Entrevistas

Espacio dedicado a las preguntas que he respondido a lo largo de mi carrera en el humor, y que han sido publicadas en libros, en la prensa escrita, radial, televisiva o digital.

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Publicada en el diario ABC de Paraguay. Noviembre 2012

Motivar la lectura a través de actividades lúdicas y del humor es lo que pretende Pepe Pelayo, escritor de libros infantiles, quien afirma que, generalmente, se obliga a los niños a leer libros que no les gustan, y la lectura tiene que ser un placer.

 

Pepe Pelayo y su hijo Alex son los Pelayos, autores de libros infantiles ilustrados. Trabajan en conjunto; a veces, Pepe es quien escribe y Alex, el ilustrador o mezclan ambas funciones. En estos días, Pepe vino a nuestro país invitado por una editorial para dar charlas a educadores sobre la pedagogía del humor, un método para incentivar la lectura en los niños de manera lúdica.

 

Aunque nacido en Cuba hace 60 años, Pepe Pelayo hace 21 años que vive en Chile. Ingeniero civil, hizo de todo en su vida, menos ejercer la profesión: radio, periodismo escrito, teatro, televisión; incluso formó un grupo al estilo de Les Luthiers, pero con música cubana, tropical. “Hasta que en el 91 me fueron a buscar a La Habana, de Televisión Nacional de Chile, para escribir los últimos 60 capítulos de un programa infantil para darle más humor. Llegué a Chile, terminé los programas, pero me enamoré y me quedé trabajando primero como guionista y luego como director de humor del área de entretención del canal, pero renuncié un año después”, revela.

 

En esos días, casualmente, se encontraba de visita un amigo suyo, Luis Pesceti, escritor infantil argentino, quien le aconsejó que hiciera humor para niños. Y así fue el inicio literario de Pelayo, cuyo primer libro fue publicado en 2002, en Chile y Argentina. “Luego se fue extendiendo hasta llegar a casi toda Latinoamérica”, sostiene.

 

Acerca de su venida a nuestro país, comenta que lo invitaron para un congreso internacional sobre educación, donde habló sobre la pedagogía del humor y la lectura. “Yo la llevé a la práctica en Chile, y doy charlas y talleres de capacitación a los profesores sobre cómo educar a través del humor”, expone.

 

Hace poco lanzó el libro Gracias por enseñar, en el cual brinda herramientas prácticas, muchos ejercicios y recomendaciones para aplicar la pedagogía del humor tanto como profesor o en la biblioteca. “También hay ejercicios de motivación a la lectura, porque yo no concibo una educación sin lectura; se hace, pero es deficiente”, manifiesta.

 

Los adultos no leen.

 

Pelayo asegura que el mayor problema en Latinoamérica es que los adultos no leen y en especial muchos profesores tampoco. “¿Cómo van a motivar a los niños? Lean ustedes primero, les digo, si no, es imposible”. Pero los educadores se quejan del alto precio de los libros. “Entonces, yo les recomiendo que vayan a las bibliotecas, donde es gratis”.

 

Lo preocupante —prosigue— es que en todos los países hay muchísimos niños y adolescentes que no leen porque les dan libros que no les gustan, y la lectura tiene que ser un placer. “Si te obligan a leer un libro que no te gusta, odiarás leer”, asegura y explica que los profes no comprenden que, si los niños leen literatura infantil, desarrollarán la imaginación, la creatividad, el sentido crítico.

 

Pelayo comentó que hay conversaciones para visitar la feria del libro del año próximo y trabajar sobre la pedagogía del humor con Santillana y los profesores. “Tuve un encuentro con muchos niños en varios colegios y quedé impactado, porque me dijeron que les encantan mis libros y se saben todo sobre la vida de mis personajes”.

 

Antes de despedirse, indicó que le gustaría realizar aquí el mismo trabajo que hace en Chile. “Estoy a dos horas, no me es nada; estoy enamorado de Paraguay”, concluyó.

 

¿Internet influye en el hábito de la lectura?

 

“Internet, la computadora, la televisión, el celular, todos los juegos electrónicos y aparatos que se inventan, el fútbol en la escuela y en la calle le dan placer al niño; entonces no debemos ir en contra, sino con el libro darle placer como todo lo demás”, afirma y asegura que si le toma el gusto, él mismo va a ir desplazando a los demás placeres cuando se engancha. “Si le sacan todo lo que le da placer y le dan un libro aburrido, ya comienza a odiarlo. La lectura es placer, si no, jamás van a leer”, afirma.

 

Por Marisol Palacios. Diario ABC. Paraguay.