En casi toda comedia que se aprecie de serla e incluso en algunos dramas y melodramas, existe como mínimo un personaje cómico, gracioso, chistoso. En las historias humorísticas que haya uno es poco. Más aún si son para niños.
Hay personajes donde la comicidad viene dado por su físico; es decir, con rasgos externos exagerados o bien diferenciados del resto de los mortales, incluso pueden llegar a ser caricaturas. Una variante sería provocar la risa o la sonrisa por su manera de hablar, de caminar, de moverse en general, sus manías, expresiones del rostro y el cuerpo. Otra es a través de sus rasgos interiores, como su actitud ante la vida, sus reacciones, sus virtudes y defectos y su forma de pensar.
Si la calidad artística y del humor del personaje es mínimamente aceptable por lo atractivo -y no viola lo que usted considere “valores positivos” para los niños-, entonces el diseño de los personajes es fundamental en la creación humorística en los libros para niños.