No nacemos ignorantes ni sabios. Es cultural. La educación familiar y escolar influyen mucho en si nos quedamos ignorantes o si emprendemos el camino de la sabiduría. Pero también existe un factor social, por supuesto.
En estos tiempos está sucediendo algo que no conocía en la Historia: mucha gente elige ser ignorante. Valora y sobrevalora la ignorancia. Es un mérito ser ignorante, sienten que les da “estatus social”. Viven orgullosos de ser ignorantes. Y peor aún es la variante ignorante- arrogante, que abunda mucho lamentablemente.
Entonces, a mayor ignorancia, más arrogancia.
Puedo mencionar una larga lista de ejemplos. Pero solo mencionaré cinco, sin orden de nada:
1-Un artista ignorante (de cualquier modalidad), es mediocre; sin embargo, se vuelve popular (por la mediocridad del público y las artimañas del marketing), y se cree un dios, menospreciando el arte de calidad, el buen gusto, al resto que no lo admira, a la teoría, a la superación profesional, etc. Se ve muchos en los cantantes, ¿no es cierto?