Entrevista
La periodista UC, Raquel Azócar Escamilla, me acaba de entrevistar, quizás podría decir que es por la celebración del Mes del Libro, quizás podría decir que es por la inauguración mañana viernes 14 a las 11 am del Museo Chupacabras de Pirque; sin embargo, según ella, lo causa más importante por la que me hace la entrevista, no es su profesión, ni las celebraciones mencionadas. Es porque es abuela del niño Vicente Álvarez Espinoza, que en estos momentos está leyendo mi libro "El chupacabras de Pirque", junto a sus compañeritos de 5to. básico del Colegio Emprender de la comuna de Lampa, aquí en la Región Metropolitana.
Entonces, por el alumno Vicente, por el 5to básico y por la feliz abuela, gran motivadora a la lectura de su nieto y tan preocupada por su formación, acepté contento responder a sus preguntas por escrito, después de grabarle el video que ya subí ayer.
Claro, también aproveché con eso aportar algo a la celebración del Mes del Libro y sobre todo a la inauguración del Museo.
Nota: la foto es en el Museo, soltando feliz mi infantilismo.
ENTREVISTA
1.- ¿Por qué y para qué escribe usted?
Escribo por placer, por ego, y porque me encanta motivar a leer a los niños y verlos reír. Soy un humorista que escribe.
2.- Cuando era pequeño ¿le gustaban los libros? ¿Qué tipo de libros? ¿Sus papás lo estimulaban?
Me encantaba leer. Fue mi hermana, 15 años mayor, Maestra Normalista, la que me guió en la lectura. Pero en mi época eran pocos los libros infantiles. Solo los cuentos clásicos. Eso obligó a que fuera un coleccionista de historietas cómicas (las serias nunca me interesaron). Y llegué rápido entonces a Salgari, Verne, etc.
3.- ¿A qué edad comenzó a escribir? ¿Alguien lo incentivó a que lo hiciera o usted solito decidió hacerlo?
Yo me gradué de ingeniero civil (1979), después escribí tres cuentos humorísticos (1982), porque un amigo escritor, Aramís Quintero (residente en Chile también), me incentivó. Con esos cuentos gané un concurso literario en mi ciudad de Matanzas, y a partir de ahí no he parado de escribir. Más tarde publiqué cuentos breves y artículos para revistas y diarios humorísticos cubanos. En 1984 fundé con unos amigos (entre ellos el mencionado Aramís Quintero), un grupo de teatro al estilo de Les Luthiers, "La seña del humor de Matanzas", donde actuaba, dirigía y escribía. Publiqué un libro de humor para adultos en Cuba (1994) con el humorista cubano Pible (también vivió en Chile varios años). Televisión Nacional me trajo (junto a Aramís) a este país a escribir los últimos 60 capítulos del programa Pin Pon de Jorge Guerra (1991) y fui escribiendo y actuando en otros programas hasta que me pusieron de director de humor del Área de Entretención de TVN. Al año renuncié (2000) y cuando estaba pensando qué hacer, un amigo escritor y humorista argentino, Luis Pescetti, me aconsejó que escribiera literatura infantil, porque el humor para niños era muy escaso en Latinoamérica y ahí comencé a publicar en Chile y Argentina. casi al mismo tiempo (2002). Ya tengo 73 libros publicados, 47 de ellos para niños.
4.- Le gustaban los libros que leía de pequeño o le hubiera gustado leer un libro como los que usted hace hoy para los niños.
Me gustaban mucho los cuentos clásicos, pero hubiera preferido leer en esa época a Roald Dahl, Luis Pescetti, y mis libros, ¿por qué no? Es un privilegio que tienen los niños en la actualidad el poder escoger entre un abanico de géneros, estilos, etc. y lo lamentable es que muchos no saben que tienen esa maravilla a su alcance.
5.- ¿Cual fue el mejor libro o los mejores libros que leyó en su infancia? ¿Por qué le gustaron tanto?
No tengo preferencias entre los cuentos clásicos. Entonces tuve dos predilecciones: leer las historietas que me hacían reír mucho, como las de El Pájaro Loco, Las dos Urracas, El Conejo Bugs, El Pato Donald, El Pato Lucas, La pequeña Lulú, etc. y por otra parte, las aventuras que me sacaban de mi entorno y me hacía desarrollar la imaginación como La serie del Corsario Negro, la serie de Sandokan, o La Isla del Tesoro, Los hijos del Capitán Grant, Tom Sawyer, etc.
6.- Cómo se le ocurrió hacer un museo sobre el libro El chupacabras de PIrque. Qué aporta este museo para que los niños amen la lectura.
No se me ocurrió a mí esa idea. Uno de los personajes del libro es Edmundo Sovino, amigo mío (en su casa en Pirque fue donde escribí una buena parte del libro, usando todo lo que veía a mi alrededor), es un excelente emprendedor, fundador del Colegio Colonial de Pirque (https://www.facebook.com/pages/Colegio-Colonial-de-Pirque/210595012288787), un hombre de gran sensibilidad para la educación, lo social, etc. y un día decidió crear este Museo. Por supuesto, yo enseguida me involucré por dos razones: una, es muy emotivo que un libro tuyo tenga un Museo, es un honor y un orgullo. Y dos, este Museo está diseñado para la motivación lectora, para desarrollar la comprensión lectora. La experiencia de ver con tus ojos lo que leíste es extraordinaria. Más aún teniendo contacto directo con el autor.
7.- Qué consejos les da a los niños que hoy tienen que leer su último libro para una prueba (como el caso de Vicente y sus compañeros). ¿Les puede enviar algún mensaje de ánimo y energía para que superen -en la medida de lo posible o de lo imposible-. esta dura prueba en sus pequeñas y atribuladas vidas?
Bueno, ese libro lo publiqué hace 20 años exactamente. Fue el tercero que publiqué para niños y ya van 47 como dije anteriormente. Pero este libro, junto a "Cuentos de Ada" y la serie del personaje Pepito con sus chistes, son los más populares. Ya Ricky, Dante y Shogun, los protagonistas de El Chupacabras de Pirque, tienen una saga, porque se han publicado dos aventuras más de ellos: "El perro de tres cabezas" (ex En las garras de los mataperros) y "El hombre lobo de Quilicura". Es decir, me han dado muchísimas satisfacciones. Con esto le digo a Vicente y a sus compañeritos que este libro me ha dado un enorme placer escribirlo y un enorme placer ver cómo gusta entre los niños. Por lo tanto, espero que a ellos les pase lo mismo y sientan un gran placer al leerlo.
A Vicente: solo debes concentrarse y disfrutarlo. Si haces eso, tendrás notas excelentes en esa prueba. Te confieso que leer es fome (aburrido), en serio. Y escuchar música también es fome. Y ver películas también es fome. Pero solo es fome cuando tienes que ver obligado una película que no te gusta, cuando tienes que oír una canción que no te gusta, o cuando tienes que leer un libro que no te gusta. Pero si sientes placer, si disfrutas el libro, entonces leer no es fome. Mi objetivo es que mis libros gusten. Así que espero que me digas si leer El chupacabras de Pirque fue fome o no.
(Díselo a tus compañeritos).
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