Homenaje póstumo: Idalberto Delgado de Cuba

idalberto-delgado.jpgLe pido permiso a mi amigo, el Maestro Yin (Pedraza Ginori), el cronista oficial de la televisión, la radio, el espectáculo y la música de Cuba, para recordar a una de las grandes figuras del humor cubano de todos los tiempos: Idalberto Delgado.

Yo le comenté que iba a buscar un pretexto para hacerlo, le pedí consejo sobre uno que tenía en mente y Yin me dijo que ese no era bueno. Le di la razón y entonces decidí escribir esto sin pretexto alguno.

Comenzaré entonces contando una anécdota personal con él.

Resulta que en 1987, nuestro grupo la Seña del Humor de Matanzas, cumplía 3 añitos y lo celebramos en el Teatro Sauto con un espectáculo de números viejos y nuevos. Conseguimos de Cultura Provincial que nos pusieran un auto para traer y llevar a algún invitado de la Habana. No invitamos a Virulo, Carlos Ruiz, Jorge Guerra, Ana Lydia Mendez, Zulema Cruz y otros del Coniunto Nacional de Espectáculos, porque siempre iban y porque también celebraríamos con ellos nuestro cumpleaños en la Sala Atril del Teatro Karla Marx (antiguo Blanquita) en La Habana.

Así que invitamos a Idalberto Delgado. Debo decir, que de las viejas estrellas del humor cubano, él, Eloísa Álvarez Guedez, Aurora Basnuevo, Natalia Herrera, Enrique Arredondo y algunos otros apoyaron siempre a jóvenes como nosotros, que comenzaban su carrera en el humor en esa época. Pero hubo algunos –pocos, eso sí-, que no lo hicieron. Eso siempre pasa (no voy a dar nombres aunque nos dieron la espalda, porque son grandes de todas formas y eso para nada mancha su inmensa obra).

Pues Idalberto aceptó enseguida la invitación y como llegó a las 7 y 30 y la función era a las 9 p.m., el auto lo llevó para mi casa (por ser el director general del grupo). Ahí le di el guión que habíamos escrito Aramís Quintero y yo, y que siempre interpretábamos Enmanuel Sabater y “un servidor”, como se dice siempre. El sketch se llamaba “Los borrachos”. Y le dimos un par de pases leyéndolo y yo diciéndoles algunas intenciones. En fin, un brevísimo trabajo de mesa.

Pues fuimos para el Sauto y comenzó la función donde yo actuaba junto a los demás, así que nunca pudimos pasar de nuevo “Los borrachos” con él. Y a mediados del espectáculo lo presentamos y el público lo aplaudió de pie, de tan querido que era. Entonces actuamos el número, yo con tremendo miedo por dos razones: una, porque no habíamos ensayado casi nada y aquello podría salir pésimo; y dos, porque actuaba con un ídolo, con un fuera de serie del humor, y el nerviosismo me mataba, me temblaban las piernas y no es mentira.

Pues comenzó el sketch y me fui dando cuenta, para mi total asombro, de que Idalberto no se equivocaba, no se le olvidaba nada y hasta le aportaba al personaje. Cuando más, cambiaba algunas palabras, pero el sentido era el mismo. Y así, con esa confianza y alegría, pude disfrutar la mitad final del número.

Cuando terminamos, el público de nuevo se puso de pie aplaudiendo y yo estaba en las nubes.

Lo despedimos con todo nuestro agradecimiento y él incluso tuvo tiempo para decirnos que íbamos por buen camino, nos dio varios consejos, nos deseó mucha suerte y jamás nos vimos de nuevo. No coincidimos nunca ni en televisión, ni en ningún otro escenario más. Murió en 1989.

No había podido rendirle homenaje a ese increíble comediante, a ese gran hombre que fue Idalberto Delgado, grande entre los grandes.

Que donde quiera que esté siga haciendo reír y que sepa que lo admiro y lo quiero siempre.

Ya me siento mejor.

Y ahora deseo informarle a los más jóvenes y refrescarle la memoria a los más maduros con una síntesis de su extenso currículo.

 

Idalberto Delgado en Televisión:

-En la década del 50 protagonizó con Manela Bustamante, la serie humorística en vivo “Cachucha y Ramón”.

-En 1955 actúa en la serie “Pototo y Filomeno”, con los grandes Leopoldo Fernández y Aníbal de Mar.

-En esos años también interviene en el programa cómico “La taberna de Pedro”, junto a Norma Suárez, Jesús Alvariño, etc.

-En la década del 60 trabaja en “Casos y cosas de casa”, junto a Marta del Río, Natalia Herrera, José Antonio Rivero, etc.

-En la década del 80 protagoniza “Tito, el taxista”, con Aurora Basnuevo y otros.

-En 1988 trabaja en la serie “así era entonces”, con Enrique Arredondo, Mario Limonta, etc.

-También fue muchas veces invitado a “Detrás de la Fachada” y otro programas.

 

Idalberto Delgado en la Radio:

-En 1948 participa en la novela “El derecho de nacer”.

-Desde 1963 protagonizó el inolvidable programa humorístico “Alegrías de sobremesa”, junto a Marta Jimenez Oropesa, Enrique Arredondo, Wilfredo Fernández, Agustín Campos, Carlos Montezuma, etc.

 

Idalberto Delgado en Cine:

-“No me olvides nunca” (1956, de Juan J. Ortega), con Manela Bustamante, Rosita Fornés, el mexicano Luis Aguilar, etc.

-“Las doce silas” (1962, de Tomás Gutiérrez Alea), con Reynaldo Miravalles, Enrique Santiesteban, etc.

-“El bautismo” (1968, de Roberto Fandiño), con Julito Martínez, Eloísa Álvarez Guedez, etc.

-“Vals de La Habana Vieja” (1985, de Luis Felipe Bernaza), con Ana Viñas, Reynaldo Miravalles, etc.

 

Idalberto Delgado en Teatro:

-Hizo muchas comedias teatrales.

-Según información que me dio Pedraza Ginori, Idalberto abrió una Sala que llamó “Idal”, con 218 asientos. Y entre otras, estuvo en cartelera por mucho tiempo una comedia titulada “Gane un millón”.

 

Idalberto Delgado en Humor Gráfico:

-Fue un caricaturista aficionado. Incluso publicó algunas y hasta hizo una exposición con sus obras.

Y por último, de nuevo nuestro cronista Yin, se acordó de un personaje que Idalberto hacía que repetía la frase: “¿Me dijiste?”, que se hizo popular en Cuba. El personaje se llamaba “Vistilla” y aparecía con unas gafas de cristal muy grueso, porque era deficiente visual.

Cierro su currículo con su frase inmortal, con la que finalizaba cada programa de “Alegrías de sobremesa”: “¡Qué gente, caballeros, pero qué gente!”.

 

Muchas gracias.

 

firma3_20.jpg

Añadir nuevo comentario

Plain text

  • Saltos automáticos de líneas y de párrafos.
  • No se permiten etiquetas HTML.
  • Las direcciones de las páginas web y las de correo se convierten en enlaces automáticamente.