Enseñemos grandes valores
Entre los llamados “grandes valores” que ahora están de moda y que –lamentablemente-, hasta muchos defienden su presencia explícita en los libros infantiles casi a manera de “moralejas” (algo de lo que estoy en desacuerdo total, ya que la literatura infantil no son libros de autoayuda) , están la amistad, la fidelidad, la sinceridad y la confianza.
Así que el noble y buen objetivo es enseñarle a los niños que el mundo es mejor si somos amigos, fieles, sinceros y confiados. Perfecto. Nadie puede estar en desacuerdo con eso.
Pero por otro lado le enseñamos que los espías son héroes, son seres sacrificados, de altísimos principios y que los niños deben imitar.
Sin embargo, un espía llega hasta el bando opuesto, se hace amigo de una persona, un ser humano igual a él, pero que piensa distinto. Esa persona entonces le ofrece su sincera y fiel amistad y confía en él. Y el espía lo traiciona.
Es decir, el espía traiciona la amistad, la confianza, es infiel y no es sincero.
Y entonces lo premiamos y elevamos a categoría de ídolo, de héroe, por ser violadores de esos “grandes valores”.
O les enseñamos a nuestros hijos que a nuestros contrincantes hay que vencerlos como sea. Que el fin justifica los medios. Que si cae al piso hayque seguir dándolespatadas.
Nos preocupa más pagarle a un colegio privado que se especializa en formar niños con exitismo y mucha competitividad, que pagara para que lesenseñen valores humanos y a prendan de manera universal.
¿Qué nos pasa, señores? ¡Estamos cada día retrocediendo!
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