Entrevistas

Espacio dedicado a las preguntas que he respondido a lo largo de mi carrera en el humor, y que han sido publicadas en libros, en la prensa escrita, radial, televisiva o digital.

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Motivar a la lectura a través del humor

OSVALDO: Hola. Soy Osvaldo Macedo de Sousa, soy historiador, escritor, curador y promotor del humor y a nombre del Congreso Internacional “Figuraciones Interartes”, organizado por la Universidad de Lisboa, tengo el placer de entrevistar a Pepe Pelayo, humorista literario, escénico, gráfico y audiovisual y también estudioso de la teoría y aplicación del Humor. ¿Cómo estás, Pepe? Un gusto de saludarte.

PP: Feliz y agradecido por la invitación a participar que me hizo la organización del Congreso y feliz y agradecido que seas tú mi entrevistador, una persona que admiro, respeto y aprecio tanto.

OSVALDO: Bueno, debo decir que el objetivo principal de esta entrevista es conocer tu Método “Gracias por leer”, para motivar a leer a través del humor. Por lo que es lógico que la primera pregunta sea: ¿Es tan importante leer?

PP: No hay posibilidades de saber, sin saber leer. Hay gobiernos, entidades y personas que se lanzan a combatir al analfabetismo, sin entender que la ausencia de hábito lector es otro enemigo tan peligroso como aquel. Cada niño que no aprende a disfrutar con la lectura, tarde o temprano se acercará al analfabetismo funcional.

Leer te hace comprender mejor el mundo, desarrolla la imaginación, la creatividad, enriquece el vocabulario y ya sabes que uno piensa en palabras, así que desarrolla el pensamiento, porque mientras más palabras manejes, más y mejor pensarás. Y muchos beneficios más produce el hábito lector.

Creo que la lectura hace individuos más fuertes, más capaces de enfrentarse al mundo, más felices y más libres.

OSVALDO: ¿Pero por qué el humor?

PP: El humor nos permite desacralizar todo lo que se necesite “bajar del pedestal”, desdramatizar la experiencia, defendernos de la mala autoridad, vencer los miedos, darnos fortaleza al ver las incapacidades de los demás y reírnos de nosotros mismos. El humor es una forma de enfrentarse al mundo con un distanciamiento ingenioso, con un estado de ánimo positivo y especial para afrontar y soportar situaciones adversas. Además del placer que provoca, utilizar el humor, es imprescindible para trabajar el lenguaje. Usar el humor es saber mirar algo desde dos o más puntos de vistas. Nos ayuda a ser críticos, lúcidos sin dejar de estar alegres. Desarrollar el sentido del humor en los niños, es desarrollarles la creatividad, la inteligencia, la sensibilidad, el sentido crítico, el sentido común. Es hacerlos crecer espiritualmente. Es hacerlos mejores. Y asegurándonos que lo hagan en un medio alegre, sano, festivo, atractivo y placentero. El sentido del humor, como el sentido estético e incluso el sentido común, se educa a través de juegos de palabras, adivinanzas, disparates, canciones, onomatopeyas, utilizando la fantasía y manejando siempre el lenguaje. En clase, el desarrollar un sano sentido del humor -para mí-, tendría que ser más importante y curricular que la casi totalidad de los objetivos pedagógicos. Y ojo: percibir el humor que nos rodea, expresarse y afrontar contrariedades con humor, aprender ciertas técnicas de creación de humor y divertirse, son objetivos a los que los libros de literatura infantil deben colaborar siempre.

OSVALDO: ¿Pero por qué el humor puede atraer a los niños que no leen?

PP: Como dices, mi escuela, mi motor y mi base para dedicarme al humor, fue mi grupo de humor escénico La Seña del Humor allá en Cuba. En ese trabajo teatral nos dimos cuenta que en nuestro público abundaban los niños, iban familias completas al teatro. Es que utilizábamos un humor blanco, lúdico, y las sátiras y que hacía pensar estaba ahí también, porque habían varias lecturas y satisfacíamos todos todos públicos. Después nos trajo Televisión Nacional de Chile para escribir los últimos 60 capítulos de un programa infantil con la intención de darle más humor. Y de la Tv salté a publicar libros para niños. Y en las visitas a escuelas a promover mis libros, comencé a conocer el mundo escolar, a interesarme en la pedagogía y en qué y cómo podía aportar yo desde el humor.

Así me di cuenta de que la educación básica casi nunca forma niños con hábitos lectores. Lamentablemente, es una realidad. Y en la casa y en el barrio tenemos la fuerte competencia del mundo electrónico, los bombardeos de imágenes de dudoso gusto, o niños entregados al mal ocio, la indiferencia e incluso a las actividades pro delictivas, etcétera. Actividades donde el niño encuentra placer. Por ello -para mí-, hay que hacer mucho esfuerzo para atraerlos a la lectura, pero no luchando contra esas actividades que acabo de mencionar y que les dan placer, sino primero compartiendo con ellas, brindándoles otro placer con las lecturas. Y después desplazándolas de a poco. Pero nunca obligando, presionado, censurando. Claro, no es fácil. Resulta que un niño es un lector muy diferente al adulto. Un adulto muchas veces se lee obras que no le gustan, que encuentra aburridas, pero hace el esfuerzo. El niño no. Y lo peor, los adultos les ofrecen a los niños sin hábito lector, libros que les frustran los deseos de leer. Aunque hay que decir que también les ofrecen buena literatura, pero mal seleccionada para el nulo nivel lector, para su edad, etcétera. Claro, hablo de niños de seis, siete u ocho años hasta trece o catorce, sin hábito lector, que hay que atraer y convencerlos de que leer es trascendental en sus vidas. Pero, ¿cómo competir y salir airosos? Ofreciendo placer. Y el humor es la clave. Mi experiencia y la de otros colegas así lo avalan. Mira, la literatura infantil produce placer estético, el arte es un juego, así que produce placer lúdico y el humor es arte y juego también y produce además, el placer humorístico, la risa, así que se refuerza el placer. Estoy convencido de que es la vía para conquistar niños no lectores. Hay otras maneras, por supuesto, pero la de humor, estoy convencido, es la más efectiva.

OSVALDO: Muy bien, entonces ahora explícanos ¿qué es el método “Gracias por leer”?

PP: Yo lo definiría como un conjunto de actividades de animación lectora a través del humor, dirigida a niños, aplicadas en forma de curso (taller le dicen en algunos países), más charlas de capacitación para profesores y para familiares respectivamente, con la intención de que apoyen el Método, además de las actividades de mediciones y seguimiento. 

OSVALDO: ¿Cuáles son sus objetivos?

PP: Los objetivos son: uno, obviamente, conquistar nuevos lectores a través del humor. Dos, desarrollarles el sentido del humor a los niños participantes. Tres, capacitar a los profesores para mejorar su Calidad de Vida y en aplicar la Pedagogía del humor y por ende a que faciliten a consciencia la Motivación Lectora a través del humor. Y cuatro, capacitar a los familiares y adultos involucrados en la educación de esos niños, para mejorar la convivencia en familia y en sensibilizarlos para que apoyen la motivación lectora de sus niños.

OSVALDO: ¿En qué consiste el método?

PP: Consiste en trabajar con los alumnos de centros educacionales, o niños de barrios marginales, etcétera y desarrollar sesiones de lecturas en voz alta, lecturas silenciosas, comprobaciones de lecturas, juegos, narraciones de cuentos, momentos de reflexión y debate sobre conceptos afines, regalos de libros (ojalá dedicados por el autor para hacer que vean esos libros como un objeto de valor especial). También estimularlos a crear con ejercicios diseñados para tal efecto en la creación literaria, en el dibujo, y hasta en las matemáticas, siempre relacionado todo con el humor, claramente. Esto se desarrollará tanto en las sesiones del curso como en la casa, con la ayuda de sus familiares. Ir desde libros de chistes infantiles, pasando por libros de relatos breves y chistosos, hasta llegar a la literatura humorística más elaborada. También se sensibilizará a los familiares de los niños con el programa. Y si se aplica éste dentro del centro educacional del niño, hay que intentar comprometer en este trabajo a los profesores y bibliotecarios. Se trata de involucrar en esta labor a los seres queridos de los niños y todo su entorno, porque está comprobado que el humor es un elemento fundamental para mejorar las relaciones humanas, la convivencia familiar, los estados de ánimos, la salud psicosomática, el control de las emociones; en fin, la calidad de vida, que prepara el mejor terreno para la motivación lectora a través del placer, del humor.

OSVALDO: ¿Por qué un libro de chistes?

PP:

La tradición oral es parte de la historia de un pueblo. Denominamos literatura de tradición oral a la palabra como vehículo de emociones, motivos, temas en estructuras y formas. Está en nosotros, en la familia y en la escuela la responsabilidad de valorar y recuperar las tradiciones orales. Hay que saber escuchar, premiar con sonrisas, asociar ideas, descubrir significados ocultos, guardar y sacar palabras de los cofres secretos de las mentes infantiles. El humor que caracteriza a este tipo de literatura, sobre todo en sus variantes más recientes, es una forma altamente eficaz de relacionarse con el lenguaje y la realidad. Hay un tipo de literatura oral que circula entre los niños, sin pedirles permiso a los adultos, en sus juegos y en la relación entre ellos. Esa es la que debemos rescatar. Esa y la creación de chistes es fundamental, como ya dije, por el placer que les provoca. Y si a un niño le da placer el drama en forma de aventura, terror o como sea, pues por ahí hay que seducirlo. Pero insisto, lo más universal como forma placentera, es el humor.

OSVALDO: ¿Por qué a los niños les atrae tanto los chistes?

PP: Porque divierten, por supuesto, porque causan placer. Para que surja lo cómico la persona tiene que poder jugar con las cosas y disponerlas de distinta manera. El humor, al igual que el juego, se desarrolla en la imaginación. Para que haya risa tiene que haber un conocimiento mínimo de contexto, de reglas de comportamiento y de lenguaje. Es posible reírse cuando algo se trastoca, se ve desde otro punto de vista. Cuando los niños se ríen de un chiste, es porque están comprendiendo el mundo y lo logran porque el humor les muestra el mundo desde otro ángulo y ríen.

Un chiste encierra una poderosa unidad de sentido, y es por eso que cuando el niño ríe con un chiste, se ríe además por el placer que le produce darse cuenta que está entendiendo, que comprende, que domina algo.

OSVALDO: ¿Cómo se aplica el método?

PP: En etapas. A grandes trancos, trataré de resumirlas:

Etapa 1 de Capacitación y preparación.

Se seleccionarán alrededor de 15 niños. El ideal es que no sean pocos por las dinámicas grupales y no sean muchos para al atención personalizada.

Requisitos: que sepan leer, pero que no tengan hábito lector y que se inscriban de forma voluntaria. Los docentes y bibliotecarios, si es un centro educacional, o encargados sociales si es en un barrio, etc., participarán en una charla para explicarles el Método y sensibilizarlos. También se le impartirá otra charla a los padres y demás familiares de los niños que se inscriban, porque es necesario conseguir su participación activa en las actividades que los niños realizarán en sus casas. 

Etapa 2. Las sesiones.

Se trabajará directamente con los niños en sesiones de una hora treinta minutos cada una (dos horas académicas). El número de sesiones es de veinte, incluyendo la Gala Final con entrega de diplomas, etc.

Se le harán mediciones antes de comenzar el curso, durante y al final.

Se desarrollarán lecturas en voz alta, lecturas silenciosas, comprobaciones de lecturas, juegos, se harán ilustraciones de chistes y cuentos, se regalarán los libros después que hayan trabajado con él en el curso, se lograrán momentos de conversaciones distendidas sobre temas que les interese, se realizarán teatralizaciones de las escenas de los libros, habrán muchas tareas para la casa, y al final de curso se organizará un “Festival Risalectura” donde los niños mostrarán sus avances a cierto público.

Etapa 3 El cierre. Son las mediciones finales y la evaluación.

Comienza aquí el seguimiento. Por supuesto, también se le dejarían por escrito y bien explicadas, un listado de nuevas actividades para que esa persona designada las aplique.

El seguimiento del Método termina cuando se note un sustancial avance en el niño. Como cualquier método o programa, será un éxito si aunque sea un solo niño adquiera el hábito lector. El equipo que aplique el método quedará en estrecho contacto con el responsable del curso, por cualquier duda y también se visitará ocasionalmente esas futuras sesiones de trabajo, amén de mantener siempre la asesoría por teléfono o por correos electrónicos, etcétera.

OSVALDO: Querido Pepe, gracias por tus sentidas explicaciones desde tu maravilloso trabajo en la pedagogía y tu creatividad humorística.

PP: No, gracias a ti por entrevistarme, gracias a los organizadores del Congreso por invitarme a compartir mi método “Gracias por Leer” y gracias a todos los participantes en el Congreso y público en general que verá este video. Y cualquier duda o interés pueden contactarme por aquí, por humorspiens.com

OSVALDO: Créeme que aquí en el Congreso están muy agradecidos y contentos por este encuentro con su sapiencia.