Entrevistas

Espacio dedicado a las preguntas que he respondido a lo largo de mi carrera en el humor, y que han sido publicadas en libros, en la prensa escrita, radial, televisiva o digital.

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País

Año

Entrevista para documental cubano. Nov. 2014

Entrevistador: Jorge A. Piñero (Jape), humorista audiovisual, escénico y literario cubano.

Esta entrevista me la hizo Jape para un documental que está preprarando en estos momentos y para un proyecto literario. Tuvimos la suerte de contar con su permiso para publicarla en www.humorsapiens.comy aquí. Desde esta tribuna, mil gracias por el gesto, pero sobre todo por sus lindas palabras de la introducción.

 

El hombre que más ha creído en el humor.

Cuando la dirección del Centro Promotor del Humor cubano, me asignó la tarea de recoger en un proyecto audiovisual, de manera breve pero explícita, la historia de los primeros años de existencia de dicha Institución, me sentí enormemente satisfecho. Pensé que al fin habían dado al traste con mi realización. Aunque he llevado a cabo otras investigaciones relacionada con el humor de nuestro país, ahora hablábamos de algo que me tocaba visceralmente. Soy juez y parte de esta historia. Sabía que no era fácil la encomienda, y ya conocía ese viejo refrán que reza: recordar es volver a vivir; pero jamás imaginé que parte de mi vida, los mejores recuerdos, quedarían atrapados en esta gesta. Quizás por ello me sentí agasajado cuando uno de mis más importantes entrevistados, entre más de quinientos, me pidió publicar su entrevista en su sitio web, a pesar de que aún no está listo el material audiovisual.

José Pelayo (Pepe) es un referente imprescindible para muchos cubanos de mi generación, y de generaciones posteriores. Para muchos humoristas, desde los años 80. Su grupo La Seña del Humor de Matanzas, me hizo divertir, cuando aún ni siquiera imaginaba que en un futuro no lejano seríamos colegas (siempre guardando la distancia entre el gran maestro: él, y su eterno alumno, yo). Luego la vida me dio la oportunidad, mediante el grupo Nos y Otros, de compartir escenarios, espacios, proyectos, risas… la vida misma, con este genial hombre del humor y su antológico proyecto.

Me extendería muchas cuartillas si comienzo a enumerar todo cuanto grande ha hecho este señor Pepe Pelayo por el humor en Cuba, en Chile y en el mundo. Sé que ustedes ya están ansiosos por saber de primera mano cómo fue aquel intercambio de preguntas y respuestas, por tanto no me extenderé más. Baste con decir, a modo de presentación, que Pepe Pelayo es para mí, más allá de la Seña, de sus libros, de sus múltiples talleres, de sus cientos de conferencias, de sus innumerables presentaciones… para mí Pelayo es de verdad, “El hombre que más ha creído en el humor”, como titulé esta entrevista.

 

1.- Definición de la palabra humor. ¿Qué es la comedia?

Al humor yo no podría encapsularlo en una breve definición. Así que me disculpa si me extiendo. Mira, primero hay que definir lo cómico para luego hacerlo con el humor. Lo cómico es una cualidad sui generis que el hombre percibe y disfruta, según su sentido del humor y su ánimo circunstancial; por tanto, le produce placer, y lo hace reír o sonreír. Lo cómico se encuentra también en lo humorístico. La cualidad de lo humorístico es un añadido que se funde y confunde con lo cómico, aportándole contenidos subjetivos ―elementos de racionalidad y emocionalidad. Lo humorístico es lo que provoca risa, sonrisa o "sonrisa interior", es decir, placer humorístico, pero a partir de un proceso de comunicación ―y por tanto una voluntad y una conciencia― que reside en su fuente. Hallamos lo humorístico en alguien que quiere expresar algo de algún modo (cualquiera que sea el medio o lenguaje expresivo), y como resultado ―previsto o imprevisto― provoca placer humorístico. Se trata, por tanto, y siempre, de una creación humana, pues lo que llega al observador o receptor ha pasado antes por una subjetividad que de alguna manera participa en el resultado, de alguna manera es creativa, e involucra matices de inteligencia y emocionalidad que son inseparables de todo proceso subjetivo.

Concluyo, el humor brota en medio de un proceso subjetivo, es un fruto, deliberado o no, de una voluntad y una conciencia de comunicación. Y como proceso subjetivo, en algún modo y grado implica inteligencia y emocionalidad, cualquiera que sea el matiz de esta última. A partir de aquí, no se justifica en absoluto encerrar el campo de lo humorístico entre límites tan precarios. Más lógico y natural es extenderlo para abarcar sus más extremas expresiones: la carcajada, y la "sonrisa interior". Nos topamos muchas veces con frases preciosas, poéticas, ingeniosas, tiernas, sublimes, que logran en pocas palabras definir el humor. Ojo con eso, en la mayoría de los casos, por no decir todos, se trata de definiciones de humor desde la óptica del humorismo como corriente artística y se basa casi siempre en conceptos de calidad.

En fin, poner el significado de humor en dos o tres frases, me es imposible. Sin embargo, el concepto de comedia, sí. Me identifico con su definición clásica: es una obra de argumento festivo, humorístico y con final más o menos feliz. Hay demasiados tipos de comedia como para detallarlos aquí. Y termino señalando que este concepto también se extiende a hechos de la vida que provocan risa.

2.- ¿Por qué decidió ser humorista, lo considera como algo importante en su vida, y en la sociedad, o es solo una profesión como otra cualquiera?

Cursando la enseñanza media me fui convirtiendo en el payasito del grupo y a mi ego le encantó hacer reír y me fascinó sentir tanta atención. Me fanaticé con los chistes, con los libros de Jardiel Poncela, los de Mark Twain, con los cómicos del cine mudo, etc. Incluso recuerdo una ocasión en que un compañerito de curso y yo hicimos la promesa de que cuando fuéramos adultos publicaríamos una gran enciclopedia de chistes. Ese compañerito se llama Moisés Rodríguez, un gran humorista cubano, que fue años más tarde co-fundador del grupo La Seña del Humor conmigo y Aramís Quintero. En fin, que creo esto del humor me ha acompañado siempre. Lo considero mi profesión, mi pasatiempo, mi pasión, mi actitud ante la vida. Y estoy completamente convencido de su trascendental importancia en los planos psicológico, filosófico, estético, social y en todo, aunque parezca exageración.

3.- ¿Qué ha sido lo que más ha exigido de ti esta profesión?

Control,  para no dejarme llevar por la comodidad, la ligereza, la superficialidad y la simpleza que a menudo te provoca la risa, la guasa y la fama.

Actualmente no, pero en los inicios pensaba que sólo mi vis-cómica bastaba para dedicarme a esta profesión. Por suerte, siempre me controlé y a ese supuesto talento que tenía para el humor, le añadí disciplina, estudio, superación, esfuerzo y hasta sacrificio a veces, cosa que ha hecho más dulce mis humildes logros.

4.- ¿Piensas que has logrado algo importante, además del sustento?

Varias cosas. He logrado ganarme la vida con el humor y vivir cómodo y hasta con cierta holgura, algo que me permite decir que me pagan por hacer lo que me gusta y eso es super importante para mí. He disfrutado de la satisfacción que produce hacer reír, de darle alegría y placer a la gente. He sentido la admiración y el respeto de mis colegas, algo que valoro una enormidad. Son muchas las satisfacciones, pero cierro con una demasiado importante: he crecido intelectual, espiritual y emocionalmente con el humor, lo que me ha permitido hasta ahora una mejor calidad de vida, y al estudiarlo y aplicarlo en profundidad he logrado transmitir eso mismo a muchas personas. En fin, como es mi slogan “soy un con-sentido del humor”.

5.- ¿Cómo ves al resto de los humoristas, Admiras o detestas a alguien, a algún (o algunos) humoristas en particular?

Te seré muy franco. Yo considero colega desde el payaso que hace los gags más simples y viejos hasta el más fino e inteligente de los creadores. No hago distinción en eso; es decir, no discrimino a nadie por el tipo y género del humor que haga. Pero admito que esa fama existente de que el humor es un género menor en el arte, en gran medida es a causa de la frecuencia con que se hace humor fácil, de baja calidad, en cualquier manifestación artística. A un seudo artista gráfico le basta con dibujar un poco y poner en un globito alguna verdad obvia y él se cree y otros creen que eso es humor y ese seudo artista ya es un humorista. Otro se para en el escenario y dice esa misma verdad obvia del globito, o dice una mala palabra y se cree humorista, porque el público aplaude la verdad y ríe ante lo tabú. Pues eso sí le hace daño al Humor. Puse dos ejemplos de dos manifestaciones artísticas, pero puede suceder en cualquiera. Personalmente, no detesto a nadie en particular. Pienso que esos seudo humoristas hacen sus cosas sin mala leche, sin saber bien el daño que hacen. Por lo tanto, sólo me queda desear que se eleve el nivel de la apreciación humorística en los consumidores y sean ellos los encargados de eliminar a esos falsos creadores de humor. Pero sé que es una batalla casi imposible de ganar.

6.- Consideras que el humor depende de la formación cultural del actor (o autor) o es inversamente proporcional a la inteligencia. (Si no entiendes la pregunta, ya sacaremos nuestras propias conclusiones)

Para hablar el mismo idioma: mencionas “actor” y “autor”, pero yo prefiero responderte pensando en “creador de humor”, porque sucede que una persona simpática por naturaleza, sin neuronas habilitadas en su cabecita, se aprende dos líneas cómicas, se para en un escenario y ya hay que llamarlo “actor humorístico”. Eso pasa también en otras manifestaciones artísticas, por lo que mejor, insisto, es no meternos en esas “honduras” y tratar tu pregunta como “creador de humor”, como ya dije.

Pues bien, no tengo la menor duda de que la calidad del humor que hace ese creador de humor, dependerá de su inteligencia y su formación cultural en general. Para mí es un hecho.

Pero hace falta otra aclaración. Una persona poco inteligente y poco culta, puede hacer humor muy bueno en cuanto a forma. Por ejemplo, tiene habilidades para la gestualidad y monta una rutina, por ejemplo, donde se cae, se para con ligereza, se embarra, patina, deja caer cosas, etc. y todo a gran velocidad. Y hace reír y se aplaude, se agradece, uno sintió placer como espectador, es válido y ojalá siga haciéndolo. Bienvenido al gremio. Pero cuando digo “calidad del humor” me refería al contenido junto a la forma. Por ejemplo, tomemos la rutina descrita anteriormente. Ahora la hace alguien con las mismas habilidades del colega anterior, pero es mucho más inteligente y culto, por lo tanto aprovecha esa rutina para decir y hacer cosas donde además de provocar risas, Haga pensar al mismo tiempo; es decir, obliga que al consumir el mensaje, el espectador eleve un poquitín más su espíritu aunque sea. Pero ojo, tampoco sirve lo contrario, es decir, hacer un humor muy fino e inteligente y hacerlo en un envase malo (débil o malo en la forma). Para que se haga humor de calidad, hay que hacer arte de calidad y para eso se necesita calidad en forma y en contenido. (Saca tus conclusiones, porque ni yo mismo entendí mi respuesta).

7.- Crees que un humorista debiera asumir la rigurosidad en su trabajo tal como hace un actor, un artista circense, un músico u otro profesional del espectáculo.

Con mayor razón. Me explico. Cualquiera de esas profesiones artísticas lleva tremenda rigurosidad en su trabajo, tanto en su dedicación, esfuerzo, sacrificio, práctica, como en el eterno aprendizaje del lenguaje donde se desarrolla. Pues a todo lo anterior hay que añadirle la dedicación, esfuerzo, sacrificio, práctica y eterno aprendizaje del lenguaje humorístico. Es que el humor no es una manifestación artística, es una forma de crear. Por lo que hay que aprender todo sobre el lenguaje del arte por donde vas a canalizar tu humor y hay que aprender todo sobre los mecanismos, procesos, etc. del humor y con ambas cosas dominadas, crear. Así lo veo yo. Por ejemplo, no me considero un gran actor, un gran escritor, etc., pero he logrado dominar un mínimo de esos lenguajes para poder comunicar mi humor. A medida que mejore en la actuación, la escritura, la dirección de espectáculo, etc., mejor humorista seré. Pero si no mejoro en el lenguaje humorístico, aunque sea el gran escritor, el gran guionista, el gran actor, etc., jamás seré un buen humorista. ¿Me explico?

8.- ¿Prefieres el trabajo como solista o en agrupaciones al estilo de Salamanca, La Seña, Nos y otros, Les Luthiers…? ¿Por qué?

Yo me formé en la escena, acompañado de once personas más, así que cuando me fui de La Seña del Humor para Chile en 1991, me costó tremendo trabajo actuar solo. Pero lo logré y ahora, largos años más tarde, te confieso que disfruto ambas variantes por igual. Me ayudó bastante que en Cuba no escribía teatro, radio o televisión solo, lo hacía con Aramís; y allá no hacía humor gráfico y aquí lo creo con mi hijo Alex y ambos creamos y mantenemos HumorSapiens.com, que en Cuba ni pensarlo; y en la Isla me publicaron un libro en co-autoría con Pible, pero aquí he hecho una carrera internacional publicando libros; y allá no impartía charlas, cursos y talleres sobre humor y aquí y en Latinoamérica sí, y en Cuba no realizaba unipersonales para niños y aquí y en Latinoamérica los hago con frecuencia. En fin, que en Cuba me especialicé en trabajar con agrupaciones y en el extranjero solo. Feliz en las dos variantes.

9.- ¿Existe algún método, prospecto temático o fórmula adquirida para desarrollar el acto de creación de un humorista?

No creo. Cada creador que conozco lo hace a su manera. Todos distintos. Y no me extiendo, porque ya lo he hecho demasiado en las otras preguntas.

10.- ¿Cómo te ve tu familia y amigos; te consideran un profesional o alguien que le ha sacado partido a una habilidad del carácter?

Ambas cosas. Y están muy orgullosos de lo que he logrado, según me dicen. Y los noto sinceros, así que les creo.

11.- Algunos humoristas llevan muchos años sin renovar su repertorio o usando los mismos resortes de décadas atrás. ¿Consideras el humor un arte empírico, o un ejercicio escénico chato e inamovible, donde lo importante es dominar el ABC del “negocio”.

Cada humorista debe tener sus razones para hacer lo que hace y no me gusta juzgar a nadie. Respondería entonces desde mi experiencia. Quizás aclare un poco la pregunta. Fui a vivir a Chile en 1991 y aunque regresé de visita en otras ocasiones, no fue hasta el 2002 cuando me presenté en teatro ante el público cubano. Me acompañaba Aramís, que también vive en Chile. Como en Chile hacía mayormente televisión, más algo de radio y ciertas presentaciones escénicas en eventos aislados, más literatura, nunca me vi en la necesidad de renovar el repertorio de La Seña, así que en ese viaje adaptamos para dos actores algunos números del grupo y así nos presentamos en el Teatro Fausto y en el Teatro Sauto. Debo confesar que escuché comentarios de que a pesar de que el público disfrutó muchísimo nuestra presentación, algunos humoristas dijeron que esperaban cosas nuevas y les encontramos razón, porque ellos desconocían lo que hacíamos y pensaban que continuábamos haciendo humor teatral como antes en Cuba. Cuando regresamos otra vez en el 2004 para el homenaje que se le realizó a La Seña en su XX Aniversario, Aramís y yo llevamos la mitad del espectáculo con números nuevos, para complacer a esos colegas, pero fue un esfuerzo grande, ya que en Chile y en otros países de Latinoamérica donde trabajo, no es necesario renovar ese repertorio porque nuestro tiempo está dedicado a otras cosas. En mi caso al humor, pero en otras manifestaciones artísticas. Aclaro. Escribí y monté un espectáculo unipersonal para adultos totalmente nuevo, que estrené este año 2014 en Miami y después pienso moverlo -sin apuro-, por otros lares. Y otra aclaración: me mantengo constantemente renovando “repertorio” en las otras manifestaciones artísticas donde hago humor.

Así que puedo responderte que, o hay una buena excusa para no renovar repertorio, o al humorista le da igual todo y hace de la creación humorística un pesado “trabajo” como cualquier otro y mientras menos esfuerzo haga, mejor.

12.- ¿Ves en el humor alguna relación con el resto de las artes?

Ya eso lo respondí en la pregunta 7, sin darme cuenta de que me lo preguntabas aquí. Resumo. Como contesté en la primera pregunta, lo cómico es un concepto independiente y distinto al del humor; sin embargo, está dentro de lo humorístico. Pues con esta pregunta sucede algo parecido. Cada arte es un concepto diferente, con un lenguaje distinto. El humor también es un arte, pero está dentro de las demás artes. La diferencia con lo cómico es que lo cómico puede existir por sí solo. Pero el humor no. No existe la posibilidad de hacer humor fuera de otro arte. Por ello decía en otra pregunta que es fundamental aprender el lenguaje del humor, pero también el lenguaje del arte donde vayas a canalizar tu talento humorístico.

13.- ¿Debe existir ética en esta profesión, o todo forma parte de la “gozadera”?

Esto también te lo respondí un poco en la pregunta 3. Me tuve que meter “en sangre” que esa “gozadera” (esta palabra tiene un matiz de superficialidad y hasta un poco de vulgar en Cuba), es para la vida social y no se puede confundir la profesión de hacer humor con “la gozadera”. Cuando uno decide hacerse humorista profesional debe asumir toda la ética necesaria e indispensable en una profesión, sea esta la que fuere.

14.- Si te consideras un profesional de humor, supongo haya cánones y autores que te hayan inspirado y mostrado el camino en este difícil arte. ¿Puedes hablarnos de ellos, y cómo llegan a ti?

De niño por las historietas y dibujos animados como Las dos urracas, El pájaro loco, El conejo de la suerte, El correcaminos, etc.

De adolescente: libros de Enrique Jardiel Poncela y Mark Twain, Los cómicos del cine sobre todo del cine mudo, más los Hnos. Marx, Stan Laurel, Cantinflas, Pototo y Filomeno, algunos programas de televisión como Detrás de la fachada, Cachuca y Ramón, Casos y cosas de casas y San Nicolás del Peladero, La comedia silente del domingo y por la radio La Tremenda Corte y Alegría de sobremesa. También por los chistes de Bohemia y de Selecciones, una revista farandulera matancera llamada Pepsina y Colagogo que escribía una sola persona, pero muy adelantado a su época humorísticamente hablando, etc.

De joven algunos libros como Decadencia y caída de casi todo el mundo, El Decameron, la obra humorística de Miguel de Marcos, todo de Zumbado, más Álvarez Guedez en cassettes, etc., y por suplementos como el DDT, Palante y cuando me llegaba Melaíto, y sobre todo, los filminutos, ciertos documentales cubanos del ICAIC, los sólidos comediantes como Arredondo, Idalberto Delgado, etc. También los cómicos clásicos del cine y en especial la comedia italiana de finales de los sesenta y los años setenta.

De profesional: Chesterton, Les Luthiers, Fontanarrosa, Quino, Monty Python, Woody Allen, el humor ZAZ, Gila, Mota, Triciclo, Leo Masliah, Grupo Mozart, la serie Friends y un largo etcétera. En Cuba, casi todos los contemporáneos de La Seña del humor en los ochenta, partiendo por Carlos Ruiz de la Tejera, Virulo, etc.

15.- Define la palabra público. ¿Hay públicos buenos y públicos malos? ¿Ha sido el público quien ha regido tu quehacer humorístico? ¿Qué público prefieres en cuanto a su composición socio-cultural? ¿Por qué?

No me agrada decir que hay públicos  mejores que otros, sino que son diferentes. Para hacer humor en un escenario tienen que coincidir muchos factores subjetivos y concretos tanto en la fuente o emisor, como en el receptor o público. Me explico. Yo puedo contar un chiste ante un público y nadie se ríe. Y yo mismo puedo contarlo igual ante otro público distinto y sí se ríen, porque –repito- depende de muchos factores: el estado de ánimo mío, si me equivoqué o no al contarlo, si no era el momento ideal de la presentación, si no era el indicado para ese público, si por el nivel cultural no lo entendieron, si era muy localista el chiste, si se lo sabían, si el ánimo del público no era el idóneo (frío, calor, asientos incómodos, algo negativo pasó antes, etc.) En fin, todo relativo. Sin contar otros elementos ajenos. Por ejemplo, una vez con La Seña actuamos ante un público del interior del país, donde nadie se rió y nosotros sufrimos. Incluso yo mandé a bajar el nivel de los chistes y hasta hacerlos más explícitos y nada. Al final nos dieron tremenda ovación y después nos enteramos de que ellos por costumbre, no les agrada reírse alto, pero disfrutan mucho. También hemos actuado con público que no entiende nada, pero respetan lo que está sucediendo en el escenario como nos sucedió en Matanzas al inicio de La Seña. Otra experiencia fue actuar en un mismo espectáculo con un grupo que iba primero que nosotros y hacía un humor totalmente diferente en cuanto a forma y contenido y los asistentes rieron mucho con ellos, entonces sentimos miedo de fracasar y cuando salimos se rieron de igual forma con nosotros. Pero si me dan a escoger, prefiero el público del Teatro Nacional de Cuba, porque eran los únicos que aplaudían el chiste que les gustaba. Eso me sucedió también en Buenos Aires, al presentarme en una Sala de la calle Corriente. Una exquisitez ver cómo ese tipo de público goza, siente el humor, entiende hasta lo más insignificante que otros públicos no captan y lo agradecen explícitamente.

Me he referido al público que consume el humor escénico, porque hay otro público que consume humor audiovisual, literario, gráfico, etc. y el creador no lo ve directamente consumiendo su obra y entonces si no le escriben, o le dan su opinión en la calle, o algo así, no se entera si su humor gusta o no. A mí me encanta ambos públicos, aunque es obvio que es fuerte la vivencia de tenerlo que hacerlos reír tan cerca de uno. Sin contar la maravilla de recibir un aplauso agradecido.

16.- ¿Qué le puede haber aportado a tu carrera como profesional del humor tu trabajo realizado en Cuba; y tu labor posterior, como humorista en el exterior?

Ya lo expliqué también en anteriores preguntas. Aporto un distinto enfoque: en Cuba hice una carrera profesional en el humor del año 1984 al 1991, haciendo mucho teatro, y algo de televisión y radio y poco de cine y literatura. Por razones extra artísticas no tuve alcance internacional. En Chile me mantuve en mi carrera humorística, pero haciendo mucha televisión hasta el año 2000, poco radio y teatro, pero mucha literatura sobre todo humor para niños, también hice y hago escena para niños y mucho estudio, cursos, charlas, talleres sobre Crecimiento personal, Pedagogía, Motivación lectora, Empresa, etc, todo a través del humor. Con estas variantes de mi misma carrera dentro del humor, he llegado a tener una proyección internacional. Pienso que es todo una misma carrera, repito, por lo tanto lo que hice en Cuba fue decisivo para poder hacer lo que he hice después.

17.- Por características propias del idioma y la idiosincrasia, existe un “público cubano” que algunos tildan de incondicional. ¿Existe alguna característica propia del  humor cubano, un sello que lo identifique donde quiera que estés? ¿Se puede hablar de humor cubano como concepto, al igual que la música cubana?

Estoy de acuerdo contigo en que existe un sello cubano en música y añado artes plásticas también. Sin embargo, no creo que exista “un humor cubano”. Me baso en mi escritura y actuación en varios países tan distintos como los andinos, los del cono sur y los caribeños. Todos esos públicos han entendido mi humor perfectamente y jamás ni la crítica ni las opiniones de público han señalado algo así. Pero también he visto a colegas cubanos hacer su humor “cubano” “afuera” y no han gustado y tampoco han dicho que no gustó porque fuera cubano.

Para emitir un criterio debemos aislar los localismos, los giros idiomáticos, etc. y quedarnos con el resto a ver si existen elementos especiales que distingan nuestro humor. Y eso no lo veo. Sólo aprecio más marcadamente incluso el choteo del que hablaba Mañach. Y eso lo veo en otros países latinoamericanos con historia y condiciones parecidas a la nuestra. De ahí que tampoco pueda estar de acuerdo con la existencia de un “público cubano”, aunque sí incondicional, porque es el de uno, con el que creció, se formó, se desarrolló. Pero esa incondicionalidad la encontramos también en los públicos de otros países con sus humoristas. Lo más cercano a responder positivamente tu pregunta sucedió en los años ochenta. En mi opinión, si ese supuesto “movimiento de nuevo humor cubano” se hubiese desarrollado, fortalecido más, madurado más, quizás hubiera producido un sello especial, porque no existe en el mundo un país donde sus creadores de humor en su mayoría sean de una misma tendencia, tengan tan parecido origen, formación, gustos, etc. Y esas características de los creadores hubiesen producido un público también especial. Lamentablemente, todo eso se perdió en los años noventa.

18.- Después de los años ochenta, muchos de los creadores cubanos han intentado buscar nuevas vías, nuevos modos de decir y hacer en los diversos soportes de la escena y el audiovisual humorístico, tanto en Cuba, como en el exterior. ¿Consideras  que se ha logrado revolucionar el humor cubano? ¿Se puede hablar de un humor cubano más universal?

No. Algo de eso ya lo he respondido. No puedo decir que existe un humor cubano característico, ni puedo decir que el humor que se hace tanto en Cuba como en el extranjero es universal.  Eso depende de los humoristas individualmente.

19.- ¿Considera justo que se entregue el Premio Nacional de Humor?

Por supuesto que sí. Es importantísimo que se mantenga ese Premio. Incluso creo que es justo también que se reconozcan a los humoristas cubanos que viven fuera de la Isla, porque en definitiva siguen siendo cubanos. A lo mejor no competir por el mismo premio y se deba crear uno especial para los “afuerinos”, algo como un reconocimiento, una distinción, porque doy fe de que los hay buenísimos y muchos nunca han negado ser cubanos. Quizás dirán que es feo que yo proponga esto “al venir la recomendación de muy cerca”, pero lo siento, es lo que pienso. Y aunque uno pueda vivir felizmente sin ese reconocimiento, si encuentran que es merecido, se agradece porque al final es tu país, tu público, tus colegas los que te premian.

20. -¿Cuál es tu sueño o interés futuro con relación al humor cubano?

Me encantaría que mi pueblo, mis colegas, todos los que se recuerdan de mi trabajo en la Seña del humor conozcan mi obra posterior, que tengan la posibilidad de consumirla y disfrutarla. Me encantaría mantenerme actualizado de lo mejor que se hace allí y me encantaría poder hacer algo para que mejore el nivel de la calidad del humor del pueblo cubano y que como sucede con la música y la plástica, algún día sentirnos orgullosos de que creamos un sello especial, tanto en las fuentes creadoras como en un público consumidor exquisito.

Mil gracias por pensar en mí para responder este cuestionario. Éxitos en el proyecto.