Mi colección de instrumentos aerófonos

 

flauta1_0.jpgTodo comenzó comprándole flautas tradicionales de Chile para recibir a mi hijo Axel que traje de Cuba, porque él allá estudiaba oboe. Con el tiempo me di cuenta de que el instrumento de música encarna la idiosincrasia de un pueblo, una nación, una región, o una etnia. Es protagonista de rituales, danzas, liturgias y ceremonias. Nos brinda información importante sobre los valores sociales, religiosos, éticos y estéticos de las diversas culturas del mundo.

La belleza de las formas, la perfección de sus dimensiones y la riqueza de su timbre de los instrumentos musicales los convierten en objetos de creación únicos.
Entonces, cuando termino de escribir un libro, o de hacer un video, o fotomontaje, o lo que sea, “desconecto” investigando sobre algunos de esos instrumentos aerófonos folklóricos, etnográficos, nativos, típicos, artesanales, autóctonos, oriundos, tradicionales o como se le quiera llamar.
Es quizás una tontería, pero me entretienen mucho. Además, me encanta la forma de exhibirlos en la pared.
Ya tengo 110 instrumentos de 36 países. Entre ellos verán las diferentes flautas, y también las distintas quenas, ocarinas, flautas-pitos, shofar, sikú, ombgwe, makrum, anafil, gaita, sulling, cuernos, hulusi, ti-tsé, wot, órgano khen, osumbotan, digeridoo, xul, tarka, reclamos, charkha, nai, saxo andino, moseño, pifilka, kull kull y trutuca.
Mis favoritas: una imitación a la primera flauta creada por los mayas (que adquirí en el DF México), una pieza única de porcelana del siglo XIX (que adquirí en Shanghai), un cuerno cabeza de dragón tibetano (que adquirí en Kuala Lumpur), una flauta de nácar (que adquirí en Viet Nam), una flauta para “encantar serpientes” (que adquirí en Marrakech), una flauta de bambú que gira (que adquirí en Tailandia), un cornetín (que adquirí en el barrio árabe de Jerusalem) y una flauta de caña arqueada que me trajomi hijo Alex de la selva boliviana.
Ahora, muy orgulloso, se los muestro a ustedes.
A mi especial colección la llamo: “Vientos de tradición y belleza” (que son los vientos que más disfruto en esos momentos de calma chicha después de crear).

 

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