¿Pedagogía y humor? Sí. ¿Por qué? Porque el ser humano nace con cierta predisposición hacia la diversión, la alegría de vivir, el juego, la curiosidad, la exploración y la flexibilidad y con ese espíritu transcurre nuestra infancia. Sin embargo, nuestros centros educacionales se empeñan cada vez más en acabar con todo eso. Si logramos impartir clases amenas, si resolvemos los conflictos con ingenio, gracia, si logramos un grupo cohesionado y orgulloso de pertenecer a él, si hacemos que los niños sean más creativos, más imaginativos, y todo con el tono lúdico y risueño que caracteriza la infancia, entonces podemos lograrlo. Esa es la base de la Pedagogía del humor.
¿Cómo hacer para desarrollar el sentido del humor? Fácil, haga ejericicios para estimularlo y desarrollarlo. Como toda disciplina, lleva esfuerzo, constancia y dedicación, pero como es placentero todo, no se dará cuenta de ese esfuerzo.
Pero ante los ejericicios, unos consejos:
Adopte una actitud de alegría. Eso no significa que deba comportarse como un tonto o un loco. Mantenga su mente abierta y tenga pensamientos sin censura, traviesos, hilarantes.
Vea el lado humorístico de cada situación y ría. Pero ría se de lo que hacen los otros, no de lo que son.
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