¿Es un perdedor el que pierde cosas? Lo digo porque soy consciente de que más de alguna vez he perdido la vergüenza, he perdido la paciencia, he perdido los estribos, he perdido una discusión, etcétera. Pero es lo de menos. En mi caso no da ni para arrepentirse. Tampoco me refiero a perder la cartera, los anteojos, las llaves, la tarjeta de crédito, dinero y esas cosas, incluso perder el avión, el tren, el turno al médico, etcétera, que aunque molesta mucho la pérdida, pasa (son recuperables).
La pérdida que me provoca esta reflexión es más… ¿cómo podría explicarlo? Es más íntima, privativa, propia, exclusiva, es parte esencial de uno mismo.
Por ejemplo, perder una muela, como me acaba de suceder recién.