Entre vista y oído No. 1
PP LAYO: Sr. Pinocho, lo primero es que me diga, ¿por qué se llama así
PINOCHO: Mi nombre es producto del tipo de madera que usó Geppetto para hacerme. Fue pino que reservó por ocho años.
PP LAYO: ¿No sería que Geppetto era bueno para el trago y tomaba vino reserva de ocho años?
PINOCHO: No, porque entonces me hubiera llamado “Vinocho”.
PP LAYO: Perdón que insista, ¿pero el nombre “Pinocho” no tiene relación con un militar?
PINOCHO: No, mi padre era un viejo italiano que no estaba a ugusto viviendo sin hijos, pero al contrario de otros, decidió producir vida con sus manos.
PP LAYO: ¿Y cómo es posible que un trozo de palo pueda hablar y tener vida como Ud.?
PINOCHO: No tengo la menor idea. Yo he tratado de seducir a dos tablas, tres troncos y cuatro maderas talladas y ni me miran ni me hablan.
PP LAYO: ¡Ah, es Ud. un muñeco caliente?
PINOCHO: Hasta un punto, porque si me caliento mucho me vuelvo leña.
PP LAYO: ¿Y cómo conquista?
PINOCHO: Hay que decir cosas lindas, aunque sean mentiras.
PP LAYO: ¿Y ahí le crece la nariz?
PINOCHO: Me crece todo… De tal palo, tal astilla soy.
PP LAYO: Así que le crece todo, ¿no? A propósito, Ud. en el cuento se creyó un niño crecidito y se fue de la casa y tuvo muchas aventuras con traficantes de drogas, maliantes, incluso con algunos políticos como Berlusconi.
PINOCHO: Bueno, no fue tan así…
PP LAYO: ¡Hasta se comió una ballena! Algo que siempre he criticado, porque es un plagio esa idea, ya que en otras historias, otras ballenas han sido tragadas por los protagonistas como por ejemplo Moby Dick que fue comida por Jonás.
PINOCHO: ¿Realmente tú te leíste mi cuento?
PP LAYO: No, pero le leo la mente.
PINOCHO: No entiendo, ¿quién eres en realidad, PP Layo?
PP LAYO: ¡Ahora soy PP Grillo!
Añadir nuevo comentario