Pelayaserías - Blog de Pepe Pelayo
Si no lo digo, exploto
He hecho lo imposible por no meterme públicamente en política y casi lo he logrado, pero hay excepciones. Como esta. Es que uno tiene su corazoncito... Así que voy a compartir esta reflexión, para exorcizarme. Será como sacarme ese moquito duro, pegado y doloroso que proliferan en nuestras narices, en climas tan secos como el de Santiago.
Comienzo... Si alguien me dice que los gobiernos de Pinochet, Los Castros, Mussolinni, Ceaucescu, Stalin, Hitler, Somoza, Honecker, Stroessner, Franco, Gustav Husack, Amín Dada, Mao, Duvalier, y un lamentable etcétera, fueron democracias y no fueron dictaduras, ¿qué hago?
¿Le digo que es un problema de percepción como dijo hace poco un político del Partido Demócrata CristianoChileno sobre Cuba?, ¿Tengo que soportarlo y me hago amiguito y hasta colaboro con él, como hacen otros políticos para no perder el poder, el voto?
También es algo extraño y curioso -por decir lo menos-, que el señor Ballesteros, otro joven político del Partido Comunista de Chile diga impúdicamente que Cuba es una democracia y nadie lo contradiga. ¿Hay que ir a la Universidad para saber que es un hecho comprobado todo lo contrario, con mil pruebas irrefutables de que aquello es una dictadura? ¿Alguien puede probar que no lo es? Yo sí no puedo decir que es un problema de percepción. Ni es un problema de percepción que la madre de la Presidenta de Chile diga que la RDA no era dictadura, ni es un problema de percepción que Tellier, el presidente del Partido Comunista Chileno y su acólitos le hayan enviado felicitaciones al Partido Comunista de Corea del Norte en su cumpleaños y en estos días inviten a un personero de allá, cuando es una dictadura peor que la de Fidel, que es mucho decir. Y no es problema de percepción que Camila Vallejos grite a los cuatro vientos que desea ver instalado el régimen cubano en Chile.
Pero alguien dirá: es su opinión y hay que respetarla. Y yo respondo: claro que hay que respetarla. Hasta esas barbaridades hay que respetar, porque soy demócrata, liberal, creo en los derechos humanos, en la libertad de expresión, etc., etc.
Yo sería incapaz de lanzarle un vaso de agua a una ministra, o de lanzarle un salivazo a un presidente, etc., etc., algo que está floreciendo en nuestra sociedad, lamentablemente. Estoy contra la violencia de todo tipo.
¿Pero qué hacer ante esas declaraciones que agreden la inteligencia y la dignidad humana? Porque eso es lo que logran hacer con esas declaraciones. Pues no se me ocurre nada. Excepto agarrar una rabieta y descargarla en el teclado como ahora. Porque salirles al paso; es decir, responderles a esas personas es por gusto, porque detrás de esas opiniones supongo que hay algo más fuerte, algo oscuro escondido que nadie quiere ver. Las frases como la de "la retroescavadora" no es casual. Da miedo. Y yo si no soy asalariado de la CIA, ni armo supuestas campañas de terror porque me siento un liberal de izquierda y para mí la extrema derecha y el pinochetismo es igual de dañino. Y tampoco soy un inocente, ni un ignorante. Creo yo.
Además, con esos personeros no hay diálogo. Son personas antidemocráticas. Y no se dejen engañar, si esa gente puede llegar al poder, solos, sin coalición, lo primero que harían será prohibir los otros partidos políticos, suspender elecciones libres, disolver el parlamento, restringir al mínimo la libertad de expresión, etc., etc. Eso harían las Camila Vallejos, los Ballesteros, los Tellier, etc., porque repito, no son demócratas. Es lo que han hecho los comunistas siempre. Llegando al poder aplicarán los métodos conocidos enseñados por Fidel, Mao, Stalin, etc.
Lo anterior es un hecho, insisto, no es una interpretación. Es lo que ha sucedido en la Historia del s. XX. Y ojo, no digo que en Chile hay una democracia perfecta, ni digo que estoy de acuerdo con muchas acciones realizadas por los gobiernos de E. U., así como también afirmo que hay una enorme brecha entre ricos y pobres, la cual hay que combatir, que hay injusticias, que hay corrupción, que fue doloroso ver personeros de Pinochet como ministros y con altos cargos en el gobierno de Piñera, que aún no hay justicia y reparación y otros lamentables etcéteras.
Pero hablemos de esos feos temas, hablemos de luchar contra todo eso para mejorar. Sin embargo, no se quiere hablar, no se quiere dialogar. Se quiere imponer las cosas. Algo anda mal en Chile.
¿Qué hacer entonces en la práctica? No sé. Solo se me ocurre esperar cómo se enloda la democracia con esas personas tomando cada vez más poder, con la esperanza de que el pueblo en las urnas los castiguen la próxima vez. Y castiguen también a esos políticos y políticas de otros partidos que para ganar más poder, los acogen, a pesar de ser tan antidemocráticos. ¿Es una solución esperar? Tampoco sé. Quizás las masas sigan embobecidas con los cantos de sirena y voten aún más por ellos.
No obstante, mi espíritu optimista y positivista se va a imponer a esta lúgubre reflexión y me dará de nuevo ánimo para soportar lo que se viene para Chile si esto sigue así.
Es que ya que no deseo de nuevo hacer patria en otro lado.
Mi opinión: Sale perdiendo otra vez el humor
Me entero de que le pifiaron a un humorista durante su actuación en el último Festival de Viña del Mar, a tal punto que no lo dejaron actuar, creo.
No es la primera vez que lo comento. Pero me enojo tanto con estas cosas que de nuevo me dan ganas de “descargar” y mis lectores deben soportarme.
Lo primero para aclarar: no sé ni el nombre del humorista, porque no veo el Festival (ni siquiera veo televisión abierta, ni sigo esas noticias faranduleras, entre otras cosas porque no tengo tiempo).
Ahora entro a mi opinión con un ejemplo.
Uno ve a la entrada de un restaurante una lista del menú ejecutivo del día, donde hay aperitivo, plato de fondo, postre, gaseosa o jugo y café, y decide entrar. Entonces pide el menú y le traen el aperitivo y después el palto de fondo, y cuando ve el postre se pone a protestar, gritando, chiflando, etc. Lo hace porque quiere más del plato anterior, o porque ese postre no es nacional, o porque no le gusta el alimento que lo compone, o por lo que sea. ¿Tiene razón de protestar? ¿Es justo? Evidentemente, no. Él aceptó el menú al entrar, sabía qué tipo de alimentos le servirían. ¿¡Cómo puede pensar que tiene derecho a esa pataleta?! (Excepto que la comida esté en malas condiciones o algo así).
Pues algo parecido sucede en el Festival de Viña. El público entra y paga sabiendo con varios días de antelación cuál será el programa (el menú) que verá en escena. Sin embargo, de repente se enfurece, porque quería más del artista anterior, o porque escuchó en la presentación que el humorista es de argentina o de otro país y le salió el nacionalismo barato, o porque la rutina que presentó el artista no le gustó, porque le hace reír más los chistes picantes, etc. Y arma un escándalo vergonzoso que obliga a que retiren al pobre humorista.
Fíjense que no estamos evaluando aquí si el humorista es bueno o malo, porque nos meteríamos en otro rollo, ya que sabemos que humoristas buenísimos y malísimos han triunfado en ese escenario, así que la calidad del mismo no influye en la perreta mal educada de los espectadores.
Y a propósito de mal educada. El circo romano sediento de sangre que se arma en la Quinta Vergara y que los periodistas mediocres bautizaron una vez como “monstruo”, para vender más, está compuesto por gente ignorante, mal educada, simplona, de mala calaña, pero también de gente que estudió, que tiene educación profesional, que supuestamente es decente y educada. Pues casi todo ellos, al entrar allí, se convierten también en masa chusma y demuestran una cara muy fea del ser humano. Como si entrar a ese lugar te llevara al primitivismo.
Pero a los organizadores del Municipio, a los canales auspiciadores, a muchos periodistas de espectáculos y a mucha gente que consume esas noticias les agrada ver y comentar cómo aplastaron e hicieron talco al artista. Dicen que hasta en ocasiones buscan a un humorista que creen que saldrá “comido” por el “monstruo”, y simplemente lo programan detrás de un artista que saben que el público no va a querer que termine de cantar.
A mí me da vergüenza que suceda eso.
Y, repito, no estoy defendiendo al humorista, que quizás es bueno, pero quizás es pésimo; quizás es bueno y falló al escoger su rutina para ese escenario, pero quizás es malo, pero acertó con chistes subidos de tono, abiertamente groseros y vulgares como muchas veces ha demostrado que le gusta reír ese “monstruo” asqueroso.
¿Por qué escribo esto con tanta indignación? Porque el más perjudicado una vez más es el humor, da lo mismo si es porque el humorista triunfó con chiste del mal gusto, o el humorista no pudo presentarse por la mala educación de ese público. De igual manera sale perdiendo el humor. Y yo como humorista (humorista no es sólo el que cuenta chistes, sino es el que hace humor en cualquier manifestación artística o en cualquier campo del quehacer humano), una vez más tendré que enfrentarme ahora en mi carrera, a personas que al ver esto piensan que el humor es un género menor, de segunda y que no es importante. Porque lo increíble es que esas personas que piensan así, llegan a los cargos que deciden cosas importantes.
Y una vez más tendré que luchar por las banderas del humor y la risa, porque es todo lo contrario: el humor es demasiado importante.
Pero aunque ya esté acostumbrado a esa batalla, siempre jode, ¿no?
No. 216
El arte de robar el interior de un auto de alquiler,
dejando solo la carrocería intacta, se llama:
taxidermia.
Homenaje póstumo: Roberto Gómez Bolaños de México
El humorista escénico y audiovisual mexicano Roberto Gómez Bolaños, reconocido internacionalmente como “El Chavo del 8”, “El Chapulín colorado”, “El Chómpiras” y “Chespirito”, acaba de fallecer a los a los 85 años de edad.
Se le considera como uno de los grandes maestros del humor Latinoamericano. Y ha dejado profunda huella en los pueblos de este Continente.
Escribía, dirigía y actuaba en televisión, pero también hizo cine, radio y se desempeñó como productor, dramaturgo y compositor.
Para muchos colegas, el humor de Bolaños era algo facilista, simplista. Y se basan en lo grotesco de, por ejemplo, adultos caracterizando niños, pero sobre todo señalan el humor astracán y naif que utilizaba, abusando de las
caídas, tortazos, golpes, etc., además de equívocos, demasiado evidentes y poco elaborados.
Sin embargo, nos dimos el tiempo de estudiar su obra y al analizar sus guiones nos impresionó la cantidad de juegos de palabras que usaba y lo ingenioso y gracioso de muchos de ellos, en medio de su humor infantil, blanco, lúdico.
Sí, era ídolo de las masas (ver las imágenes de sus giras por Latinoamérica para demostrar que era más popular que cualquier cantante de su época). Gustaba tanto que hasta fue doblado al chino.
Por todo ello su trayectoria es demasiado valiosa y opaca sin dudas toda crítica especializada adversa.
Humor Sapiens le rinde homenaje al humorista que llevó la alegría a tantos hogares del mundo.
Nuestros deseos de que donde quiera que esté Bolaños, en la vecindad que sea, continúe haciendo reír “sin querer queriendo”.
Yo soy amable y Hernán Cortés
Respondo aquí, públicamente, lo que alguien me preguntó en un correo electrónico que recibí esta semana.
Esa persona quiere saber por qué no hago un programa de televisión y/o radio para niños y motivarlos así a leer a través del humor como hago “en vivo”. Hasta ahí la pregunta me pareció lógica y les confieso que no me desagrada la idea, pero lo veo muy difícil de concretar, ya que hasta ahora lo que me han propuesto es demasiado “comercial” para mi gusto y si no me dan garantías de que yo decida artísticamente, no acepto nada. A esta edad y con el abundante y lindo trabajo que tengo sólo hago cosas para disfrutar, no para amargarme la vida, ¿no es cierto?
Pero la siguiente sugerencia que me escribió en su correo sí la encontré “extraña”, por decirlo de alguna manera. Dicha persona me dice que yo debía estar en el mundo de la farándula, para darle más nivel al producto televisivo.
Le respondo que no sé qué significa “dar nivel” en ese campo, pero sí sé qué significa estar “metido” en la farándula y eso jamás me lo permitiré.
Y respaldo mi respuesta con algo que siempre es odioso, según dicen, pero necesario: las comparaciones. La diferencia entre mi vida y la de los “ricos y famosos” es abismal. Miren bien estos pocos ejemplos y comparen entre ellos y yo:
-Cuando trabajaba como ingeniero, yo visitaba edificios … y Julio Iglesias.
-Después, para ganar dólares en Cuba me hice artesano haciendo escudos… Y Antonio Banderas.
-Mi profesión ha sido una batalla… y la de Juan Luis Guerra
-Mi auto es un Nissan… y el de Harrinson Ford.
-Mientras yo descanso solo horas… Cameron Díaz.
-Yo vivo de mis derechos de autor… y Oscar de la Renta.
-En fin, yo soy pobrie… y Lionel Richie.
Conclusión, nunca podré pertenecer a la farándula.
Los que no están de acuerdo conmigo envíenle este mensaje a diez amigos en menos de 1 horas, para que les llegue de sorpresa abundante dinero.
Muchas gracias.
Pedagogía del humor (12). Educar pasándola bien
¿Pedagogía y humor? Sí. ¿Por qué? Porque el ser humano nace con cierta predisposición hacia la diversión, la alegría de vivir, el juego, la curiosidad, la exploración y la flexibilidad y con ese espíritu transcurre nuestra infancia. Sin embargo, nuestros centros educacionales se empeñan cada vez más en acabar con todo eso. Si logramos impartir clases amenas, si resolvemos los conflictos con ingenio, gracia, si logramos un grupo cohesionado y orgulloso de pertenecer a él, si hacemos que los niños sean más creativos, más imaginativos, y todo con el tono lúdico y risueño que caracteriza la infancia, entonces podemos lograrlo. Esa es la base de la Pedagogía del humor.
En clase, se ha comprobado que el humor anula los sentimientos de vulnerabilidad, los miedos, el estrés, que son los que bloquean la memorización y el aprendizaje.
Las investigaciones y estadísticas demuestran que la mayoría de los niños y adolescentes con problemas de inadaptabilidad social, inestabilidad emocional, rebeldía, apatía, arrogancia, egocentrismo, se deben a una infancia llena de privaciones y anhelan el juego, la diversión, la risa y el amor. Y si se les enseñara a reír de sí mismos, verían entonces la realidad de un modo menos egoísta y dramático, así como también el humor ayudaría a reavivar su viveza mental, tan inhibida o confusa debido a esa infancia.
Por desgracia, muchos centros educacionales tratan de inculcarles a sus niños respeto a la autoridad y al orden establecido a través de un modo excesivamente rígido y serio. Pero los niños prefieren amar el orden establecido antes que respetarlo. Prefieren compañeros de juego y risa antes que padres sustitutos o entidades paternales.
Por eso, los educadores deben tener sentido del humor y alejarse de la hiperseriedad. Lamentablemente, en la actualidad la mayoría de los centros educacionales preparan a los niños y adolescentes para que tengan confianza en sí mismos, pero enseñándoles a ser hiperserios, competitivos y agresivos. Enfatizan el valor del individuo y su culto a la autoimportancia.
Por otro lado, muchos estudiantes se encuentran en una situación crítica al ver su incapacidad para afrontar los primeros fracasos o presiones emocionales. Es que están siendo educados en un ambiente de hiperseriedad en que los problemas son dramatizados, donde el fracaso adquiere proporciones catastróficas. Mediante el sentido del humor uno acepta el fracaso con sano espíritu deportivo.
En la vida existen las recompensas extrínsecas y las intrínsecas. Las extrínsecas son el dinero, la fama, el estatus social. Las recompensas intrínsecas incluyen la satisfacción, el alivio, la celebración. Pues la sana diversión proporciona su propia recompensa intrínseca. Por tanto, cuando al fin consigamos hacer un aprendizaje realmente divertido, nos aseguramos de que por primera vez en la Historia, el niño se levantará feliz de asistir a clases.
Desarrollar el sentido del humor es tan importante y curricular como la casi totalidad de los objetivos pedagógicos.
Pedagogía del humor (11). ¿Cómo deben desarrollar su sentido del humor los profesores?
¿Cómo hacer para desarrollar el sentido del humor? Fácil, haga ejericicios para estimularlo y desarrollarlo. Como toda disciplina, lleva esfuerzo, constancia y dedicación, pero como es placentero todo, no se dará cuenta de ese esfuerzo.
Pero ante los ejericicios, unos consejos:
Adopte una actitud de alegría. Eso no significa que deba comportarse como un tonto o un loco. Mantenga su mente abierta y tenga pensamientos sin censura, traviesos, hilarantes.
Vea el lado humorístico de cada situación y ría. Pero ría se de lo que hacen los otros, no de lo que son.
Por otro lado, ríase de usted mismo, sin despreciarse y aceptando sus fallas. Claro, sin dejar de ser serio y responsable con usted y con los demás, pero sin exagerar, ¿de acuerdo? Y no se olvide de esto: al no tomar las cosas con tanta gravedad echará por la borda las tensiones.
Haga reír a los demás. Experimentará un placer especial. Gozo que solo brinda un sentido del humor agudo y generoso.
El humor es más que risa. Es más gratificante que el mero entretenimiento.
Pero, ¡ojo!, tener un buen sentido del humor implica desarrollar un mecanismo mediante el cual se obtenga una perspectiva emocional o mental, consciente o inconsciente, que permita un escape temporario.
Y ahora sí, aquí van los ejericicios. Por supuesto, los ejercicios creativos y lúdicos que compartiremos ahora, sirven para desarrollar “los músculos” del sentido del humor, pero también para estimular la imaginación y la expresión verbal y corporal, así como para desinhibir. Después de hacerlos verá cómo mejora también su estado de ánimo: se forma un estupendo círculo virtuoso.
1) Reúna a varios familiares o amigos y trate de hacerlos reír. Pueden incluso escoger un tema y usted tendrá que improvisar chistes, muecas, gestos, observaciones, comentarios, etcétera. Cualquier recurso gestual o verbal será válido, excepto tocar al otro. Ideal cambiar de roles.
2) Sitúese ante sus familiares, amigos o compañeros de trabajo e interprete una canción por medio de gestos, en concordancia con la letra. Debe escogerse una canción cuya letra sea muy gráfica. La persona debe interpretar, si es posible, cada palabra, o cada idea. No debe cesar de hacer gestos. Las partes neutras, o que no sepa graficar, puede pasarlas imitando los gestos del lenguaje de los sordomudos. Este ejercicio admite variantes: a) Todos escuchan la canción. b) Sólo la escucha, con audífonos, el que la interpreta (puede prescindir de los audífonos si se la sabe de memoria). También es conveniente comenzar con canciones lentas, e ir tomando después canciones más rápidas, que obligan a una mayor agilidad en la improvisación y la expresión.
3) Un amigo o familiar prepara una situación que resulte incómoda para usted. Cuando le plantee la situación, usted deberá encontrar una salida más o menos ingeniosa, ocurrente, imaginativa. Si es posible humorística. De ningún modo puede evadirse, ni emplear violencia física o verbal. Tiene que actuar, pero sólo con el ingenio. Por ejemplo: él se acerca a usted junto a un supuesto policía y lo acusa de algo bastante truculento. ¿Cómo se defendería usted? Invente, improvise y termina el ejercicio cuando convenza al otro o lo haga reír.
4) Invente dos elementos o conceptos, uno de carácter concreto, y el otro abstracto. Por ejemplo: “Foca celosa”. Usted tendrá que interpretarle a uno o varios familiares o amigos la idea, empleando sólo su cuerpo, sus gestos y movimientos. No podrá hablar ni emitir sonido alguno. Sus observadores, para adivinar, podrán hacer preguntas para orientarse, pero cerradas, de modo que usted sólo podrá responder negando o afirmando con la cabeza. Representar el elemento concreto —la foca— es más fácil, pero el abstracto —los celos— es más difícil, por supuesto. Este ejercicios o lo hace usted varias veces seguidas con diferentes conceptos, o arma un juego con los presentes, dividiéndose en bandos y dándose puntajes.
5) Este ejercicio se llama “Frankestein”. Usted sabe que ese monstruo fue creado a retazos, y las costuras se le ven. Del mismo modo, entre sus familiares o amigos se puede armar un “Frankestein” —una breve telenovela, o cuento— a partir de una propuesta o capítulo inicial que usted prepara o improvisa. Entonces lo cuenta, y los demás, por turno, aportan su capítulo correspondiente, cada uno siguiendo al anterior. Cuando le llegue a usted inventa el capítulo final, o si son pocos los participantes, se hacen más rondas.
6) Consiga de alguien una o varias preguntas disparatas, absurdas y usted, por escrito, debe responderla de la manera más graciosa posible. Por ejemplo, un amigo le dice o le envía por escrito la siguiente pregunta: “Entra a un baño público. De pronto ve un ángel orinando a su lado; y le dice que hay un problema en el cielo: se está discutiendo sobre si enviar o no otro diluvio a la Tierra, y aún no se logra decidir nada. ¿Qué le dirías al ángel, antes que acaben de orinar, para contribuir a una decisión?”. Vaya probando su respuesta entre sus familiares y amigos, lo que posibilita que usted la siga enriqueciendo hasta quedar satisfecho.
7) Usted buscará fotografías sugerentes (de amigos, familiares, en revistas, en la prensa, en Internet) y concebirá un pie de foto o globo humorístico que le cuadre a cada una. Después se lo muestra a sus allegados o compañeros de trabajo, teniendo así también la posibilidad de enriquecer su creación.
8) Seleccione un chiste que le haya dado mucha gracia, que sepa que usted lo puede contar sin esfuerzo y apréndaselo bien. Piense cómo lo contaría; es decir, cómo mover las manos en cada frase o palabra importante, qué expresión poner donde haga falta, dónde y de qué dimensión serán los silencios necesarios para ayudar al efecto chistoso, si lo hará con una sola voz o con varias por ser varios los personajes del chiste, o resolverá eso ubicando en el espacio a su alrededor a los personajes y dirigiéndose a ellos, si al interpretar a un personaje hace falta mostrar un gesto característico, una inflexión de voz, etc. Y cuando lo tenga ya totalmente montado busca el público adecuado (uno que no se vaya nunca a ofender o disgustar con su chiste y ¡cuéntelo! Si no se rieron, o lo hicieron poco, o le criticaron algo, o usted se dio cuenta que podía mejorarlo, entonces no lo cuente más y de nuevo estudie su montaje. Cuando esté satisfecho de cómo lo cuenta y ya vea que es eficaz, monte otro y así sucesivamente hasta tener un repertorio. No es para convertirse en humorista profesional, es solo para que sienta el placerde hacer reír a los demás y para ejercitar su poder de comunicador, porque esa misma experiencia le servirá para, ante cualquier auditorio, contar anécdotas, leer en voz alta, dar opiniones y comentarios simpáticos y muchas más cosas.
9) Escoge a un familiar, amigo o colega que quiera ser cómplice en esto. De repente se acerca a él, lo observa como reconociéndolo de otra época, y de pronto le dice “¡Amigo(a)!”, y lo abraza efusivo, diciéndole: “¡Oye, cuánto tiempo!”. Luego lo mira y le dice: “¿Te acuerdas de la fiesta de Fulanito(a)?”, y comienza a reírse como si el recuerdo fuera muy cómico. Se mantiene tocando y abrazando al otro y riéndose sin poder contenerse hasta que el otro esté riéndose también. Conversen un poco inventando recuerdos y se despiden.
10) En complicidad con un familiar, amigo o colega, invente un diálogo telefónico. Por ejemplo, usted lo llama y le dice: “Bueno, cuéntame, ¿viste lo de allá?” Él le puede responder: “No, yo vi lo de acá. ¿Tú también?” y usted contesta: “No, yo no, ¡pero qué risa me dio! Y se ríe. La conversación puede durar lo que usted quiera.
Conclusión: si practica estos ejercicios, más los ejecicios para reír más y mejor y asimila las recomendaciones para estar de forma permanente con buen estado de ánimo (ambos aparecen en esta misma página), está sin dudas absolutamente capacitado para aplicar la Pedagogía del humor y lo que es más importante: para ser una persona más feliz, disfrutando de una gran calidad de vida.
Pedagogía del humor (10). Los profesores necesitan reír, ¿pero cómo hacer?
Muchos profesores dudan de si pueden aplicar la Pedagogía del humor, porque dicen que ríen poco o no están acostumbrados a hacerlo.
Pero todo tiene remedio, más para algo tan importante. Existen ejericios para reír más y mejor. Algo que los profesores deben entender por su enorme importancia y por ende deberían hacer un hábito de su práctica, porque es evidente que mejora su imagen y a la vez mejora su visión de la vida, su estado de ánimo y por consiguiente su calidad de vida. Y sólo por el simple hecho de reír, algo con lo que uno nace, algo que no lleva trabajo, esfuerzo y es gratis, ¿no?
Estos ejericicios son muy necesarios para los que nunca ríen; para los que ríen de forma tímida; para los que desde chico los deformaron, enseñándoles que “la risa abunda en boca de tontos” y para los que desean mostrar una risa más sincera, espontánea, cálida, cristalina.
Pero recuerde que no basta con tener deseos o con hacer los ejercicios de vez en cuando. Nada funciona si uno no tiene la fuerza de voluntad o la entrega necesaria. Lo mismo sucede con ir al gimnasio o practicar de yoga, por mencionar un par de actividades donde también puede suceder.
A partir de aquí, anote y practique…
1) Póngase en cuclillas y abrácese sus rodillas, mientras chilla entre quejas y lamentos, fingiendo pesar o dolor. Entonces, estírese progresivamente al máximo, hasta formar un aspa con los brazos y las piernas, añadiendo una enorme carcajada cuando esté completamente estirado. Puede hacer diferentes grados de expresión corporal. La risa será de gran expresividad, de logro total, por eso el gesto escandaloso y festivo. Así, alterne los encogimientos y estiramientos, con expresiones intensas de alaridos y carcajadas. Diez minutos en cada tanda.
2) Eleve las cejas, estire las comisuras de los labios sin abrir la boca (como una mueca de risa en la que la línea de la boca se extiende lo más posible), levante los hombros y entorne ligeramente los ojos. Tras permanecer en esa posición durante un minuto, recupere la posición inicial y permanezca así durante un minuto, transcurrido el cual hay que repetir la mueca. Realice estas alternancias mueca-no mueca durante diez minutos.
3) Imite el rugido de una fiera, todo lo exageradamente que pueda, como si quisiera asustar a alguien. Vaya tanteando con diversas formas de respiración y posición de la garganta. Practique durante cinco minutos. Con la misma intensidad, haga ahora lo mismo, pero emitiendo las sílabas “ja”, primero, después “je”, “ji”, etc.. Terminando con una risa de varias “ja” o “je” repetidas veces.
4) Reúna a varios familiares o amigos (mientras más, mejor), póngase frente a ellos y comience a reír a carcajadas, como si hubiera escuchado el chistemás cómico del mundo. Pero no pare nunca hasta ver cómo los presenten comenzarán a reír tanto como usted y nadie entendiendo por qué. A esa altura no es necesario preguntárselo. Ya verá.
5) Cada mañana, al levantarte, siéntese cómodamente con la espalda recta, pero sin rigidez (para poder respirar bien, no presionar el diafragma y modular y proyectar bien su voz), y dedicarse a reír sin ningún motivo especial durante un par de minutos.
6) Consiga a un familiar o amigo, póngase frente a esa persona y sonríale sin sonido. Después exíjale que comente lo que vio y le diga si su sonrisa es falsa o sincera, hipócrita, infantil, etcétera. Si son varios los presentes, que los comentarios se los hagan en su oído para que repita la sonrisa frente a los demás y obtenga otros comentarios. Después analice sin son diferentes y piense por qué; pregúntese qué debe mejorar, o por qué para tal persona es distinta su sonrisa, etcétera. Acto seguido, haga todo de nuevo, pero ahora riendo fuerte o inmoderadamente. Así conseguirá un buen material de estudio.
7) Al menos una vez al día, póngase frente a un espejo y cambie la expresión de su rostro. Haga muecas. Sonría. Otra variante es pararse frente a a un niño y usted es el espejo. Imite entonces todas las muecas y sonrisas del niño.
8) Usted, sumergido en las labores diarias de la casa, con los miembros de la familia también haciendo sus cosas, de repente suelte una estruendosa carcajada, aparentemente sin sentido, durante quince segundos y también de súbito cambie a la normalidad de lo que hacía. Ojalá involucrar a los familiares y logre que cuando escuchen la carcajada todos lo imiten.
9) Quizás en algún momento usted estará bajo estrés, con amargura, o con cualquiera emoción negativa que le inhiba reír o sonreír. El ejercicio es el siguiente: párese firme, con las piernas algo separadas para buscar mejor apoyo; relaje los hombros (encójase de hombros y suelte los brazos varias veces); relaje los músculos de la cara; ponga una sonrisa en su boca (aunque la note muy falsa); cierre los ojos, recuerde alguna situación simpática, graciosa o cómica donde usted haya estado presente. Así, comience a respirar tomando aire profundamente y soltándolo de manera entrecortada. Enseguida cambie y al soltar el aire, hágalo emitiendo la sílaba “ja”, cada vez que expulse. Después cambie y haga lo mismo, pero con “je”, con “ji”, etcétera. Verá cómo comenzará a sentir un nuevo estado de ánimo y la risa ya no la sentirá falsa, al contrario. La razón de ser del ejercicio, es el estudio de las emociones que realizó la psicofisióloga chilena Susana Bloch, que vio que la única forma de “medir” las emociones era a través de la respiración que caracteriza a cada una de ellas. Lo opuesto a reír es llorar y uno en esa situación toma el aire entrecortadamente y lo expulsa de una vez, al revés de la risa, como se señaló en el ejercicio. Por tanto, el proceso que buscamos es el contrario; es decir, lo normal es sentirse triste y logramos respirar como tal; con el ejercicio nos ponemos a respirar como si estuviéramos alegres y logramos estarlo.
10) Si asiste a una terapia de risa, o busca en internet, encontrará otros ejercicios, sobre todo para realizarlos en grupos.
Y comience a mostrarles esa frecuente y natural risa a sus alumnos. Ellos enseguida se darán cuenta de que tienen en su usted a un líder confiable, agradable, seguro, humano. No se arrepentirá.
Teatrocidades No. 4
EL ENGAÑADO
(TEATRO PARA LEER)
PRIMER ACTO
Se oscurece la sala y se abre el telón. Se escuchan las notas de una marcha militar (pero separadas, una a una cada tres segundos. El público, que se la sabe, intenta cantarla pero no puede. Se encienden las luces del escenario. Escenografía de estilo realista. Tres paredes de bloques de hormigón y un techo de planchas de fibrocemento hacen las veces de Jefatura en campaña. Dentro, una larga mesa de cedro. Alrededor de ésta, los actores aparecen sentados en sendas sillas de estilo vienés, representando a Sotolongo, Coronel del Ejército cubano, a Musuto, sub-teniente angolano y demás oficiales y sub-oficiales de la Compañía de Zapadores.
Son actores de raza blanca y negra, ya sean cubanos o angolanos indistintamente. Los blancos pintados con corcho quemado por orden del Alto Mando del ejército cubano en La Habana, con el objetivo de ganarse a los africanos. Vestuario: uniformes militares también de color negro. Es de noche sin estrellas, solo la de las que exhiben los militares por sus rangos. Tampoco hay luna. Se va música. Todos los textos se dicen en dialecto karabalí. Sotolongo al hablar, arrastra la “s”. Musuto , al hablar, arrastra la “k” y los espectadores arrastran una condena.
Sotolongo: (CON FIRMEZA)... Entoncesss, mañana avanzaremosss unosss treinta kilómetrosss, arrastrándonosss a travésss de losss riscosss de la cosssta. (ORGULLOSO) ¡Mañana el mundo entero sssabrá del éxito de losss mejoresss zapadoresss de todosss losss tiemposss formadosss por nuessstro Comandante en jefe!
Musuto: Yo tengo una duda grande, en cuanto a ese avance, Coronel. Me parece absurdo que tengamos que arrastrarnos así, varios kkkilómetros, en esas condiciones y usando el uniforme de ceremonias que recién se les entregó a las tropas.
Sotolongo: No me importa. ¡Mejor! Así nosss mezclaremosss con el pueblo que vissste andrajosssamente, y no nosss dessscubrirán.
Musuto: Lo siento, mi Coronel, pero usted no puede sacrificar la elegancia y gallardía del ejército cubano, ni por una cuestión de seguridad Nacional.
Sotolongo: (PENSATIVO) Hum... esss verdad, tiene usssted razón... (ENERGICO) Atiendan todosss: cambio de planesss. Usssaremosss la variante "Aguila". Mañana avanzaremosss losss treinta kilómetrosss en auto-ssstop... (MALEVOLO) Je, je, losss de la UNITA, pagadosss por la CIA, no esssperarán esssa maniobra...
Musuto: Yo tengo una duda grande, en cuanto a este avance. Me parece absurdo que tengamos que trasladarnos así, en esas condiciones, sin una seguridad, una prueba fehaciente de nuestra contrainteligencia, que nos permita salir airosos en nuestros objetivos.
Sotolongo: ¡Pero sssi tenemosss esssa prueba! Hoy misssmo recibí un fax directamente de la Oficina del Comandante en Jefe, dónde ssse me comunica que, sssegún el Departamento de Inteligencia Militar del Essstado Mayor, podemosss avanzar confiadosss hacia la victoria final. ¡Y lo firma nada menosss que el invicto y genial Comandante en Jefe!
Musuto: Perdone, pero entonces ¿por qué sale hoy publicado en la primera página de todos los diarios de África que las tropas de nuestro enemigo Savimbi están entrando triunfantes en nuestra capital?
Sotolongo: (CONSTERNADO) ¡Oh, no!... (CONSTIPADO) ¡Achisss!... ¡No le puedo creer! ¡No!... ¡Por dios!
El director de la obra: (EN OFF) ¡Arrastra la "s"!
Sotolongo: (OBEDECIENDO ¡Por diosssssss!
El director de la obra: (EN OFF) ¡Son tres "s" nada más! ¡Por diosss!
Sotolongo: (AL DIRECTOR EN SUSURRO) ¡No me fastidies más que me desconcentras! (EN VOZ ALTA) ¡Me han engañado!... (SE CONGELA LA ESCENA Y LOS ACTORES COMIENZAN A TIRITAR).
Los actores saludan al público. El actor que hace de Sotolongo hace mutis por derecha, hacia el fondo del Teatro. Cruza por frente a los camerinos, atraviesa el pasillo de las oficinas, saluda al sereno, abre la puerta de servicio del Teatro y sale al exterior. Pero, en vez de la calle, se encuentra en una ciénaga. Al centro del gran lodazal, se eleva una plataforma iluminada por miles de fuegos fatuos, donde tocan son unos jóvenes que se hacen llamar Buenavista Social Club... Entonces, se escucha en los alrededores del Teatro, el desesperante grito de Sotolongo: ¡¡ME HAN ENGAÑADO!!...
SEGUNDO ACTO
Se encienden las luces del escenario. Entra música militar pero casi imperceptible. Escenografía: Baños del campamento. Un insoportable mal olor invade el escenario, la platea, el vestíbulo y la acera del Teatro. Los vecinos que viven en la cuadra protestan. El dueño de la cafetería de al lado del Teatro demanda judicialmente al administrador del mismo. Sotolongo dice algo, pero el público no lo oye bien. Tiene que desplazarse cuatro metros, hasta donde está un micrófono colgado para hablar.
Sotolongo: ¡Sssé que estásss ahí, mi querido Josssé Ramón!
José Ramón: (DESDE DENTRO DEL BAÑO) ¿Y por qué lo supiste?
Sotolongo: Tu olor esss inconfundible. Pero, ¿por qué me huyesss? ¡Hace diez minutosss que te busssco por todosss losss rinconesss del campamento! ¿Qué te he hecho ahora, hijo mío?
José Ramón: ¡Espérate Sotolongo! (SE OYEN SONIDOS DE PAPELES RASGADOS Y ESTRUJADOS. AL RATO APARECE UN ACTOR NEGRO, TAMBIÉN EN UNIFORME NEGRO)... ¡Dime, Sotolongo!
Sotolongo: (SUFRIDO) Ahora, cuando másss te necesssito, ¡te pierdesss!
José Ramón: No digas eso. Lo que pasa es que como ya estamos a punto de perder la guerra, no hace falta que esté todo el tiempo contigo.
Sotolongo: ¿Ah, sssí? ¿Entoncesss somosss familia sssólo en losss buenosss momentosss?
José Ramón: Mira, Sotolongo, tengo que hablar contigo. Debo hacerte una importante confesión.
Sotolongo: (PREOCUPADO) ¿De qué ssse trata?
José Ramón: ¡Yo no soy José Ramón!
Sotolongo: (SORPRENDIDO) ¡Qué!
José Ramón: Sí, mira, en verdad yo toda mi vida me he llamado María Eulalia, porque soy mujer, Sotolongo. ¡Soy tu hija!
Sotolongo: ¿Y mi hijo dónde essstá?
José Ramón: No está, porque él es ella y soy yo.
Sotolongo: ¿Y desssde cuándo eresss mi hija?
José Ramón: Desde que nací. Cuando te fuiste a África como guerrillero con el Che la primera vez, mi madre quedó embarazada y como sabía que tú eres un machista empedernido y que te encanta las armas, matar y esas cosas, querías tener un hombre para enseñarle eso. Así que ella me crió como varón para complacerte. Pero ya no puedo más permanecer así.
Sotolongo: (DE REPENTE MAS AFECTADO) ¡No te puedo creer!... (COMPLETAMENTE APLASTADO) ¡Me han engañado!... (SE CONGELA LA ESCENA Y LE REPARTEN ABRIGOS NEGROS A LOS ACTORES).
Aplausos. Algunas toses por un resfrío que contagia la ciudad. La acomodadora reparte jarabe y paños calientes para que se froten el pecho. Apagón.
TERCER ACTO.
Se encienden las luces del escenario. Se presenta un corto circuito en la pizarra de luces. Comienzan algunos cables a producir chispas. Se funden tres diablas y dos rasantes. Un cable se zafa y uno de sus extremos cae sobre un espectador sentado al lado del bafle. Recibe una descarga eléctrica que lo mantiene casi dos minutos convulsionando. Apagón total. Media hora después, los empleados de la Compañía de Electricidad logran establecer el fluido. Se encienden las pocas luces del entablado. Escenografía: cámara negra. Han levantado unas cuantas tablas del piso del escenario para dar la impresión de trincheras. De platea sólo se ve la cabeza del actor negro, que interpreta a un soldado de guardia. Con la poca luz, la cámara negra, los actores y los uniformes también negros, se hace difícil la visibilidad por lo que el director de escena ordena improvisadamente a los actores que para hablar, prendan fósforos. Entra Sotolongo en la trinchera por izquierda de público. Llega hasta un soldado que monta guardia. Los dos actores hablan, pero esta vez tampoco se les escucha. Resuelven llevando el micrófono en la mano; por lo que se complican un poco con la maniobra del encendido del fósforo.
Sotolongo: (DESEPCIONADO) Cabo, estamos a punto de que nos manden de regreso a Cuba. Quería decirle que estoy orgulloso de usted y de todos mis soldados que tan valerosamente han luchado en esta misión internacionalista luchando contra el imperialismo yanqui y sus títeres pagados por la CIA
Cabo: Lo siento, mi Coronel, pero en realidad perdimos esta guerra y perdimos muchos hombres por gusto. Y sabemos que los angolanos nunca nos quisieron aquí y que pronto serán capitalistas, a no ser que vuelva otro dictador como Agostino Neto.
Sotolongo: (SORPRENDIDO Y ENOJADO UNA VEZ MÁS) ¡¡¡Qué!!!
Cabo: Lo que oyó, mi Coronel.
Sotolongo: ¡Por dios!
Director de la Obra: (EN OFF) ¡¿Otra vez sin repetir la "s"?! Ah, ya esto es mierda...
Sotolongo: Perdón… ¡Por diosss!... Entonces todos ellos (SEÑALANDO PARA LOS ESPECTADORES DEL TEATRO) han peleados en vano por esta causa.
Cabo: Perdón, mi Coronel, pero ellos no son soldados. Quizás usted siempre los ha visto así, pero ellos son solo público.
Sotolongo: ¡Oooh!... ¡Me han engañado! (SE CONGELA DE NUEVO LA ESCENA Y HAY QUE ENCENDER LA CALEFACCIÓN DEL TEATRO).
Entra música. La acomodadora aparece acostada bocarriba en el pasillo de platea. Llegan los paramédicos. Ella se levanta de pronto y dice que se acostó ahí por broma. En el escenario los actores aplauden serios y sombríos. El público se pone de pie, se toman las manos y las levantan. También saludan inclinando sus cabezas y torsos El público sale del teatro con rapidez y los actores en escena se mantienen aplaudiendo. El público regresa a sus asientos y vuelven a saludar inclinándose. Estas acciones se repiten varias veces, hasta que se les hincha las manos a los actores y baja el telón.
Fin
Teatrocidades No. 3
CASA DE MUÑECOS
(Basada en la mortal sobra de Ibsen)
(TEATRO PARA LEER)
Personajes:
Torvaldo (hombre de pelo teñido de rubio, de unos treinta años que nunca confiesa).
Nora (esposa de Torvaldo, unos años más que él)
Escenografía:
Sala-comedor (con muebles de esos que venden en las grandes tiendas y que están en la mayoría de las casas de clase media y media alta).
Acto I (y único)
Nora: (LLEGANDO DE LA CALLE Y ACERCÁNDOSE A SU MARIDO, QUE ESTÁ ACOSTADO EN EL SOFÁ) Hola, mi amor...
Torvaldo: (SENTÁNDOSE Y ESQUIVÁNDOLE EL BESO. COMIENZA A PASEARSE POR EL ESCENARIO) ¿Estas son horas de llegar a casa? Si parece que ya no tengo esposa...
Nora: Hace como un año te las puse para hacer el amor, ¿recuerdas?, así que si quieres cómprate otras.
Torvaldo: ¡Esposas, no! ¡Me refiero a que no tengo señora, no tengo marida! ¡¿Entiendes?!
Nora: (LO MIRA, SE SIENTA EN EL SOFÁ, SE SACA LOS ZAPATOS Y COMIENZA A FRICCIONARSE LA ZONA ENTRE LOS DEDOS DEL PIE DERECHO) ¿Y ahora qué pasó, Torvaldo?
Torvaldo: (EN SU RECORRIDO LLEGA HASTA EL FONDO A LA IZQUIERDA DEL ESCENARIO Y SE DETIENE, GIRA HACIA ELLA Y LE CONTESTA) ¿Y todavía tienes el valor de preguntarme? (EFECTO DE LUCES… NO, NO FUE UN EFECTO, FUE UN FOCO CENITAL QUE SE FUNDIÓ)… Me levanto temprano (COMO HABLA A OSCURAS, EL JEFE DE ESCENA, TRAS EL AFORO, LE SUSURRA AL ACTOR QUE HACE DE TORVALDO QUE SE DESPLACE A DONDE HAY LUZ. ÉL LO HACE)… Te decía que me levanto temprano, hago el desayuno, preparo a los niños para el colegio, voy a trabajar, tengo que aguantarle a la jefa sus insinuaciones y manoseos; regreso, voy al supermercado, ordeno la casa, limpio, lavo y ayudo a los niños a hacer las tareas, ¿y dónde está mi esposa? ¿Eh? ¡¿Dónde está mi esposa?! (EFECTO MUSICAL… SÍ, AHORA SÍ HAY UN EFECTO).
Nora: (SE PONE LAS DOS MANOS DELANTE DE SU ROSTRO SERIO, OCULTÁNDOLO DE LA VISTA DE ÉL Y DE INMEDIATO LAS QUITA, DESCUBRIENDO SU CARA, AHORA CON UNA SONRISA) ¡Está aquí!... ¿Dónde está tu esposa? (REPITE EL MOVIMIENTO ANTERIOR) ¡Está aquí!... ¿Dónde está…?
Torvaldo: ¡Basta! ¡Esto no es chacota, Nora!
Nora: (LEVANTÁNDOSE Y SIGUIÉNDOLO EN SU RECORRIDO)… Pero mi amor, si yo te voy a explicar, mira, después de la reunión era el cumpleaños de María, la subgerente de finanzas, y tuvimos que comprarle la torta, brindar...
Torvaldo: (DETENIÉNDOSE Y PROVOCANDO CON ELLO QUE NORA CHOQUE CON ÉL POR DETRÁS. ÉL NI SE DA VUELTA, SIGUE CAMINANDO Y ELLA LO SIGUE DE NUEVO, PERO AHORA BIEN PEGADA A SU ESPALDA. PARECEN UN SOLO CUERPO QUE SE TRASLADA POR EL ESCENARIO)… ¡Sí, claro! ¡Tú con tus amigotas por ahí, mientras este imbécil tiene que esperarte con la comida caliente! Si siempre mi madre me lo decía: "¡no te cases con esa mujer!". ¡Y era verdad! Si yo para ti soy un objeto, Nora.. (SE SIENTA DE REPENTE EN UNA BUTACA Y LO HACE SOBRE ELLA QUE NO SE PUDO QUITAR A TIEMPO) ¡Pero hasta aquí llegamos! (EFECTO MUSICAL… NO, FUE LA BUTACA QUE SONÓ LA MADERA POR EL PESO Y QUEDÓ A PUNTO DE RAJARSE Y CAER. AMBOS SE LEVANTAN CON RAPIDEZ).
Nora: No digas eso, mi amor...
Torvaldo: Lo siento, Nora. Díselo a … (EFECTO MUSICAL… SÍ… EFECTO MUSICAL, PERO LOS ACTORES SE SORPRENDEN PORQUE EN ESTE PUNTO DEL LIBRETO NO IBA TAL EFECTO. AMBOS MIRAN HACIA LA CABINA DE AUDIO. EL JEFE DE ESCENA LES SUSURRA, DETRÁS DEL TELÓN DE BOCA, QUE CONTINÚEN)… Díselo a los niños. Yo mañana vengo a buscar mis cosas. Me voy a casa de mi mamá. ¡Adiós! (CAMINANDO HACIA LA PUERTA). !Ah!, y ahí te dejo el control de la tele (LO LANZA, NORA SE AGACHA Y EL APARATO VUELA HACIA OFF, DONDE LE PEGA EN LA FRENTE AL JEFE DE ESCENA QUE REVISABA LOS PRÓXIMOS DIÁLOGOS DEL LIBRETO)… ¡Al fin, sólo para ti, como siempre has querido! (ENTRA MÚSICA ASQUEROSAMNTE DRAMÁTICA… NO…SÍ, ENTRA UN REGUETÓN).
Nora: ¡Pero, mi amor, mi cielo, mi vida, te juro que...!
(PERO TORVALDO, SIN ESCUCHARLA, VA HACIA LA PUERTA Y LA ABRE. SALE Y DA UN PORTAZO SIMBÓLICO, EXAGERADO, DESCOMUNAL).
FIN… NO… NO SÉ… LA ESCENOGRAFÍA COMIENZA A TAMBALEAR. SE DESPRENDE UN CUADRO. LA SUPUESTA PARED DE FONDO CAE ESTREPITOSAMENTE SOBRE LA ACTRIZ QUE HACÍA DE NORA. UN JARRÓN GOLPEA SOBRE LA PANTALLA DEL TELEVISOR. SE ARMA UN CORTO CIRCUITO. SE CORTA LA MÚSICA. APAGÓN TOTAL. SE PRECIPITA EL TELÓN ARRASTRANDO DOS FOCOS EN LA CAÍDA. COMIENZAN LAS CHISPAS. EL PÚBLICO ENTRA EN PÁNICO Y CORRE HACIA LAS SALIDAS. ES ATROPELLADO UN ANCIANO. UNA EMBARAZADA ES LLEVADA CON URGENCIA A MATERNIDAD Y, TRÁGICAMENTE, UN JOVEN EXTRAVÍA SU TARJETA DE CRÉDITO...
(SE SUSPENDE LA OBRA HASTA NUEVO AVISO).
FIN… SÍ, AHORA SÍ… ¡AL FIN!