El humorista (No. 6). "Los multimedias"

humoristas.jpgHe sido testigo de interminables discusiones entre mis amigos y colegas, sobre si Jack Nicholson es mejor actor que Robert De Niro y viceversa. Unos argumentan que De Niro es multifacético, que se desdobla en muchos personajes distintos y en cambio Nicholson siempre hace el mismo o parecido personaje.

No es mi intención analizar aquí esas diferencias de opiniones, porque el objetivo de esta reflexión es otro. Pero lo mencioné porque algo así sucede con los creadores de humor.

Antes de analizar eso, primero debo dejar aclarado qué es para mí un humorista. Y antes de eso –para ir ordenadamente -, tengo que explicar qué es el humor, según mi opinión, o mejor dicho, nuestra opinión, porque llegamos a ella Alex Pelayo y yo (mi hijo), en largas jornadas de estudio y debate. Por ello la llamamos Teoría Humor Sapiens. La presento:

En un estado lúdico, una persona recibe una información que es incongruente con la que tiene en memoria. Enseguida las neuronas de una parte del cerebro “descifran ese enigma” y llegan a la conclusión de que es un chiste, o no. Si no entienden que es una gracia, queda como un absurdo indescifrable, pero si lo resuelven comprendiendo que es una gracia, entonces les envían esa información a otra parte del cerebro para cerebrar, perdón, celebrar y así se comienzan a segregar endorfinas, produciéndose un placer sui géneris, que termina exteriormente en risa o sonrisa. A todo lo anterior se le denomina “proceso cómico”.

Pues cuando alguien experimenta un proceso cómico y decide que otra persona (o muchas) también lo viva, le envía un mensaje con esa “incongruencia”, pero ya contaminada positivamente con sus subjetividades como son: creatividad, imaginación, cultura, principios, gustos, etcétera y así le llega al receptor. Si éste también disfruta de un placer cómico a causa de ese mensaje, entonces estamos ante un fenómeno que llamamos humor.

En pocas palabras, el humor es la expresión de lo cómico. En todo humor hay comicidad, pero no funciona al revés.

Se tiene que cumplir la ley de comunicación humana: fuente-mensaje-receptor para que lo cómico se convierta en humor. Claro, solo si hay intención de comunicar lo cómico y condicionado a que la fuente y el receptor estén en estado lúdico.

Esta es la conjetura Humor Sapiens para lo cómico y humorístico. También existe la Teoría Humor Sapiens para el chiste (que en este caso es el mensaje), pero eso es tema para otra reflexión.

Entonces, ya definido el humor, sigamos:

Si alguien dice o hace algo que le produce una incongruencia a otro, pero no tiene intención de hacerle reír (de provocarle un placer cómico), entonces no es humor. Me explico mejor: a una persona le llega por cualquiera de sus sentidos una incongruencia, o la incongruencia aparece en su cerebro a causa de su imaginación; entonces es posible que se produzca el proceso cómico, ¿no es cierto?

Pues si una fuente dice o hace algo que produce una incongruencia –como decía antes-, pero sin intención, y por eso  sin querer le hace vivir el proceso cómico al receptor, entonces esa incongruencia producida por la fuente es como si le hubiera llegado al receptor por sus sentidos, sin importar de dónde salió.

Por lo tanto, una persona puede producir muchos procesos cómicos a su alrededor, porque espontáneamente es un productor de incongruencias. Pero esa persona no es un humorista. Porque lo que produce no es humor. Para que sea humor –insisto-, tiene que haber una intención de hacer reír o sonreír (placer cómico) al otro (o a muchos otros).

Así llegamos al punto que podemos definir quién es humorista y quién no. Y los hay amateurs (centro de mesa de reuniones sociales y fiestas, por ejemplo) y los hay profesionales (cuentachistes, caricaturistas, etc.), como también sabemos.

Por último, dejamos aclarado entonces que cualquier persona que se atreva a crear humor (expresar el proceso cómico que experimentó su cerebro) y desea enviar su mensaje para que otro ría o sonría, es un humorista. Por ello serán humoristas los que crean humor en la literatura, en la danza, en el cine, en la radio, en las artes visuales en general, en la música, en el teatro, etc. Todos ellos son humoristas. Buenos o malos, pero lo son, porque la calidad de su arte no los define como humoristas.

Remarco tanto lo anterior, porque he sido testigo de que se les dice humoristas solo a los que cuentan los chistes o los dibujan y no a los demás creadores de otras manifestaciones artísticas. Y también he visto cómo algunos críticos (profesionales o no) y hasta creadores de humor, discriminan a otros colegas porque consideran que su modalidad o su calidad, tanto en formas como en contenidos, es inferior a lo que hacen ellos u otros del gremio. Error. Todos somos humoristas. Lo mismo un payaso de circo de barrio que Chaplin o Cervantes. Lo siento.

Pero teniendo ya precisado qué es humor y qué es humorista, pasamos al tema central de este artículo que comencé con el ejemplo de quién es mejor si Nicholson o De Niro.

Mi intención –buena, supongo-, es también hacer esa comparación en el campo del humor.

Existen y han existidos innumerables humoristas excelentes en todas las épocas. Eso es obvio, ¿no es cierto? Así tenemos grandes humoristas literarios, grandes humoristas gráficos, grandes humoristas escénicos, grandes humoristas audiovisuales, grandes humoristas musicales, etcétera. Obvio también, ¿no?

Pero conocemos a grandes humoristas escénicos que también han sido (o son) humoristas literarios. O grandes humoristas gráficos que han sido grandes humoristas audiovisuales y así muchas combinaciones. Pero hay más: conocemos de grandes humoristas que se han destacado en tres o más modalidades. ¿Se imaginan eso?

Porque no es lo mismo que la comparación del caso de Nicholson y De Niro. Ambos son actores, los dos dominan el arte de la actuación. El caso de esos humoristas es distinto, porque son escritores si hacen humor literario, son actores si hacen comedia en el teatro, son músicos si crean humor a través de ese arte.

Amigos, son creadores que además de aprender el lenguaje del humor, el arte de hacer humor, también tienen que aprender y dominar el arte de las distintas manifestaciones artísticas por donde quieren canalizar su creación humorística.

Admiro y respeto a los grandes actores como Nicholson o De Niro, porque lo que hacen es algo demasiado meritorio (aunque uno me guste más que el otro, por supuesto) y admiro y respeto a los grandes humoristas de todos los tiempos y de todas las modalidades artísticas, cómo no hacerlo si sé lo difícil que es hacer humor y lo difícil que es dominar el lenguaje de un arte. Es  el caso de Chaplin, Daumier, Mark Twain, Cantinflas y muchísimos otros.

Pero mi punto es que esos monstruos de la creación que son capaces de crear humor en varias manifestaciones artísticas, deben tener una consideración especial por ser “todoterreno”, como les llama mi colega Triana, por ser multifacéticos, por tener ese talento, esa capacidad tan inmensa de hacernos reír por varias vías distintas.

Ojo, no estoy afirmando que un humorista literario como el inglés Chesterton, por ejemplo, sea mejor o peor que un humorista “multimedia”. Porque es muy probable que Chesterton sea mejor literato, pero habría que analizar la comparación en el terreno humorístico, no literario. ¿Me explico? Además, tenemos que estar consciente de que hablamos de subjetividades, como todo en estos campos.

Otra cosa que me inspiró a hacer este artículo: casi nunca (para no ser absolutista) le han hecho un buen y justo reconocimiento a ese don especial que tuvieron esos pocos. Y digo tuvieron, porque solo menciono aquí a los ya fallecidos que están en el Salón de Humor de la Fama de nuestro sitio humorsapiens.com

Este 2 de octubre se cumplen 138 años que nació uno de esos polifacéticos creadores de humor, el señor Groucho Marx (1890-1977). Fue escritor, guionista de radio, cine y TV, comediante, conductor de TV, productor y miembro del reconocido grupo de humor audiovisual estadounidense “Los Hermanos Marx”. Y también el día 12 de octubre se cumplen 117 años del nacimiento de otro múltiple y fecundo humorista literario, escénico y audiovisual español Enrique Jardiel Poncela. Ambos son ídolos para mí, porque mucho influyeron en la formación de mi sentido del humor.

pero en realidad, lo que más me motivó a escribir este texto, fue ver esas dos fechas en las efemérides de nuestro Salón de Humor de La Fama.

Mi homenaje entonces a Groucho y Jardiel Poncela, pero también -en orden alfabético- a los demás polifacéticos humoristas que conozco:

* Alberto González (1928-2012), humorista literario, escénico y audiovisual cubano.

* Álvarez Guedes (1927-2013), humorista escénico, musical y audiovisual cubano.

* Andrés Redondo (1923-1993), humorista escénico, audiovisual y literario uruguayo.

* Castelao (1886-1950), humorista gráfico, literario y escénico español.

* Cástor Vispo (¿?-1966), humorista literario, escénico y audiovisual cubano.

* Chumy Chúmez (1927-2013), humorista gráfico, literario y audiovisual español.

* Copi (1939-1987), humorista gráfico, escénico y literario argentino.

* Daniel Rabinovcih (1943-2015), humorista escénico, musical, audiovisual y literario argentino.

* Délfor (1920-2013), humorista literario, audiovisual y gráfico argentino.

* Dranem (1869-1935), humorista escénico, audiovisual y literario francés.

* Edgar Neville (1899-1967), humorista escénico, literario y audiovisual español.

* Efraim Kishón (1924-2005), humorista literario, escénico y audiovisual israelí.

* Enrique Núñez Rodríguez (1923-2002), humorista literario, escénico y audiovisual cubano.

* Erdwin Fernández (1928-1997), humorista escénico, audiovisual y literario cubano.

* Félix Galipaux (1860-1931), humorista literario, escénico y audiovisual francés.

* Forges (1942-2018), humorista gráfico, literario y audiovisual español.

* George S. Kaufman (1889-1961), humorista escénico, literario y audiovisual estadounidense.

* Gérard Lauzier (1932-2008), humorista gráfico, escénico y audiovisual francés.

* Gila (1919-2001), humorista escénico, gráfico, literario y audiovisual español.

* Horacio S. Meyrialle (1913-1997), humorista literario, escénico y audiovisual argentino.

* Humberto Martínez Salcedo (1932-1986), humorista escénico, audiovisual y literario colombiano.

* Joaquín Muntañola (1914-2012), humorista gráfico, literario y escénico español.

* José Francisco Elizondo (1880-1943), humorista literario, escénico y musical mexicano.

* Július Satinsky (1941-2002), humorista escénico, audiovisual y literario eslovaco.

* Miguel Mihura (1905-1977), humorista literario, audiovisual y gráfico español.

* Norman Erlich (1932-2007), humorista escénico, audiovisual y literario argentino.

* Pablo Parellada (1855-1944), humorista gráfico, literario y escénico español.

* Paolo Villaggio (1932-2017), humorista literario, escénico y audiovisual italiano.

* Peter Ustinov (1921-2004), humorista audiovisual, literario y escénico inglés.

* Pierre Desproges (1939-1988), humorista literario, escénico y audiovisual francés.

* Pierre Étaix (1928-2016), humorista escénico, audiovisual y gráfico francés.

* Pierre-Henri Cami (1884-1958), humorista escénico, musical, audiovisual, literario y gráfico francés.

* Ramón López Montenegro (1877-1936), humorista literario, gráfico y escénico español.

* René Goscinny (1926-1977), humorista gráfico, literario y audiovisual francés.

* Roberto Fontanarrosa (1944-2007), humorista gráfico, literario y escénico argentino.

* Roberto Gómez bolaños (1929-2014), humorista audiovisual, escénico, literario y musical mexicano.

* Tono (1896-1978), humorista gráfico, literario y audiovisual español.

* Walter Lantz (1899-1994), humorista gráfico, audiovisual y literario estadounidense.

* Carlos Garaycochea (1928-2018), humorista gráfico, escénico y audiovisual argentino.

Todos los aquí homenajeados están fallecidos, como ya señalé, y todos se han destacado por su calidad en tres (como mínimo) manifestaciones artísticas distintas para expresar sus creaciones humorísticas.

Si algún lector recuerda otro, estaré feliz de incorporarlo a esta lista.

Honor a quien honor merece.

 

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