Entrevistas

Espacio dedicado a las preguntas que he respondido a lo largo de mi carrera en el humor, y que han sido publicadas en libros, en la prensa escrita, radial, televisiva o digital.

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Publicada en Tell Magazine. Chile. junio 2011

Llegó a Chile hace veinte años contratado por Televisión Nacional para escribir los últimos sesenta capítulos de Pin Pon. Él, que en su Cuba natal estaba dedicado cien por ciento al humor, decidió asumir el desafío de hacer reír a los niños y casi sin querer queriendo comenzó a pavimentar un camino que junta y revuelve la literatura infantil con el humor y que hoy lo posiciona como uno de los escritores con más éxito en el público pre adolescente de nuestro país.

 

Existen múltiples estudios que señalan que un niño que crece familiarizado con los libros –y por ende con el lenguaje- es un adulto con un mayor y mejor manejo de vocabulario, con más desplante y una mejor capacidad de comprensión.

 

Y aunque muchas madres y muchos padres tienen absoluta claridad sobre lo anteriormente dicho, aparece sobre ellos un tremendo signo de interrogación a la hora de enfrentar el tema: ¿cómo motivo a mi hijo para que lea?

 

En un mundo lleno de pantallas hipnotizadoras, lograr que los niños se despeguen de la tele o el play para por lo menos leer un rato, es toda una odisea. Pero papás y mamás, no desesperen. Desde Cuba llegó una especie de súper héroe que seduce por igual a grandes y chicos y que detrás de sus personajes va logrando que la tinta y el papel se vuelvan parte de nuestro universo. Él es Pepe Pelayo, ingeniero y escritor, pero sobre todo, humorista.

 

Si el humor es transversal en tu trabajo ¿Por qué te decidiste por los niños básicamente?

 

Eso es lo más simpático, porque al momento de escribir, yo sólo hago humor, así a secas, pero la mayor parte de las veces, es con una lógica para adultos. Lo que pasa es que cuando empecé a ser editado, me di cuenta que causaban mayor impacto los libros infantiles y decidí que vale la pena enfocar mis esfuerzos en este segmento. De los cuarenta y tantos libros publicados que tengo, hay cinco o seis específicos de adultos. 

Es decir que podría ser literatura humorística en realidad.Exacto. Pero no me importa que me encasillen en la literatura infantil, porque me interesa tanto ver a los niños reír, gozar, que sólo con lograr eso ya vale la pena. Lo cierto es que con todo este éxito y reconocimientos, me doy cuenta que el humor que yo hago es muy infantil, incluso el de adulto, todo es muy inocente.¿Cómo fueron tus inicios?En Cuba yo tenía la Compañía “La Seña del Humor”. Era un humor muy parecido a Les Luthiers y aunque no era nuestro objetivo, los niños nos seguían. Nunca usamos groserías ni nada de doble sentido y creo que por eso sus padres lo permitían. Durante años realicé este tipo de humor en los más diversos formatos, aunque por muchos años me dediqué a la televisión. Hice libretos aquí en Chile para Pin Pón, Cuéntame, Pase lo que Pase… pero esa etapa ya la superé y mientras buscaba una nueva forma de expresarme, descubrí esto tan mágico que son los libros infantiles.

 

¿Cómo fue esto de dejar el glamoroso mundo de la tele?

 

No me interesan los focos ni el glamour. A mí el placer me lo da el sentirme reconocido por mis pequeños lectores, el que me he ganado en tan pocos años. En Chile y en toda Latinoamérica, donde quiera que vaya, los niños conocen mis libros y los tienen en sus casas. Yo recuerdo que cuando era niño, tenía a Julio Verne y todas esas cosas ahí al lado mío y nunca me sentí solito.... Por eso es un orgullo que mis libros estén ahí ahora, en las casas de todos esos niños, acompañándolos y creándoles un mundo de fantasía. Eso es mejor que salir en Pelotón o en farándula, no hay duda ninguna. Esa otra fama es muy efímera, y esto es un reconocimiento que me hace sentir realizado plenamente.

 

¿Pero entonces? ¿Humorista o escritor?

 

No, no. No hay dudas al respecto. Yo soy humorista, no escritor. Entonces llevo el humor a cualquier manifestación artística que se convierten en un canal para mi creatividad humorística. En la literatura infantil se ha dado muy bien, pero a mí me gusta todo.

 

¿Y esto era desde niño?

 

Yo era un payaso, siempre lo fui. Un centro de mesa, un florero. Estudié ingeniería que no tenía nada que ver, porque tenía que darle el título a mi familia, para que se tranquilizara. Después trabajé muy poco como ingeniero, dije “esto no es mi vida, mi vida es el humor, el teatro”. Y decidimos formar nuestra compañía. Éramos doce; todos ingenieros, veterinarios, médicos. 

 

¿Era complicado hacer humor en Cuba?

 

Sí, más de una vez me revisaron. No, en realidad quisieron revisarme, pero mi grupo era tan popular, que no se podía armar un lío porque éramos unos niños consentidos. Además sabían que nosotros no hacíamos humor político, entonces no había peligro.

 

Dentro de tus libros infantiles, más que chistes, hay historias con una moraleja detrás...

 

La gracia que tienen estos libros es que como adultos decimos “¿y dónde están los chistes?”, porque a veces nosotros no los vemos, pero los niños sí se ríen. Los personajes tienen nombres divertidos que ellos reconocen y a la vez, van aprendiendo.

 

¿Cómo van naciendo esos personajes?

 

Depende de la aceptación que tenga, si hice uno y les ha gustado mucho a los niños, voy a seguir desarrollándolo. Cada personaje tiene su propia personalidad.LEER, LEER, LEER

 

¿Qué es “Leer con PP”?

 

En el camino nació este proyecto que busca lograr que los niños lean, utilizando para ello el humor, además de hacerlos crecer como personas.

 

¿Pero significa “Leer con Pepe Pelayo”?

 

Dicen que debe entenderse más como: Leer con pasión y placer.

 

¿Cómo involucras el humor?

 

Porque le quita la tensión a cualquier experiencia, nos permite vencer los miedos, darnos fortaleza al ver las incapacidades de los demás y reírnos de nosotros mismos. El humor es una forma de enfrentarse al mundo con un distanciamiento ingenioso, con un estado de ánimo positivo y especial para afrontar y soportar situaciones adversas. Desarrollar el sentido del humor en los niños, es desarrollarles la creatividad, la inteligencia, la sensibilidad, el sentido crítico, el sentido común. Es hacerlos crecer espiritualmente.

 

¿Y qué beneficios trae la risa?

 

Los estados de ánimos provocados por el humor tienen efectos beneficiosos sobre el organismo. En general, la acción de la risa, en el plano fisiológico, afecta diversos sistemas inmunológico, cardiovascular, muscular, endocrino, nervioso y respiratorio, y hay motivos para suponer que su impacto positivo sobre el organismo humano es total. Los beneficios en cuanto a salud, el combate al estrés, la pedagogía, las relaciones interpersonales, son también focos importantes de atención de este programa. En fin, el desarrollo personal y el enriquecimiento de la calidad de vida logrado a través del humor también es un objetivo de Leer con PP.

 

Y ahora la pregunta del millón ¿Por qué el humor puede atraer a los niños sin hábito lector?

 

La realidad es que el sistema escolar no ayuda mucho y en la casa y en el barrio tenemos la fuerte competencia del mundo electrónico con juegos y televisión donde el niño encuentra placer. Por ello hay que hacer un esfuerzo para atraerlos a la lectura, no luchando contra esas actividades señaladas, sino primero compartiendo con ellas. No obligando, no presionado, no censurando. Claro, no es fácil. Resulta que un niño es un lector muy diferente al adulto. Un adulto muchas veces lee obras que no le gustan, que encuentra pesadas, pero hace el esfuerzo. El niño no. Y lo peor, los adultos les ofrecen a los niños sin hábito lector, libros aburridos que les frustran los deseos de leer. Pero, ¿cómo competir y salir airosos? Ofreciendo placer. Y el humor es la clave. Nuestra experiencia y la de otros colegas así lo avalan.