Cuento hiperbreve No. 5
-¡Qué rica estás, mi reina!
-¿En serio? -dijo ella con la cara enrojecida.
-Eres muy exquisita, de verdad -comentó él, saboreando y masticando la oreja de ella.
-¡No te creo! -respondió la muchacha, secándose con su antebrazo la sangre que le corría por la cara-. ¡Seguro le dices eso mismo a todas...!
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