces puede convertirse en feminista dura. Y como arrogante que es, no acepta matices. Es recta, severa, rígida, “inquebrantable” en sus principios. Sin embargo, sigue, admira y es fanática de reguetoneros que humillan a la mujer en sus letras. ¿Cómo se entiende? Por lo ignorante que es, claro está.

4-Un joven común, anónimo e ignorante con pocos recursos, por mala influencia familiar, escolar o social, ve que desde la ignorancia puede “hacer carrera” en la vida. O delinquiendo, o con pillerías. O simplemente es un cómodo, un flojo y se da cuenta que en esta época la ignorancia se valora. Y comienza a reunirse con otros especímenes similares para hacerse fuertes socialmente defendiendo la ignorancia, mejor dicho atacando el saber, el conocimiento, con teorías absurdas pero que funcionan para muchos. Y logra destacarse en la vida no sabiendo nada de todo.

5-Un joven común, anónimo e ignorante, hizo fortuna por herencia, o por suerte, o por una habilidad natural. Confunde ser rico con sabiduría, cuando no tiene absolutamente nada que ver. Tener dinero y una buena vida material no es garantía de conocimiento, cultura, saber. ¡Cuántos ricachones conocemos que son más ignorantes que muchos pobres!

Y si a todo lo anterior le sumamos unas autoridades que les conviene incrementar y fortalecer la ignorancia para mantenerse en el poder, se completa un cuadro muy triste. Y no solo eso, les conviene que los ignorantes sean arrogantes, para que defiendan a muerte sus mezquinas, pobres, falsas y dañinas ideas.

Amigos, ojo con el ignorante por elección, más con el que siente orgullo de serlo y sobre todo con el arrogante.

¡Cuidémonos, porque nos pueden hacer mucho daño!

Una reflexión: "El humor ácido"

acidohumor.jpegExiste una persona que hace humor en Chile. La he visto diez minutos en mi vida y puedo decir que su humor me desagrada mucho. Pero eso es irrelevante, porque aplaudo que haga humor, aunque yo lo deteste. Entiendo que tiene seguidores, los cuales ríen y eso es suficiente para no convertir a esa persona en mi enemiga, ni para “funarla”. Prefiero mejor ignorarla, deseándole que le vaya bien.

Pero ayer leí algo que declaró en un medio de comunicación, y me chocó. Entonces me dieron tremendas ganas de redactar esta reflexión, no para armar un debate, una polémica con esa persona, sino para intentar llamarle la atención a muchos de mis seguidores que desconocen estos asuntos teóricos del humor. Algo que para mí sí es muy importante.

Dice esa persona: “La comedia no puede ser un masaje. La comedia tiene que ser incómoda, no es algo que les guste a todos”.

A mí me fastidia ese tipo de afirmación, porque esa no es la definición de comedia, ni de humor. Cuando más, sería una definición de la comedia que hacen esas personas. Me refiero a ese humor agresivo, arrollador, provocador, virulento, sarcástico, humillante, violento que hacen.

Me veo en la necesidad de aclarar que existen otras clasificaciones de humor que no tienen nada que ver con ese humor ácido. Me refiero al humor irónico, satírico, negro, blanco, absurdo, infantil, costumbrista, y otras clasificaciones más. Tipos de humor que pueden hacer pensar o solo divertir. Por lo tanto, eso de que la comedia “debe ser incómoda”, sí, ¿pero para quién? Obvio que se refiere a las víctimas de su humor ácido, descarnado y ultrajante, que más encima es cobarde, porque la víctima no se puede defender. Así que es una comedia incómoda también para personas como yo, que no disfrutan ese tipo de humor.

Y añade en su declaración: “(los comediantes) no pueden decir cosas para perder seguidores, entonces se vuelven personas amables y eso no es bueno para un comediante”.

Me impresiona que alguien pueda pensar que ser amable sea una cualidad negativa. Y menos que ser amable sea perjudicial para un comediante, un humorista. ¿Ustedes pueden pensar que Les Luthiers, Tricicle, Chaplin, Mr. Bean, el Payaso Popov, Víctor Borge, Tres Patines, Cantinflas y miles de colegas más son malos humoristas porque no hacen ese humor denigrante? ¿Son malos comediantes porque no son amables?

Es un desatino de aquellos.

Si el humorista tiene necesidad de criticar, es su deber hacerlo. Para eso tiene herramientas como la sátira, la ironía, la parodia, etc. Con esa crítica hace pensar a su público y hasta puede abrirle los ojos sobre algo que no se había dado cuenta. Insisto, tienen el deber de bajar del pedestal a cualquier autoridad que haga las cosas mal. Y cuando digo autoridad no necesariamente me refiero a los políticos, a los gobernantes. Una autoridad puede ser también un jefe en una empresa, un profesor, un padre, un guía de Boy Scout, etc., etc.

Pero de ahí a personificar para regodearese en público y decirle que es un tal por cual, y burlarse hasta la humillación, es demasiado. Decía Nicolás Gogol “hay que reírse de una cualidad fea, no de una nariz fea”.

Pero los comediantes mediocres saben que burlarse despiadadamente de alguien en público provoca risa (recuerden cuando disfrazaban ridículamente al condenado que iban a decapitar en una plaza medieval, cómo reían a carcajadas los reunidos allí con morbosidad para ver la ejecución). Y ellos saben también que tienen asegurada aún más la risa haciendo ese humor con vulgaridades. Saben que decir una grosería es garantía de carcajada. Por supuesto, me refiero en ambas casos a éxitos en públicos tan mediocres como esos humoristas.

Lástima que no hayan experimentado, disfrutado, hacer humor inteligente. Porque para los que no conocen, hacer humor blanco, pero que haga pensar, es la forma más difícil de hacer humor. Y es inteligente, porque hace que el público se sienta inteligente al descifrar el mensaje elaborado artísticamente.

Pero bueno, tampoco podemos pedir que todos los comediantes tengan el mismo nivel de calidad, ni el mismo talento.

Eso sí, reitero: es bueno que hagan el humor que quieran, porque -para mí-, el concepto de libertad de expresión está por encima de cualquier calificación artística, de expresión.

Lo que sí me molesta es que se la den de teóricos del humor, solamente para justificar lo que hacen, o por pose para ocultar su ignorancia. Porque sin saberlo, están ninguneando a otros colegas como yo, que hacen otro tipo de humor.

Por favor, cuidemos y dignificamos esta profesión.

Una reflexión: "El odio en la calle"

afontana.jpegMe cuesta utilizar este muro de Facebook (o Twitter o Instagram, las cuales uso pocas veces en general, dichos sea de paso), para abordar temas relacionados con asuntos sociales o políticos de actualidad. Pero a veces me sobrepasan y no puedo evitarlo.

Me acabo de enterar que vandalizaron un gran mural del reconocido y fallecido dibujante, humorista y escritor Roberto Fontanarrosa creado en una pared del macrocentro de la ciudad santafesina de Rosario, Argentina. Sí, le echaron pintura negra al “Negro” Fontanarrosa, al merecidísimo mural que le hicieron en su ciudad natal.

Para los que no lo saben, el 26 de noviembre se celebra en Argentina El Día Nacional del Humorista, en honor a la fecha del nacimiento de Fontanarrosa. ¡Imagínense lo imporante que es este humorista gráfico y literario para el arte de ese país. Y para todos los humoristas y públicos en general de Hispanoamérica y del mundo.

En mi caso, siempre he dicho que lo admiro y respeto de corazón. Pero no me encabrona que lo hayan vandalizado solo porque es uno de mis ídolos en el humor, ni porque lo haya conocido personalmente, ni porque me haya dedicado y firmado varios de sus libros, ni porque haya dicho que admiraba mi grupo La Seña del Humor, etc. Me enfurece también y mucho, por lo que puede haber detrás de ese acto irraccional.

¿Cuál fue el objetivo de ese demostración de gamberrismo? No dejaron ningún mensaje, así que no podemos suponer que haya una causa -ni justa ni injusta detrás. Además, Fontanarrosa no era ni militante ni activista de nada.

¿Entonces? Aquí viene lo peor. Lo más probable es que esos salvajes responsables de la acción destructora lo hayan hecho solo por odio. Odio a la vida, odio a todo.

“Odiadores” profesionales que se reúnen a destruir su entorno.

Y eso no solo sucede en Argentina, lo hemos vivido en Chile (y lo seguimos viviendo), también en toda Latinoamérica y hasta en Europa.

¿Son una minoría esos humanoides? Quizás. El problema es que existen políticos (y sus termocéfalos acólitos que los siguen en manadas), que utilizan y encausan el odio de esa minoría para sus objetivos de llegar al poder y mantenerlo. A lo anterior se le suma la actitud de otros políticos, los cuales hacen silencio ante la violencia y el odio, tanto por miedo como oportunismo.

Sin dudas, estamos pasando una época oscura, triste, desesperanzadora, donde cada día reina más la ignorancia, la violencia, el rencor, el odio y la ética arrastrada por el fango.

Conclusión, no hago esta sombría reflexión, solo porque como humorista me haya dolido enormemente la incivilidad contra el mural del amigo y colega Fontanarrosa. También la hago como ciudadano, como ser social, como ser humano.

Pero no deseo que al llegar leyendo hasta aquí, usted piense que voy a dejarme caer.

Seguiré haciendo humor, porque es lo único que sé hacer (bien o mal) y porque estoy convencido de que con amor y humor se puede combatir esta deshumanización que nos tocó vivir.

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