Fábula No. 13
Fábula del cerdo y el hortelano
Faenábase el maese verdulero en su huerta de él, como érase su costumbre, cuando un joven cerdo, ya entradito en lodo, dejose de engordar tras la cerca aledaña al hortelano, y dirigiose a éste:
-¡Hey , buen vecino! ¿Puedo hacélore a su merced una consulta, por favor?
El cansadolo y sudorosolo cultivador, dejose de quitar las malas hierbas de alrededor de unos retoños de acelga, lo mirose y asiéntole con su cabeza de él.
-¿Sabiole usted por qué tengo queste hoyo debajo de mi colita? –quiso saber el cochino chancho, señalánsose el trasero.
-¡Porque si lo tuviereis en el lomo serías una alcancía, marrano imbécil! –respondióle maese hortalizano y continusele con su esforzádala laborla.
Moraleja:
No mires la paja en el hoyo ajeno. El huerto al hoyo y el vivo al pollo. El que pregunta y pregunta… es al que le toca jugar. Si ves el hoyo de tu vecino arder, pon el tuyo en remojo.
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