Fábula No. 10
Fábula del pato, el cerdo y el campesino
Caminábase el señyor Alepriste, campesino de pura cepa, por la vereda del sol, lo que producíale una ejtrema traspiración. Veníase de alimentar a sus animalexos en sus corrales de él. Empero para comer desta noche toda su familia de él, Alepriste traíase un pato blanco de brillantes plumas baxo su brazo siniestro.
Y quando pasábase por la puerta de la hostería, escuchose em el lugar la voz de un parroquiano: “¡Hey! ¿Que ha dónde vais con dese cerdo?”. Emtonces, el señyor Aleprista virólose e y le contestólole: “Non, buen hombre, ¡questo es un pato!”. Y la misma voz respondiólole : “¡Callaos usted, que estoy hablándole al pato!
Moraleja:
Dime con quién andas y te diré ¡animal! El cerdo, aunque se vista de señor, cerdo se queda. No todo lo que brilla es pato. El que nace para cerdo del cielo le caen los chiqueros.
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