El Humor (XI). "De hombres y de mujeres"

descarga_5.jpegUn equipo de la Universidad de Stanford analizó la actividad cerebral de mujeres y hombres expuestos a situaciones humorísticas. El estudio concluyó que en cuanto al lenguaje, la memoria y los sentimientos de retribución, los hombres y mujeres conciben y aprecian el humor de diferente forma.

El área del cerebro (la corteza prefrontal) relacionada con esas funciones, que juega un rol importante en la apreciación del humor, son más activas en la mujer que en el hombre.

En este último estudio se usaron escáneres que monitorearon el cerebro de 10 mujeres y 10 hombres mientras miraban 70 dibujos animados en blanco y negro.

Las mujeres, según el estudio, pusieron más atención al lenguaje del humor, empleando una actitud más analítica.

Ellas no esperaron con la misma confianza de los hombres que los dibujos animados fueran graciosos, y cuando lo eran, el centro del placer en su cerebro se encendía con mayor intensidad.

Por otro lado, un estudio llevado a cabo por Nick Neave, de la Universidad de Northumbria, demostró que los hombres tienden a ser más cómicos que las mujeres y esto podría tener un origen hormonal. Para sustentar esta hipótesis el estudio ha tomado en cuenta las reacciones en los hombres y mujeres de las calles de Newcastle al ver pasar a Neave andando en monociclo. Mientras que las mujeres tendían a hacer comentarios halagueños y de admiración hacia Neave al verlo pasar, los hombres, por el contrario, se reían de él, teniendo muchas de las burlas un contenido agresivo. Es más, según el investigador los que resultaban más agresivos eran los hombres jóvenes, quienes en algunos casos bajaron la ventanilla de su auto para reírse de él. No obstante, esta tendencia agresiva decreció en adultos mayores de sexo masculino.

Acorde con lo planteado en la explicación, todo esto tendría una implicación hormonal, pues Neave afirma que la responsable de esta diferencia en el humor de ambos sexos está en la presencia de la hormona testosterona en hombres, la cual condicionaría su sentido del humor.

Pero miren esto: respecto a la agresividad, Neave plantea una interesante hipótesis. Al pasearse ante todos subido a un monociclo, el científico se convertía en una competencia entre los hombres para llamar la atención femenina, por lo cual los hombres tendían a burlarse de él. De hecho, quienes se burlaron más fueron los hombres jóvenes, pues están iniciando el ciclo reproductivo.

Basándonos en lo anterior, podemos pensar que los cavernícolas hacían sus gracias para conquistar y como el humor era burdo en esa época, recurrían al recurso de darles un mazazo por la cabeza a las mujeres. Todos reían del chiste (aún se ríen en algunos programas de televisión donde se lanzan tortas, se ponen zancadillas y se dan tablazos). Y las mujeres siempre han buscado al hombre más cómico, con más sentido del humor, para dejarse seducir por él. Les encanta reír. Incluso se pueden reír de más cosas porque, según mi experiencia también, ellas tienen el sentido del humor más desarrollado que los hombres. Y los hombres tienen más capacidad para crear humor, por su necesidad de hacerse el gracioso con las mujeres.

Eso explica el por qué hay tantos humoristas profesionales hombres y tan pocas mujeres.

No son disparates los resultados de las investigaciones mencionadas. Yo doy mi palabra que me hace más feliz un público femenino, cuando me presento como comediante, ya sea para niños como para adultos. Si el público es mayoritariamente de hombres, la risa es menor, pero solo si hay mujeres también es mucho menor. Quizás se retraen más, se inhiben más en público, quizás es eso de la competencia ante los ojos de las mujeres, no sé. Pero acepto bien esos resultados.

Claro, todo esto me lleva a la pregunta: ¿y en el caso de los homosexuales, donde hay presencia interior fuerte de ambos sexos? ¿Será el por qué crean tanto humor y se ríen ellos mismos tanto de sus propios chistes? Vaya usted a saber.

En el caso de los profesionales masculinos como yo, que debíamos tener muy desarrollada la creatividad humorística como hemos visto, el sentido del humor tan desarrollado y el sentido analítico como las mujeres, y que nos reímos tanto de nuestros propios chistes, ¿qué somos?

En serio, ¿qué debemos hacer al conocer esos estudios? ¿Crear humor para las mujeres, porque se reirán más? ¿Crear para los hombres y así ganarles en la competencia de pavonearnos ante las mujeres? ¿O no darle mucha atención a estas cosas y crear como uno puede y debe, sin pensar para quién? Me inclino por esto último, pero como fanático estudioso del humor, me encanta saber estas cosas y les agradezco a los científicos que gasten sus energías, neuronas, sus tiempos y la plata asignada en sus universidades para este tipo de investigaciones. Entre otras cosas porque es bueno que los padres y docentes sepan estas cosas, por la cantidad y calidad de burlas que se producen entre los niños y adolescentes y el daño que hacen cuando son extremas.

Y aprovecho este final para homenajear a las mujeres profesionales del humor. Las que conozco son maravillosas, recuerdo ahora a las internacionales Maitena, Miriam Alonso, Marlene Pohle, Nani, Orzuj, Zulema Cruz, Gloria Benavides y cientos más que no puedo mencionar por razones obvias, y las comediantes nacionales Renata Bravo, Natalia Cuevas, Gladys del Río, Vanessa Miller, etcétera. A todas, mis respeto y admiración.

 

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